Somos concientes, que una dieta saludable, y una actividad física suficiente y regular, desde pequeños, son los pilares, los principales factores para promocionar un mantenimiento de una excelente salud, durante toda la vida. Las dietas que no son buenas y la inactividad física, son los dos principales factores de riesgo de hipertensión: hiperglucemia, hiperlipidemia, sobrepeso y obesidad. Y de las principales enfermedades crónicas como las cardiovasculares, el cáncer o la diabetes.
La obesidad infantil, es actualmente uno de los problemas de salud prevalentes, desafiantes, y de prioridad internacional. La prevalencia de la obesidad, representa tan grave preocupación que la OMS, la ha descripto como una epidemia global. Se ha comprobado que la génesis del problema, se produce en los primeros años de vida, según los patrones de alimentación, los hábitos dietéticos y las prácticas de alimentación que los padres, hayan establecido para sus niños.
La evidencia en prevención de la obesidad apunta hacia los factores dietéticos específicos tales como la promoción de la

lactancia materna, la introducción adecuada de alimentos complementarios nutritivos, pero también llama la atención a la práctica de alimentación de los padres, la conciencia y respuestas adecuadas al problema del hambre infantil y las señales de saciedad.
El comportamiento de actividad, (como inactividad física), la duración del sueño infantil, y las comidas en familia, en hora, son sumamente importantes para contrarrestar el problema. El PUEBLO, dialogó con la nutricionista Carla Piastri, quien se encargó de brindarnos algunas pautas para una mejor calidad de vida y desde nuestra conciencia, ayudar, desde la más temprana edad , a nuestros hijos, nietos, y a los más chiquitos de la familia, a contrarrestar este grave problema: si comenzamos a tomar en cuenta desde la gestación del bebé.
¿Tiene algo que ver que la mamá, o el papá, tengan algunos kilitos de más?
Sí, la genética tiene un gran porcentaje de “culpa” en el sobrepeso, pero no por eso debemos dejar que sea la excusa. Cuando nuestra genética nos juega en contra, debemos luchar para que no nos gane. Las personas que presentan mayor riesgo a tener sobrepeso, deberán ser más exigentes en su alimentación y más constantes en el ejercicio, aumentando de esta manera el metabolismo y con esto el gasto calórico.
¿Ya el médico se da cuenta cuando nace, que tiende a ser gordito?
No necesariamente.Varios estudios afirman que si el niño es macrosómico (peso mayor a 4 kg al nacer), tendrá más probabilidad de tener sobrepeso en su vida adulta. La macrosomía se relaciona con el sobrepeso de la madre antes y/o durante la gestación y con la diabetes gestacional principalmente.
¿Se toma alguna medida cuando comienza a almorzar, merendar y cenar?
Sí. El mejor tratamiento para el sobrepeso infantil es evitarlo. No caben dudas que alimentar a un niño correctamente, con porciones adecuadas y favoreciendo la actividad física es la mejor manera de evitar este tipo de trastornos en la salud. Evitar que el niño entre en un “ambiente obesógeno” contribuirá en este proceso.
El ambiente obesógeno incluye una alimentación con excesos en grasas (saturadas y trans, principalmente), exceso de harinas y dulces, insuficiente fibra alimentaria (frutas, verduras y productos integrales) bajo contenido de agua, pero también escaso ejercicio, sobre todo por exceso de horas dedicadas a la televisión, computadora y sueño.
¿Y después, cuáles son las medidas?
De acuerdo a la edad y al grado de sobrepeso serán las medidas a tomar. En muchos niños no es necesario hacer una reducción en las porciones, sino que simples cambios en la calidad de los alimentos y en la actividad física ayudarán a evitar esta enfermedad. También influye si el niño presenta alguna otra patología, como por ejemplo Hipotiroidismo, hipertensión, hiperinsulinemia (patologías que hasta hace un tiempo solo se veían en adultos). En estos casos la dieta deberá ser más estricta. El niño aún no tiene la capacidad de decidir por sí solo, qué comer y qué no. “El cambio en su alimentación depende directamente de la ayuda de Toda la familia”.
Entre esas medidas esta el hacer ejercicio físico. ¿Qué otras medidas pueden ayudarlo?
El sobrepeso es una enfermedad multicausal. En muchos casos, la ayuda de un sicólogo puede lograr excelentes cambios.
¿Cuándo es para preocuparse?
Como ya se dijo anteriormente, lo ideal sería ocuparnos de que el niño tenga hábitos saludables desde el inicio de su vida. Deberíamos preocuparnos cuando, llevando estos hábitos, vemos que el niño presenta un peso por encima de lo normal.
Si el niño lleva una alimentación inadecuada y además está excedido de peso, padres ¡Es momento de tomar las riendas!
¿En qué lo perjudica? En su vida bio-sico-social.
Biológica: la mayoría de las enfermedades están ligadas al sobrepeso: ACV, diabetes, hipertensión, cáncer, hepáticas, entre otras.
Sicológica: Se debe combatir la sensación de rechazo y mejorar la imagen de si mismo, aumentando la autoestima.
Social: Su apariencia física los deprime y se exponen a maltrato intencionado o discriminación por parte de sus compañeros del colegio o escuela, que los aísla de los grupos sociales
¿Cómo se evalúa al niño para saber si tiene sobrepeso?
Pídele al pediatra que te enseñe a leer las curvas de la OMS. Éstas están en el carné del niño y el adolescente, y es importante que siempre lleves el registro. En estas curvas puedes descifrar si tu niño/a tiene: bajo peso, peso normal, riesgo de sobrepeso o sobrepeso, y a partir de esa valoración podrás tomar medidas al respecto. No dudes en pedirle un pase al nutricionista si consideras que necesitas ayuda para tratar el tema.
Imagen: curva IMC/E (índice de masa corporal para la edad, 5-19 años)
Estas son algunas de las curvas para valorar al niño.
Mary Olivera
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