Es que las figuras que adornaron en algún momento esa vidriera, antes de ser figuras, ya fueron vistas en el extranjero y se labraron así su futuro.
Sin haber estado en esa vidriera difícilmente scouts de los principales equipos del mundo hubieran llegado en busca de presuntas figuras a lugares tan lejanos como los barrios montevideanos de Cordón o Villa Biarritz, o lugares del interior, tal vez playa Pascual o Mercedes, por decir algunos.
Verlos en la vidriera de la FUBB en competencias internacionales sirvió para que llamaran la atención.
Ahora la vidriera ha quedado casi vacía, por retiro voluntario. Es que los que ocuparon esos lugares ya no los necesitan.
Es hora que la vidriera se dedique a quienes sí la necesiten y quieran ocuparla, olvidándose de quienes en algún momento la usufructuaron y ya no lo hacen. (Información extraída del portal Urubasket.com que dirige nuestro colega Héctor R. López)