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martes, 1 de julio de 2025
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Salto

Junio, mes de Salto, y sus poetas le cantan

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Diario EL PUEBLO digital
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POR JORGE PIGNATARO

Junio es un mes fuertemente vinculado a la historia de Salto. El 8 de junio de 1863, Salto fue elevado a la categoría de «Ciudad».

En tanto el 16 de junio (como si fuera poco, fecha también de nacimiento de dos de sus más grandes escritores: Marosa di Giorgio y Víctor Lima), en el año 1837 Salto se hacía capital del departamento.

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Seguidamente, una breve selección de poemas a Salto, de poetas de esta tierra, por supuesto.

AL SALTO
Aquí la primer alba.
Aquí el río, la casa, los semblantes
y las voces constantes en el alma.

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Me arrastró el ansia de los peregrinos
y en esas rutas largas,
cuántos ramajes me ofreció sus frutos,
cuánto jaguel su agua
y su entibiado albergue, cuántos muros.

Mas todo lo acepté como regalo
que da lo eterno a lo que va de paso,
así como se entrega,
quedando siempre inmóvil en su fondo,
el cielo a las fugaces humaredas.

Me sentaba al festín de los paisajes,
como delante del mantel extraño
se sienta el convidado.

Ellos estaban fuera de mis márgenes
y yo fuera de ellos: dialogábamos
a modo del espejo y las imágenes.

Pero aquí, no: el dulce panorama
tiene la intimidad de las entrañas.
Y son como ellas, míos
sus casas, sus naranjos y su río.
José María Delgado

ROMANCE DE OTOÑO EN SALTO
Este sábado me impulsa
a vagar por cualquier lado,
sin derrotero ni norte,
pues todo es hermoso en Salto,
y más ahora en otoño
que se perfuma el naranjo
con olor de fruta fresca,
delicia para los pájaros.
Tomo porque sí esta piedra
que encaja bien en mi mano
y la largo contra el líquido
semidormido de un lago,
que anteayer dejó la lluvia,
como muerto en un barranco;
tiembla mi alma con el agua
y también el reflejado
eucaliptus del sendero.
Río, lloro, canto, amo…
sencillamente me pierdo
por este otoño tan calmo,
apacible como el árbol
adusto, sobrio, parado,
o como este manso río
solitario cual un
páramo,
sin canoas que
lo surquen,
sin nadadores ni
pájaros.
José María Rondán Martínez

DE LOS RETORNOS
¡Cuántas veces vuelvo
Salto!
Siempre trabajoso
es llegar a tus frutillas,
siempre estás arriba del mapa
y metido entre aguas,
Salto.

Siempre vuelvo!
Y sos siempre distinto,
los carteles de tus comercios
son un mapa que me pierde.

El Daymán me da la mano
y señala el camino:
Bienvenido es una palabra
con letras de barro.
Allí están los naranjales
allí están las termas
ha cambiado tu cara
pero sos el mismo.

Cuántas veces vuelvo,
Salto.

Miro hacia arriba y te encuentro
miro hacia adentro y te encuentro
se oye el agua que golpea
y golpea la piedra.
Es fuga veloz y vuelo
Salto Chico presente,
Salto Grande pasado,
que golpea y golpea la piedra.
Enrique M. Castellanos

A LA MUJER SALTEÑA
Es licor de pitanga si es trigueña
o es perla matinal si es cáliz de oro.
La estirpe castellana es su tesoro
hecho poema en la mujer salteña.

De comarcas lejanas cuando sueña
vaga en los ojos un celeste añoro;
de pájaros charrúas tiembla un coro
en el fondo de su alma lugareña.

Puede reinar en trono de sajones
como ceñirse airosa los blasones
desde el Oriente a trópicos latinos;

porque hay bellezas rubias y morenas,
y cantan las cascadas en sus venas
romances de naranjas y de vinos.
Ángel R. Beneditto

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