«La situación está mucho más prolija», aseguró el dirigente local del SUNCA. Pablo Torrens, en referencia a la planta solar “La Jacinta” donde se habían denunciado varias irregularidades que hoy parecen ser cosa del pasado.
Se recordará que cerca de 20 bolivianos habían sido devueltos a su país de origen, luego de que el Ministerio de Trabajo exigiera la copia de sus contratos, luego de que el propio gremio de la construcción denunciara que “estaban indocumentados”.
Pero tras la tormenta volvió la calma y la empresa OHL, responsable de la contratación del personal, siguió sumando obreros foráneos a la obra.
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“Hubo más ingresos de trabajadores extranjeros, pero fue por la vía formal, con la documentación requerida, porque los bolivianos que se fueron tenían un contrato que no les garantizaba el cumplimiento del convenio colectivo”, acotó Torrens a EL PUEBLO, aludiendo a que los bolivianos cobraban como simples peones, pese a que eran personal calificado.
Actualmente hay cerca de 500 obreros en la planta y más de 150 son extranjeros. En las últimas semanas llegaron varios chilenos, quienes junto a los bolivianos que quedaron se encargan del “ensamblado de las torres”. También hay representantes del Viejo Continente: portugueses, españoles y rumanos.
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El tema de ser personal calificado y cobrar menos del laudo ya no sucede en La Jacinta. “Los extranjeros que quedaron lo hicieron con la garantía de que se les va a respetar las condiciones laborales, las condiciones de seguridad e higiene y las condiciones del convenio, o sea que se les va a pagar lo que corresponde por la tarea que desempeñan”, subrayó el sindicalista.
CAPACITARÁN A OBREROS LOCALES
Torrens valoró que el SUNCA tuvo un “gran logro reivindicativo” y fue “la creación de un comité de empresas que tiene la tarea de ir controlando la situación e ir generando el ámbito bipartito con la empresa, generando propuestas”.
Una de esas propuestas fue hecha por los trabajadores y fue aceptada por la patronal. “Estamos a días de que se instale la posibilidad de que varios compañeros sean capacitados en el rubro, teniendo en cuenta que esta tarea es innovadora en el país. Sabemos que tenemos unos cuantos años de inversión en estas nuevas materias energéticas y no nos había agarrado bien preparados al comienzo en este etapa. Ahora tendremos la garantía de que habrá trabajadores con un nivel superior de capacitación para los próximos emprendimientos de este tipo y ese es un logro muy importante”, arguyó Torrens.
Un nuevo conflicto estuvo a punto de iniciarse cuando ingresó “un contingente de más o menos 30 trabajadores de Rivera” para trabajar en la planta solar.
“Eso derivó en un preconflicto que se solucionó con la posibilidad de que reingresaran trabajadores locales que ya habían trabajado en la planta y que había sido cesados producto de etapas concluidas de otras empresas.
Y a través de esta modalidad ya llevamos 20 reingresos”, añadió el sindicalista.
LAS MEJORAS EN LAS CONDICIONES LABORALES
La condiciones laborales también mejoraron en La Jacinta. Hace un mes, el presidente departamental de SUNCA, Eduardo Arruda, había denunciado a EL PUEBLO que “todavía no hay ducheros ni vestuarios y falta ropa para los trabajadores.
Ya denunciamos el hecho, por lo que los inspectores locales del Ministerio de Trabajo van a tener que hacerse responsables, porque recorrieron la planta y dijeron que estaba todo normal, cuando no era así”.
Torrens le bajó el perfil al tema. “Es una obra muy compleja y tenemos que asumir que tanto los empresarios como a los trabajadores no nos agarró del todo preparados. Por eso los trabajadores tuvimos que salir a reclamar que se respetaran las condiciones de trabajo establecidas por ley. Cuando tuvimos la instancia tripartita en la dirección (del Ministerio de Trabajo) con el propio Juan Castillo presente, nos encontramos con la sorpresa de que se habían realizado inspecciones en materia de seguridad e higiene y no constataron ninguna irregularidad.
Una de las inspecciones se dio a fines de diciembre de 2014, cuando todavía había un montón de irregularidades. A raíz de eso se conformaron comisiones de trabajo bipartitas con el monitoreo del Ministerio, que es garante de que se realicen nuevas inspecciones si alguna de las partes lo requiere. El propio Castillo quedó comprometido de hacerse responsable del tema”.
A pedido de los trabajadores, “el bloque de empresas también se comprometió a realizar algunas donaciones. Van a recibirlas algunos centros de estudios, aunque no quiero nombrarlos hasta que las mismas no se concreten. También pedimos que al barrio La Chinita se le deje una donación de materiales para que puedan construir algo que deje marcado que ahí hubo un emprendimiento millonario”, concluyó Torrens.
a situación está mucho más prolija”, aseguró el dirigente local del SUNCA. Pablo Torrens, en referencia a la planta solar “La Jacinta” donde se habían denunciado varias irregularidades que hoy parecen ser cosa del pasado.
