La fecha del 25 de Agosto de 1825 y la Independencia del Uruguay – Por la Profesora Mónica Nicollielo

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    Nada más importante para un pueblo que el sentido de identidad y este se construye, en gran parte con la memoria histórica. Una persona que enfermara de amnesia no podría recordar quién es. Pero al mirar el álbum de fotos familiar surgirían en su mente evocaciones y reminiscencias que le permitirían reconocer las fotos antiguas de ese niño primero, como alguien conocido, y luego inferir que se trata de él mismo, aunque en otra etapa de su vida.

    ¿Qué recordamos cada 25 de Agosto?
    La Independencia del Uruguay es un proceso que se inserta dentro de su historia de larga duración, desde sus mónica nicollieloprimeros pobladores hasta la actualidad. Dentro de ese proceso el 25 de agosto de 1825 es un momento decisivo. ¿Qué recordamos y celebramos el 25 de Agosto los uruguayos, y en particular los salteños, con el tradicional desfile en el que a todo el mundo le gusta participar? El momento en que reunida en Piedra Alta, en la Florida, la Asamblea Legislativa formada por los representantes de catorce jurisdicciones locales con estatus municipal y departamental, elaboraron y dieron a conocer la Declaración de Tres Leyes Fundamentales, es decir que sirvieron de base para el posterior reconocimiento de su soberanía y de sus relaciones con el resto del mundo:
    1. La Ley de Independencia. Declara «[…] írritos, nulos, disueltos y de ningún valor para siempre, todos los actos de incorporación, reconocimientos, aclamaciones y juramentos arrancados a los Pueblos de la Provincia Oriental, por la violencia de la fuerza unida a la perfidia de los intrusos poderes de Portugal y el Brasil […] libre e independiente del Rey de Portugal, del Emperador del Brasil y de cualquier otro del universo y con amplio y pleno poder para darse las formas que en uso y ejercicio de su Soberanía, estime convenientes.»

