Entrevista a Fernando Amado
Fernando Amado sacó a fin de año un nuevo libro, «La Masonería Uruguaya. Por qué (casi) todas las puertas conducen a esta logia». Aceptó amablemente la invitación de EL PUEBLO para hablar de su fascinación por un tema que lo ha llevado a escribir su tercer libro y que ya nos adelanta que no será el último.
- Un nuevo libro sobre la masonería, ¿se trata de una fascinación o de una obsesión por el tema?
- Lo primero, es un tema que me gusta, lo digo abiertamente. Siempre lo he dicho, y a ti particularmente cuando he ido a Salto por temas políticos me terminas preguntando siempre si ando en algo nuevo en mis libros, a veces te he dicho que no encuentro el tema, porque si el tema no me enamora, no hay libro. O sea, no puedo escribir para cumplir o para poder tener una publicación todos los años, no, para mí escribir es una actividad que encaro con profesionalismo, pero con mucha pasión y, por tanto, es imposible que yo pueda generar un producto literario si el tema no me atrapa porque en mi caso, además, mi perfil de escritor es el de, llamémosle, investigador periodístico, o algo así. Es encontrar un objeto de estudio, que puede ser una institución, una personalidad, una religión, hincarle el diente y entender el fenómeno que muchas veces está asociado a influencias que tiene ese objeto de estudio en la sociedad uruguaya, en todos nosotros, y que también está vinculado al poder.
Entonces, ¿por qué he incurrido tres veces en la masonería? Si miro con el diario de hoy lo que fue el primer libro, es como si fuera un aperitivo. En aquel momento uno pensaba que manejaba muchísima información fidedigna, pero a cuentagotas. Fue muy impactante porque hasta ese momento no existía ninguna publicación de masonería uruguaya que abordara el estudio de la masonería sobre temas políticos, históricos coyunturales. El propio profesor Mario Dotta, recientemente fallecido, escribió sobre militares y masones; es decir que sobre el pasado había, pero de todas maneras había una ausencia de literatura de masonería contemporánea que hizo que «Penumbras» fuera un libro que sacudió mucho. Pero en realidad, era como el árbol, después venía el bosque. Allí fue que mi atracción por el tema, sumado a la acumulación de información, testimonios, datos, me llevó al segundo libro, pero no hubo tanta diferencia de tiempo entre el primer y segundo libro, hablamos de 2008 y de 2011.
- Hay una diferencia entre esos libros, mientras que en el primero abarca a todas las órdenes masónicas que hay en Uruguay, en el segundo libro se refiere exclusivamente solo a una de ellas, ¿por qué esa diferencia?
- Totalmente de acuerdo. En realidad, el primer libro fue como un baño de inmersión en el mundo masónico nacional y todas las potencias masónicas que había. Y por supuesto que, si hablábamos del pasado, la protagonista era la Gran Logia en el libro «Penumbras», porque era la que tenía en ese momento casi 150 años de historia, es decir, era la que había protagonizado como actor masónico en la vida del país. Es cierto que después, más recientemente en el tiempo, y lo toco en el libro «En Penumbras», hay distintas potencias masónicas que han crecido y que se han arraigado en Uruguay. El segundo libro es solo de la Gran Logia, es un estudio exclusivo y en este último libro, diría que es un estudio exclusivo de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay y la Gran Logia Femenina del Uruguay que, de alguna manera, son parte de un mismo mundo masónico.
En la masonería hay como distintos mundos por aquello de las tradiciones y acuerdos internacionales que se siguen, a todo eso se le llama técnicamente «regularidad», que es cuando te reconocen como potencia masónica Hermana, por ejemplo, de la Logia de otro país. Tiene que ver con que cumplan con determinadas pautas y acuerdos, relacionados a temas de organización, subordinación, porque es evidente que hay una subordinación desde el punto de vista mundial, más allá de que sea una Hermandad, hay dos grandes polos, uno es la Gran Logia Unida de Inglaterra y otro es el Gran Oriente de Francia. Esa regularidad hace que en este último libro me haya dedicado de vuelta a la Gran Logia, porque encontré una cantidad de cosas, porque pasó un tiempo y uno podría decir, ¿en qué quedó todo aquello que profundicé en 2011 pero que en realidad estudié en 2010? Con el agregado de la femenina que en aquel momento todavía estaba en una situación en el relacionamiento con la masculina, que todavía no se había desembretado esa situación, incluso hasta por miedo a la eventual pérdida de la regularidad.
Como proyecto pendiente, y que está en la cartelera interna de trabajo que tenemos definida con la editorial, están las otras masonerías, para encararlo aparte, porque evidentemente hay una división entre esas masonerías, entre el Gran Oriente del Uruguay, el GOLA, el GOFMU, con la Gran Logia y con la Gran Logia Femenina. Entonces, la Gran Logia masculina y la femenina tienen ahora sí en la actualidad un nivel de entendimiento y hermanamiento que queda muy claro en el libro a partir de la cooperación mutua y una cantidad de cosas, desde el trato y el reconocimiento como Hermanos y Hermanas, hasta de cosas logísticas que son muy importantes como prestarse templos, etcétera.
Pero sí, está pendiente y va a ser un tema que, no sé cuándo pero no creo que dentro de mucho tiempo vaya a ser parte de mis investigaciones el libro de las otras masonerías, porque las conozco, porque por suerte también tengo mucha vinculación con gente que las integra y sé de una cantidad de logros desde el punto de vista masónico y desde el punto de vista institucional que vienen teniendo a nivel internacional, que merecen la atención, porque no sólo es importante el crecimiento en cantidad de miembros de una institución, sino que también a veces lo son por sus acuerdos, que han llevado, por ejemplo, a algunas instituciones de las que nombré antes, que no son la Gran Logia, con Francia, y que terminaría siendo un encare de libro diferente.