Se recordará que cerca de 20 bolivianos habían sido devueltos a su país de origen, luego de que el Ministerio de Trabajo exigiera la copia de sus contratos, luego de que el propio gremio de la construcción denunciara que “estaban indocumentados”.
Pero tras la tormenta volvió la calma y la empresa OHL, responsable de la contratación del personal, siguió sumando obreros foráneos a la obra.
“Hubo más ingresos de trabajadores extranjeros, pero fue por la vía formal, con la documentación requerida, porque los bolivianos que se fueron tenían un contrato que no les garantizaba el cumplimiento del convenio colectivo”, acotó Torrens a EL PUEBLO, aludiendo a que los bolivianos cobraban como simples peones, pese a que eran personal calificado.
Actualmente hay cerca de 500 obreros en la planta y más de 150 son extranjeros. En las últimas semanas llegaron varios chilenos, quienes junto a los bolivianos que quedaron se encargan del “ensamblado de las torres”. También hay representantes del Viejo Continente: portugueses, españoles y rumanos.
El tema de ser personal calificado y cobrar menos del laudo ya no sucede en La Jacinta. “Los extranjeros que quedaron lo hicieron con la garantía de que se les va a respetar las condiciones laborales, las condiciones de seguridad e higiene y las condiciones del convenio, o sea que se les va a pagar lo que corresponde por la tarea que desempeñan”, subrayó el sindicalista.
CAPACITARÁN A
OBREROS LOCALES
Torrens valoró que el SUNCA tuvo un “gran logro reivindicativo” y fue “la creación de un comité de empresas que tiene la tarea de ir controlando la situación e ir generando el ámbito bipartito con la empresa, generando propuestas”.
Una de esas propuestas fue hecha por los trabajadores y fue aceptada por la patronal. “Estamos a días de que se instale la posibilidad de que varios compañeros sean capacitados en el rubro, teniendo en cuenta que esta tarea es innovadora en el país. Sabemos que tenemos unos cuantos años de inversión en estas nuevas materias energéticas y no nos había agarrado bien preparados al comienzo en este etapa. Ahora tendremos la garantía de que habrá trabajadores con un nivel superior de capacitación para los próximos emprendimientos de este tipo y ese es un logro muy importante”, arguyó Torrens.
Un nuevo conflicto estuvo a punto de iniciarse cuando ingresó “un contingente de más o menos 30 trabajadores de Rivera” para trabajar en la planta solar.
“Eso derivó en un preconflicto que se solucionó con la posibilidad de que reingresaran trabajadores locales que ya habían trabajado en la planta y que había sido cesados producto de etapas concluidas de otras empresas.
Y a través de esta modalidad ya llevamos 20 reingresos”, añadió el sindicalista.
LAS MEJORAS EN
LAS CONDICIONES
LABORALES
La condiciones laborales también mejoraron en La Jacinta. Hace un mes, el presidente departamental de SUNCA, Eduardo Arruda, había denunciado a EL PUEBLO que “todavía no hay ducheros ni vestuarios y falta ropa para los trabajadores.
Ya denunciamos el hecho, por lo que los inspectores locales del Ministerio de Trabajo van a tener que hacerse responsables, porque recorrieron la planta y dijeron que estaba todo normal, cuando no era así”.
Torrens le bajó el perfil al tema. “Es una obra muy compleja y tenemos que asumir que tanto los empresarios como a los trabajadores no nos agarró del todo preparados. Por eso los trabajadores tuvimos que salir a reclamar que se respetaran las condiciones de trabajo establecidas por ley. Cuando tuvimos la instancia tripartita en la dirección (del Ministerio de Trabajo) con el propio Juan Castillo presente, nos encontramos con la sorpresa de que se habían realizado inspecciones en materia de seguridad e higiene y no constataron ninguna irregularidad.
Una de las inspecciones se dio a fines de diciembre de 2014, cuando todavía había un montón de irregularidades. A raíz de eso se conformaron comisiones de trabajo bipartitas con el monitoreo del Ministerio, que es garante de que se realicen nuevas inspecciones si alguna de las partes lo requiere. El propio Castillo quedó comprometido de hacerse responsable del tema”.
A pedido de los trabajadores, “el bloque de empresas también se comprometió a realizar algunas donaciones. Van a recibirlas algunos centros de estudios, aunque no quiero nombrarlos hasta que las mismas no se concreten. También pedimos que al barrio La Chinita se le deje una donación de materiales para que puedan construir algo que deje marcado que ahí hubo un emprendimiento millonario”, concluyó Torrens.
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