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Jorge Menoni, hoy la tristeza escribe poemas

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En la noche del viernes estaba dando una charla sobre Marosa di Giorgio en el Hotel Concordia, cuando llega a mi celular la triste noticia: acababa de morir un gran «marosiano», Jorge Menoni. Fue imposible que todo no se mezclara y recordé para mis adentros aquel poema que Jorge escribió ante la muerte de Marosa y que hoy podríamos dedicárselo a él:

Del otro lado del muro
donde el sol no entra,
donde las sombras no existen,
tu tristeza escribe poemas
los poemas no tienen retorno
las lágrimas que desgastan la prisa
construyen cavernas de paciencia
el muro no es alto,
tampoco ancho
bastaría la dureza del papel para lastimarlo
y aunque tú ya eres invisible
del muro no se vuelve
arañas, gimes, golpeas
cierras los ojos y te ignoras
sonríes y pretendes disimular
dibujas puertas, ventanas
o un círculo,
la libertad comienza por el fin
y vuelves a intentarlo
el muro es invencible
te sientas a descansar
y descubres asombrada que hoy es domingo
y han cambiado las flores de tu tumba.

Jorge Menoni había nacido en Salto el 26 de agosto de 1950. Desde hace más de 40 años vivía en Ámsterdam, donde ahora murió, tan lejos de su Salto y tan cerca en el afecto de la Escuela 5, la Plaza Flores, el Liceo Piloto, la calle Charrúa…
Sus primeros dos libros fueron de poemas: «Epílogo de sueños» en 1985 y «El tiempo del Origen” en 1996. En 1987, la Editorial Sarandí de Diario EL PUEBLO publica su primera novela: «El cementerio universal de los vivos». A esa seguirán otras, todas publicadas en Europa: «El cazador de eternidades» (2011), «El río de papel» (2017), «Música para un hombre malo» (2019) y «La frágil cordura de Denisse» (2021). Su libro de cuentos «El primer día del mundo», apareció en 2009, como parte del Tomo 19 de la Colección Escritores Salteños. Además, escribió varios guiones cinematográficos (y también dirigió cortometrajes), así como crónicas, crítica de arte y mucho más.
Párrafo aparte merece su “Ámsterdam Sur”, revista cultural que llevó adelante durante muchos años, primero en papel y más tarde en forma digital. Allí dio cabida generosamente a que muchos escritores, fotógrafos y artistas plásticos (de diferentes países, entre ellos varios salteños) mostraran al mundo sus trabajos.

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Hoy, esta página de EL PUEBLO, que Jorge leía siempre y con la que colaboró muchas veces, lo despide con textos suyos, a los que llamó “Microrrelatos”:

El Ladrón
El ladrón sabía que el escritor había escondido el dinero en su biblioteca.“Lo buscó en vano todo el día.“Lo había escondido en las palabras.

El loco
El loco inició el viaje al pasado.“Cuando llegó al Paraíso, lo entendió todo.“Se volvió al manicomio.
El artista
El artista dibujó una puerta de vidrio. Escribió un cartelito que decía “prohibido la entrada”.“Se dibujó entrando. Cuando quiso dibujar la salida, el cristal le cortó la mano.

El actor
Cuando el actor que hacía de mago se quitó la máscara, se dio cuenta que el teatro estaba vacío.

El velorio
El velorio fue muy breve.“El muerto despertó a los 10 minutos.

El alpinista
Avanzada la noche, el alpinista equivocó la entrada al oscuro túnel.“Nunca más pudo salir del aljibe.

El escritor
Cuando el escritor terminó su novela la arrojó al fuego. “Cuenta la leyenda que el diablo fue quien escribió el Fausto de Goethe con el manuscrito aún al rojo vivo.

Jugando a volar
Jugando a volar, se cayó al abismo.“No se quebró ningún hueso. Tampoco encontró el fondo.

El náufrago
El náufrago escribió SOS en la arena con sus dedos ensangrentados.“La actriz lo vio desde el avión y comentó: me pintaré las uñas de rojo para provocar a los fotógrafos del festival.“El avión continuó su ruta normal.

El sueño
Soñó que se casaba en un sueño que a su vez otros soñaban.“Cuando despertó no supo si era su mujer la que dormía a su lado o la estaba soñando.

La escalera
Subió lentamente la escalera prohibida que ya no conducía a ningún lugar.“Cuando llegó a la cima vio la cara de enojo del ángel.

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