Luego de 36 años de docencia y estar abocado toda su vida a la literatura, Leonardo Garet recibió de forma sorpresiva e inesperada el ofrecimiento del intendente Germán Coutinho de la Subdirección del Departamento de Cultura de la comuna salteña, lo que se concretó el pasado 9 de enero. La charla se dio de forma natural con Garet, quien contó a EL PUEBLO de sus expectativas ante este nuevo desafío.
– Toda su vida dedicada a la docencia y de activa militancia en la literatura, ¿cómo enfrenta esta nueva etapa donde adquiere responsabilidades ejecutivas en un gobierno departamental?
– He estado trabajando siempre en el campo de la idea, esta oportunidad me permite salir del cascarón de la idea y entrar en las tres dimensiones de los hechos y sus consecuencias. Digo esto porque por más que se trabaje una obra literaria, que siempre es perfectible, quedará siempre en la esfera de lo virtual, en tanto que cuando hay una responsabilidad de gobierno la idea debe transformarse necesariamente en acciones, en vivencias para los demás. En el campo de la idea uno inventa la problemática, ya sea de los personajes o de la situación imaginaria, poética o narrativa que se desea inventar. Esa situación inventada no tiene ninguna consecuencia en el mundo real, en tanto que la actividad llevada adelante en una acción de gobierno es todo lo contrario. El campo que hemos trabajado con palabras y el mundo que hemos construido con palabras, tendrá que salir e instalarse en el mundo de los hombres, y esto da posibilidades nuevas.
Actividades que desarrollé en Casa de Nuna desde 1985 a 1996, después en la Comisión Honoraria Horacio Quiroga y en laAsociación Marosa di Giorgio. Pero ahora es distinto porque hay posibilidades de acción más concretas, más directas, en donde ya no se puede decir que lo que se hizo era lo único que se podía porque no hubo apoyo, ahora somos los que tenemos que generar las condiciones para que las cosas salgan. En ese sentido, la responsabilidad que me ha dado el señor intendente (Germán) Coutinho es una oportunidad única porque me permite experimentar la vida desde otro ángulo.
Esto es probarse en un área completamente distinta, esto es iniciar algo que no estaba en mis cálculos. La verdad que seguía dedicado a una actividad que se me había propuesto hace unos años y que me gustaba mucho que es la de preparar textos para estudiantes de Enseñanza Secundaria. Los libros que se dan en el liceo, hay una editorial que los edita con prólogo y notas, preparando los textos de forma tal que puedan ser lo más didácticos posible. Hace unos cuantos años, antes de jubilarme, ya había iniciado esa tarea y estaba dedicado a ella. En este mes de febrero va a salir para que esté pronto antes de iniciar las clases, una antología de Fernando Pessoa con prólogo y notas, que es lo último que hice por encargo de esa editorial, y lo último que voy a hacer hasta tanto me mantenga en las responsabilidades de este cargo en la Subdirección de Cultura, porque mientras esté acá, no puedo hacer absolutamente nada, porque todos los requerimientos de funcionarios y de actividades a planificar insumen todo el tiempo. Así que me despido de la tarea de prologar textos para estudiantes hasta nuevo aviso.
– ¿Qué lo llevó a decidir cambiar esta vida que tenía a nivel intelectual para llevarla al terreno de los hechos y concreciones?
– Es un desafío y una oportunidad, porque estuve muy cerca de lo que son las tareas municipales con la Comisión Honoraria de la Casa Quiroga y también con la Asociación Marosa di Giorgio. Ver la posibilidad de todo lo que se podía aportar ya sea por la actividad misma que desarrollé a lo largo de toda mi vida, los conocimientos de los distintos actores culturales en Montevideo, poder contar con amigos en teatro, en plástica, y de literatura de allí, me hacen ver que me resulta más fácil hacer muchas tareas, actividades y eventos por el solo hecho de tener vinculaciones y amigos a lo largo de los años. Eso fue algo decisivo, saber que uno entraba a la cancha con algunos jugadores que iban a patear para nuestro lado.
– Hablando de entrar a la cancha. En política se discute siempre todo, siempre se encuentran los pros y los contras a todo. Observando la reacción de la oposición a la reestructuración del gabinete del intendente Coutinho, el único nombramiento que no mereció reparos fue el suyo. ¿Qué reflexión le merece que su nombramiento no solo haya tenido consensos en todas las tiendas políticas sino también expectativas?
– Creo que se debe a que yo nunca tuve militancia política partidaria hacia ningún lado y que puedo trabajar muy bien independientemente de la facción política que sea la que esté en el gobierno. Yo me llevé muy bien con Denis Dutra cuando era Director de Cultura. Entonces, creo que se pueden hacer cosas que están más allá de la línea política que pueda tener el gobierno, mucha gente lo entiende así y cree que la tarea cultural es una tarea que va más allá del gobierno de turno, que no termina a los cinco años porque forma parte de la tarea de formación de la gente, y esa tarea de formación necesita una planificación, que no debe ser a cinco años sino a mucho más tiempo. La tarea cultural está muy ligada a la formación espiritual del ser humano, eso hay que planificarlo con total independencia de criterio, de facciones políticas y también sin tiempos.
– ¿Se debe administrar o se debe gobernar la cultura? Entendiendo por administrar manejarse con lo que se tiene y gobernar en relación a generar y crear…
– Las dos cosas, hay que manejarse con lo que tenemos, pero además, por ejemplo, la Dirección de Cultura de Salto en adelante tratará de ser productora de elementos culturales también. Un funcionario de la repartición de Cultura tiene que ser y tiene que sentirse un productor también, no es un mero custodio de cada una de las instituciones o locales en los que está trabajando, tiene que ser en todo momento un productor de cultura. Trataremos, si tenemos suerte, en los próximos meses nada más de demostrar esto con hechos.
