Si. Claro que sí.
El hincha de Universitario tendrá derecho a apelar a todo el elogio que tenga a mano. Después de todo, seguro que este rojo de ayer lo sedujo.
Porque entregó el repertorio, porque lo adaptó a los vaivenes del trámite y porque finalmente estampó la goleada.
¿Quién podría cuestionar ese imperio emocional, psicológico y táctico de Universitario en el 75% de un trámite que manejó desde su nivel de producción?
Y porque además, como tiene intérpretes a la hora señalada, es el gol que no le falta.
Pero sobre todo Universitario derrotó a Ferro Carril, porque desde Emilio Silva PROLONGA LA DEFENSA DE UNA IDEA.
Que pasa por el caudal rocoso para defender, las variables para el asalto ofensivo y porque en definitiva en los metros finales, aporta la eficacia de los aptos
El 1 a 1 del primer tiempo, cuando primero, el combazo desde el corner de Martín Silva para ser gol olímpico y el empate de Ferro en los 28′. Desde el envío al área, con el «Nico» Cáceres jopeando para mandarla sobre el segundo palo.

Pero dos hechos irían a tornarse desnivelantes. Cuando se iba el primer tiempo, la expulsión de Martín Sosa (doble amarilla) y en los 3′ del segundo tiempo, con Daniel Lescano incurriendo en el penal sobre Jonathan Jorge y en la hora de Martín Silva, verdad de fusilero.
A la izquierda de Guzmán Aranda para el 2 a 1. A Ferro le cayó grueso ese segundo gol.
Fue el comienzo del desorden. O de la hegemonía de su ineficacia para amoldarse a la circunstancia adversa.
Ocurre que Ferro extrañó demasiado al «Zurdo» Fagúndez-. Pero demasiado.
Para colmo de males, con Nahuel Machado sin poder jugar. Y ese tercer gol rojo por George dos Santos a los 17′ a manera de sentencia sin más giro.
Por si fuera poco, Valentín Fornaroli cantó el cuaterno, con definición propia de ese talento que nunca renuncia y no deja de estar…
Las variantes rojas. Pero aún así, salpicando contragolpes mal definidos, mientras Guzmán Aranda hizo lo posible y evitó otros.
Tampoco desde el banco para la franja hubo solución.
Cuesta descubrir chances a la cuenta de Martín Lima o Javier Vargas.
¡La añoranza por el «Zurdo» que no jugó!
Mientras el Universitario de este Emilio convencido, recurrió a las herramientas de quien resuelve desde la actitud, desde la idea y de esa convicción colectiva que Universitario sigue teniendo. Por eso no abandona la misión que vuelve a pretender.
Universitario bien que sabe, cual es esa misión.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-