    2. La Ley de Unión dice: «La Honorable Sala de Representantes de la Provincia Oriental del Río de la Plata en virtud de la soberanía ordinaria y extraordinaria que legalmente reviste para resolver y sancionar todo cuanto tienda a la felicidad de ella, declara: que su voto general, constante, solemne y decidido es, y debe ser, por la unidad con las demás Provincias Argentinas a que siempre perteneció por los vínculos más sagrados que el mundo conoce. Por tanto, ha sancionado y decreta por ley fundamental la siguiente: Queda la Provincia Oriental del Río de la Plata unida a las demás de este nombre en el territorio de Sud América, por ser la libre y espontánea voluntad de los Pueblos que la componen, manifestada con testimonios irrefragables y esfuerzos heroicos desde el primer período de la regeneración política de dichas Provincias. Dado en la Sala de Sesiones de la Representación Provincial, en la villa de San Fernando de la Florida, a los veinticinco días del mes de agosto de mil ochocientos veinticinco”.
    3. La Asamblea de la Florida también creó como Pabellón nacional, el celeste, blanco y punzó que en aquel entonces ondeó junto a la bandera argentina: «por ahora y hasta tanto que incorporados los diputados de esta provincia a la soberanía nacional, se enarbole el reconocido por las Provincias Unidas del Río de la Plata a que pertenece».
    La Asamblea también declaró libres a los futuros hijos de las esclavas, o Ley de Vientres, como parte de un proceso iniciado en el año 1813 y que culmina hacia 1830.
    ¿No son contradictorias entre sí las Leyes de la Florida?
    Al menos desde 1879 algunos autores, como el célebre escritor romántico Juan Carlos Gómez, han llamado la atención sobre el hecho de que estas leyes son contradictorias entre sí. ¿Cómo llamar Declaración de Independencia a la del 25 de agosto de 1825 si a continuación de la Primera Ley Fundamental de Independencia hay una Segunda Ley Fundamental de Unión con las Provincias Unidas del Río de la Plata?
    La personalidad de Juan Carlos Gómez nos demuestra que las ideas “unionistas” todavía estaban vigentes a fines del siglo XIX, ya cuando estaba avanzado el proceso de modernización. Llamamos “unionista” a la corriente de opinión que pedía la unión del Uruguay con la Argentina. J. C. Gómez tenía un proyecto que se llamaba “Unión del Plata”. Uruguay celebraba entonces, como fecha de Independencia, la del 25 de Agosto desde el año 1860. Gómez consideraba que Uruguay no se había independizado en 1825.
    Su famosa polémica fue con el historiador Francisco Bauzá, quien, de esta forma dio a conocer sus ideas a través del diario La Nación a fines de 1879. F. Bauzá consideraba que desde la época Charrúa en Uruguay existían factores que determinaron que sería un país independiente, como la población, la geografía, la economía, y las primeras formas de organización social. A diferencia de J. C. Gómez, F. Bauzá era completamente contrario a la unión con la Argentina. Estas posiciones se evidenciaron en el momento de interpretar los acontecimientos del 25 de Agosto.
    También en 1923 hubo un célebre debate parlamentario donde se confrontaron las ideas de los historiadores Pablo Blanco Acevedo, que defendía la fecha del 25 de Agosto como Independencia del Uruguay, y Edmundo Castillo, quien consideraba que había que tomar la del 18 de julio, la Jura de la Constitución, en 1830. No hubo acuerdo ni entre historiadores ni entre legisladores, por eso, no hay una fecha única de Independencia en Uruguay. Tenemos varias posibles.
    Las revoluciones de los años 1810
    Otro motivo por el cual Uruguay no tiene fecha de Independencia, es que la misma se trata de un proceso, de una línea de tiempo donde unos acontecimientos llevan a los otros, y por lo tanto hay antecedentes muy importantes a tener en cuenta.
    Hay que tener presente que las Provincias Unidas no eran lo mismo que la Liga Federal liderada por Artigas. Provincias Unidas del Río de la Plata llaman los documentos históricos al conjunto de provincias rioplatenses que antiguamente formaron parte del Virreinato del Río de la Plata y que declararon su Independencia el 9 de julio de 1816 en Tucumán: Santa Fe, Cuyo, Córdoba, Tucumán, Salta, Alto Perú (salvo Potosí, Cochabamba, La Paz, la República de Santa Cruz recuperadas por los realistas) y Carmen de Patagones.
    Las provincias que formaban la Liga federal, en cambio, decidieron no mandar representantes a Tucumán, y la Provincia Oriental había comenzado a ser ocupada por Portugal a principios de 1816. Se considera que estas provincias ya habían declarado su Independencia en el Congreso del Arroyo de la China o Concepción del Uruguay el 29 de junio de 1815. El problema para poder asegurarlo es que no tenemos un Acta de Independencia de 1815. Lo que sí tenemos es un conjunto de actos y de documentos en los cuales se evidencia el ejercicio de la soberanía provincial.
    En este contexto, una fecha a tener en cuenta es el 25 de junio de 1814, cuando, luego de la caída de Montevideo en manos del ejército de José Rondeau, donde la resistencia al sitio estuvo liderada por Gaspar de Vigodet, las autoridades montevideanas firman la rendición. Ese documento se podría considerar un reconocimiento de la soberanía de la Provincia Oriental, y de su separación del Estado español y de la familia de los Borbones, ya prevista en las Instrucciones de 1813:
    “La declaración de la independencia absoluta de estas colonias, que ellas están absueltas de toda obligación de fidelidad a la corona de España, y familia de los Borbones, y que toda conexión política entre ellas y el Estado de España, es, y debe ser totalmente disuelta”
    El problema en este caso fue que los diputados orientales no fueron reconocidos por la Asamblea General Constituyente que estaba reunida en Buenos Aires y adonde habían concurrido delegados de las provincias del Río de la Plata.
    Pero en 1816 nuestro territorio fue invadido por los portugueses. Claro que con una enorme resistencia por parte de los orientales hasta el 22 de enero de 1820, en que José G. Artigas y Andrés Latorre fueron derrotadas en la batalla de Tacuarembó por las de Castelo Branco Correia, que eran de origen europeo y entrenadas en las Guerras napoleónicas. Por lo que sabemos, Artigas trató de buscar ayuda en Paraguay, donde esperaba que triunfara un movimiento de tipo federal. Pero cuando Artigas llegó ese movimiento había fracasado, y entonces, fue tomado prisionero por José Gaspar Rodríguez de Francia.
    A pesar de todo, los caudillos federales triunfaron en la batalla de Cepeda, en Buenos Aires, el 1º de febrero de 1820. Se produjo la caída del Directorio y el Congreso Nacional.
    Las revoluciones de los años 1820
    La Cruzada Libertadora del 19 de abril de 1825, con su desembarco, en la playa de La Agraciada, es la culminación de todas estas luchas y también de los movimientos liberales de los años 1820 en América y en Europa.
    El 1º de enero de 1820, tuvo lugar el Pronunciamiento del General Rafael Riego en España, en Cabezas de San Juan. Al General Riego, Fernando VII le había dado la orden de encabezar una expedición que pusiera fin a la Revolución hispanoamericana. Pero Riego se negó y en cambio, restableció la Constitución de 1812 y liberó a los presos políticos hispanoamericanos que se encontraban en España. Este Pronunciamiento militar tuvo un enorme impacto internacional, tanto en Europa como en América.
    Su influencia se extendió a Portugal, donde el 24 de agosto de 1820 se produjo la Revolución de Oporto, y luego a Brasil, influyendo en su Grito de Independencia (Grito de Ipiranga), el 7 de setiembre de 1822. En Uruguay se formó la ‘’Sociedad de los Caballeros Orientales’’, que en 1823 trató de liberar a nuestro país de Brasil, pero fracasó. A pesar del fracaso, el movimiento de Independencia se extendió entre los miembros del Cabildo de Montevideo y de los cabildos de la campaña. Muchos de nuestros compatriotas, emigraron a Buenos Aires, desde donde organizaron la Cruzada Libertadora.

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    El 29 de octubre de 1823 el Cabildo de Montevideo redactó un Acta donde decía:
    ‘’Que declara nulo, arbitrario y criminal el estado de incorporación a la monarquía portuguesa […] Que declara que esta Provincia Oriental del Uruguay no pertenece, ni debe, ni quiere pertenecer a otro Poder o Estado o Nación, que las que componen las Provincias de la antigua Unión del Río de la Plata […]’’.
    El 24 de abril fue el Cabildo de Santo Domingo Soriano el que se sumó a la revolución. El 14 de mayo lo hizo el de Maldonado. El 17 de mayo el de San José. Por circular del 27 de mayo de 1825, Lavalleja convocó a los cabildos para formar un Gobierno Provisorio, el cual dio paso a una Sala de Representantes, la que el 25 de agosto de 1825, en la Florida, dio a luz las tres Leyes Fundamentales: Independencia, Unión y Pabellón. Leyes Fundamentales que luego influyeron en lo que fueron las bases constitucionales de nuestro país, y que recoge en gran parte, nuestra Constitución liberal y republicana de 1830.
    Mónica Nicoliello

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