– ¿Cómo podrá encontrar ese equilibrio necesario en todo gobernante? Le pregunto porque usted es un apasionado de Quiroga, de Marosa, de las letras en definitiva, pero la Cultura abarca otros aspectos o rubros, no solo el literario.
– Esto te lo contesto con una acción que hice ayer (miércoles). La Asociación Marosa di Giorgio nació un poco a iniciativa mía y ayer pedí licencia indefinidamente a la Asociación. Estuve desde el comienzo, desde antes que se fundara la Casa Quiroga trabajando porque me lo había pedido (Eduardo) Malaquina, desde entonces estoy trabajando allí tratando de reunir elementos para la Casa Quiroga, ayer también renuncié a la Comisión de la Casa Quiroga. Me siento muy bien poniéndome la camiseta del Ateneo, del Teatro Larrañaga, del Museo de Artes Plásticas, del Museo del Hombre y la Tecnología, del Conservatorio. Es decir, creo que no puedo estar–y así se lo expliqué a los compañeros-, no me sentía bien en la Comisión Quiroga y a su vez en este cargo en la intendencia. Yo ahora soy de todas las reparticiones y de todas las actividades artísticas.
– En diciembre el Partido Socialista homenajeó a Juan Carlos Ferreira por la distinción que tuvo de los Premios Morosoli por un escrito que había realizado para el Taller de Literatura de la intendencia, y allí abogó para que los jóvenes participaran del mismo. ¿Continuará al frente del Taller?
– Ahí también, por descontado que no puedo seguir trabajando en el Taller porque habría una implicancia en ese caso. Es otra actividad que voy a dejar. Es una actividad que al igual que las otras dos me gustaba muchísimo. En el Taller Literario reunía dos vocaciones, la vocación literaria y la vocación docente. Lo voy a extrañar muchísimo al Taller, había logrado conformar un grupo importante, grande, y de gente con un futuro muy destacado en la literatura. En ese núcleo uno puede cifrar las esperanzas tanto en poesía como en narrativa y no equivocarse.
Sin duda que va a haber una continuidad porque hay un llamado a concurso de méritos para todos los talleres, y alguna persona va a encargarse de la dirección del Taller, y lo mismo de las otras disciplinas.
Las intendencias, y ésta en particular, en los últimos años han venido cada vez más asumiendo un rol protagónico en la formación artística, rol que durante mucho tiempo lo tuvo el Ministerio de Educación y Cultura, que tenía organizado una red de talleres de plástica, de literatura, de música, de teatro y de danza en todo el país. En el 2005 se terminaron los talleres en todas las áreas, entonces las intendencias debieron asumir cada vez más un rol que antes lo tenía el Ministerio de Educación y Cultura, quienes allí trabajábamos habíamos dado un concurso. Personalmente di dos concursos, uno para orientador de talleres y otro como supervisor de talleres de la zona norte de nuestro país.
La intendencia ha llegado a tener un número muy importante de orientadores de talleres y es momento que también tenga una relevancia, una jerarquía, que cada uno de los orientadores pueda decir que está acá porque ganó un concurso de méritos y así tener derecho a determinado trato, ya sea en lo económico, en los horarios, en su contratación por tener el respaldo de este concurso ganado. Como hablábamos hace un momento, la responsabilidad de educar tiene que estar avalada por estudios previos de la persona que la asume, no cualquiera puede educar.
– Usted ha sido una persona forjadora permanentemente de su presente. Se forjó como docente, como hombre de la literatura escribiendo un número destacado de libros de poesía, narrativa, ha escrito ensayos y críticas, lo que lo llevó a su vez a la Academia Nacional de Letras. ¿Vamos a descubrir ahora a un nuevo Garet, al gobernante que hay en usted? ¿Cómo se ve en esta nueva faceta de su vida?
– El individuo es una suma muy compleja, y a veces aparece o se hace más visible una actividad que pueda ser más pública. Siempre he creído que el hombre completo es aquel que es querido en su barrio, no es el que es reconocido desde lejos solamente, sino que en el barrio es querido y es el que puede hacer las actividades de todos los demás. Yo no me siento ni trato de ser raro, trato de ser igual a todos. A veces cuesta encontrar la comunicación y poder llevarse bien en todos los órdenes con todas las personas, pero uno no debe pretender y tender a ser distinto, al contrario, se es a pesar de. Creo que tenemos que tratar de ser igual a todos y manejarnos con eso, con que no hay título más importante que ser un buen vecino.
– Los docentes necesitan planificar todo el año, y usted tendría ya planificada su vida, como nos acaba de contar, y con esta nueva responsabilidad supongo que lo que tenía pensado hacer en el 2013 quedó por el camino. ¿Cómo se siente ahora? ¿Con alguna incertidumbre al trastocarle lo planificado o planificando rápidamente este nuevo tiempo que le toca enfrentar?
– Me descalabró (risas), me dejó totalmente en suspenso, perplejo. Pero cada día que está pasando y con cada cosa que vamos haciendo con quienes me rodean en la Casa de la Cultura estoy más entusiasmado y más deseoso de tratar de llevar adelante cosas. O sea que paso de la sorpresa al descubrimiento de nuevos horizontes y estoy deseoso de tener dificultades, enfrentarlas y vencerlas.
Siempre lo mejor es mirar a los ojos del alumno cuando el alumno está entendiendo lo que se está diciendo. Ahora, dentro de un tiempo voy a tener que mirar a los ojos de la gente para saber si estamos haciendo bien en la Subdirección de Cultura.