- ¿Por qué sería diferente?
- Porque las otras masonerías tienen un enclave que naturalmente tiene mucho más que ver con el presente y el futuro que con el pasado al ser nacidas en los 80 y en los 90, están mucho más enclavadas con cosas que van a pasar más adelante, que tienen que ver con procesos de crecimiento y de fortalecimiento institucional pensando para adelante y con vinculación a situaciones históricas en los 90, en los primeros gobiernos progresistas.
- Veo que el tema le apasiona, pero no lo suficiente como para ingresar a la masonería, ¿por qué?
- Con los años fui aprendiendo algo que justamente me repetían los masones y que al principio me costó captar en su cabalidad, y que tiene que ver con, nada más y nada menos, eso que repiten, que aunque de repente no quieran a nivel institucional que se sepa detalles y una cantidad de cosas que aparecen en mis publicaciones, es cierto lo que dicen en cuanto a lo vivencial. O sea, aprendí a entender que uno puede saber muchísimo de masonería, investigar, saber, tener los detalles, saber los nombres, las logias, saber los números, saber en qué y en quiénes influyeron, si tuvieron algo que ver con tal episodio. Puede incluso conseguir, porque eso se puede adquirir en la feria de Tristán Narvaja acá en Montevideo o en algunas librerías donde te lo venden con total naturalidad, libros en donde están los rituales de principio a fin, del grado 1 al 33, que habrá sido de algún masón que falleció y los hijos no le dieron importancia a ese tipo de cosas y la terminaron tirando, y por esas cosas terminó ahí y me lo vendieron a $100, hablo de varios años atrás.
Entonces, puedo leer todo eso, pero si no ingreso a la masonería y entro, no solo en el clima en el que es necesario estar para poder comprender los rituales, si no estudio, aprendo y soy instruido sobre todo en los años más importantes de aprendizaje de una cantidad de cosas hasta que se llega a maestro masón, en el grado de aprendiz y en el grado de compañero, y no vivo eso, puedo ser un masonólogo en el sentido de entender del tema y saber. Ahora, la masonería no pasó por mí, eso es verdad.
También hay individuos adentro de la masonería, mujeres y hombres, que son iniciados, tienen mandil, capaz que hasta tienen grado, pero la masonería nunca pasó por ellos o ellas. Eso también puede pasar. Por eso a veces hay masones que dicen que fulano de tal, aunque no haya ingresado a la masonería, es un masón sin mandil, porque tiene que ver con aquilatar una cantidad de enseñanzas, valores, que hay que estar ahí adentro para vivirlo porque la masonería no se vive solo, se vive en logia y compartiendo con los demás esas experiencias, aunque sea un viaje individual, porque al final tenés que trabajar adentro de tu templo, que es en definitiva tu alma, trabajar sobre tus imperfecciones, tus vicisitudes, tus interrogantes existenciales. Es decir, tienen que trabajar sobre una cantidad de cosas que es la verdadera esencia de la masonería. Para ir a lo que me pregunta, si me pregunta si me gustaría recorrer ese camino iniciático, te diría que sí, sin duda…
- ¿Y qué pasó entonces?
- Pasa que el precio de recorrer ese camino iniciático es anular otra posibilidad que es la de investigar, la de tratar de arrojar luz sobre una institución que creo es muy importante para Uruguay a lo largo de su historia y en la actualidad, sobre todo para una corriente de pensamiento, con la que me siento identificado, que es la liberal republicana, y que uno puede relacionar rápidamente con la independencia de los Estados Unidos y con la Revolución Francesa, con todos esos valores que no necesariamente se atan a la derecha o a la izquierda, si no que se atan a determinadas ideas puras, fuertes, con las que también comulgo políticamente, pero hasta ahora he decidido recorrer el camino estando afuera de los templos.
- ¿A qué aduce el crecimiento de la masonería en estos años, como establece en su último libro?
- Por dos razones, primero, porque mucha más gente empieza a hablar y a querer saber sobre masonería, comienza a despertar la curiosidad, que lleva a que haya gente que se acerque a masones y manifiesten su intención de ingresar, algunos con –desde mi punto de vista- la intención de buscar una luz espiritual a través de ese camino iniciático de trabajo humano y de su espíritu, pero también de los otros, pensando que puede llegar a ser un vehículo de facilidad para el poder, para mejorar en el trabajo o para conseguir equis cosa, eso también existió y existe, tanto en el imaginario popular como en la masonería. O sea, la masonería no es perfecta, tiene una cantidad de integrantes que ingresaron y practican la verdadera esencia de la institución, pero tienen adentro mismo de la masonería también manzanas podridas que evidentemente utilizan mal esa herramienta que da la masonería para perfeccionarte como persona.
PERFIL DE FERNANDO AMADO
Es del signo de Virgo. De chiquito quería ser militar. Es hincha de Nacional.
¿Una asignatura pendiente? Muchísimas, infinitas te diría.
¿Una comida? Asado de tira, cocido.
¿Un libro? «Open» de Andre Agassi.
¿Una película? Una de Al Pacino, Perfume de Mujer.
¿Un hobby? Tomar mate en la rambla.
¿Qué música escucha? Toda menos brasilera y rock pesado.
¿Qué le gusta de la gente? Las historias.
¿Qué no le gusta de la gente? La hipocresía.
Por: Leonardo Silva