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jueves, 3 de julio de 2025
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Jorge Jacques, Director de 1 TV 20 años como productor de televisión

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Diario EL PUEBLO digital
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Jorge Omar Jacques Borba (Director de 1TV), nació el 2 de febrero de 1962, es casado con  Cristina Sánchez y tiene tres hijos: Joaquín, Belén y Juan Diego. Este año cumple dos décadas como productor de programas televisivos pero Jorge Jacques Video Producciones nació un año antes, con filmaciones de videos para turistas.  Debió enfrentar de muy joven la soledad que le transmitió vivir en la capital del país, lugar que abandonó tras solo un año de residir allí porque no podía estar lejos de los suyos. Superó momentos muy duros, que al recordarlos lo emocionan hasta las lágrimas. Se definió como una persona muy sensible y maniático con la tecnología, porque “lo es todo” y fue lo que le permitió marcar la diferencia.

¿Cómo fue su infancia y
adolescencia?
“Viví hasta los 7 años en República Argentina y Guaraní, en el Cerro; luego pasé a vivir con mis padres y  hermanos en una casa de la Zona Este. Fui a la UTU, hice el curso de electricidad y mientras estudiaba reparaba radios. A los 16 años trabajé en el taller eléctrico de ANCAP (Administración Nacional de Combustibles Alcohol y Portland), después estuve cinco años en Centro Eléctrico, tuve que ir a Montevideo con ellos y extrañé tanto que me tuve que venir.
No sé cómo hay gente que se va así, la experiencia fue muy dura, buena porque aprendí a manejarme de otra manera, pero fue dura. Después tuve mi propio taller en Uruguay y Piedras durante 11 años.
Yo tenía claro que había algo en la electricidad que me gustaba, con el tiempo se fue transformando en algo más técnico”.
¿Cómo entró en el mundo
de la filmación?
“Después que me casé ya no funcionaba muy bien el taller y empecé a incursionar en el video.
Sergio Hornos fue el detonante para que yo entrara en esto de las cámaras de televisión, con él filmaba cumpleaños, casamientos y hacíamos publicidades.
Enseguida me di cuenta que eso era algo que me apasionaba y siento hasta el día de hoy la misma pasión. El siguiente paso fue vender un Fiat 600 que tenía y comprar mi primera cámara, que la tengo hasta el día de hoy. Yo ya estaba casado y tenía mi primer hijo.
Fue una decisión importante, mi esposa me apoyó en todo momento. ¡Había que hacer algo!”
Recuerda esos momentos y
se emociona, ¿por qué?
“Por todo, por como se fue dando. Recordar ese momento tan duro, mi señora estaba embarazada y teníamos que hacer algo. Hubo un lapso en que repartía viandas y hasta tuve que lavar manteles.
En ese entonces yo veía que en el Club Salto Uruguay venían muchas excursiones de turistas a comer de noche y cuando compré la cámara tenía pensado filmarlos y venderles el video. Ahí hablé con el guía y me dijo que eso se hacía mucho en Buenos Aires.
Filmá varios lugares importantes de Salto, ponéle una musiquita y mañana esperáme en el hotel- me dijo el guía. Y así fue. Hice 48 cassettes y los vendí a U$S 20 cada uno.
Fue un año bárbaro, empecé un viernes Santo y hasta noviembre había vendido 980 cassettes.
Era algo innovador en Salto y entonces invité a un amigo, Carlos Moreni, para que sacara la foto del grupo. Ahí ya me había comprado otra cámara”.
¿Cómo pasa de hacer videos a turistas a su primer programa de televisión?
“Al año siguiente nace el cable, me llama Víctor Hugo Solís para invitarme a hacer un programa de televisión que iba a salir en el cable de TV Mundo. Y así nació Estación Central, donde hacíamos toda la movida de Salto, más que nada discotecas”.
¿Cómo les fue con “Estación Central”?
“A los tumbos. Mirá, hasta hacíamos croma, tenía una tela verde en el living de mi casa y yo le ponía imágenes atrás y esa era la escenografía; ahí hacíamos el programa.
En el equipo éramos dos y a veces iba Germán Coutinho, se grababan los pies y trabajábamos prácticamente toda la semana para sacarlo el fin de semana. Se editaba en cinta, había que ir sincronizando y pegando en cassette, era mucho más trabajo que ahora, tenía que ir con el cassette y pasarlo yo, porque no había un canal funcionando.
Después hablamos con Paulino Delsa para hacerlo en vivo al programa, llevamos todo el equipo y salimos un domingo en vivo.
Me acuerdo que mirábamos quieénes eran los abonados y los llamábamos.
Así empezó y continuó, porque no se podía creer lo que era. Al día siguiente voy a decirle  a Paulino que me iba a llevar las cosas y me dijo que las deje ahí, que íbamos a seguir en vivo. Y así empezó el que en ese entonces era el canal 3 de TV Mundo, después empezaron otros programas y así todo”.
¿Cuándo nota un cambio
importante en ese proceso?
“Empecé a generar programas, hacía micros de informativos, cubríamos algunas cosas, armábamos informes y fuimos creciendo. Ahí ya era Jacques Video Producciones, hasta que el grupo Clarín compra el cable, se terceriza el canal y yo me quedo a cargo. Ese fue el gran cambio, en el año 2000 y aparece Uno TV.
También en el 2000 apareció la primera cámara digital y el cambio en la imagen fue rotundo. Pudimos mejorar, pasamos a una cámara que tenía mucho mejor calidad de imagen”.
¿Es difícil mantener un
canal en el interior?
“Es muy difícil y cada vez es más difícil. Cuando yo empecé en el cable los canales de Montevideo no llegaban como llegan ahora. Antes manoteábamos alguna publicidad estatal, después cuando esos canales empezaron a estar en el cable para ellos la llegada en el interior se daba igual.
Por suerte el medio local apoya. Hay gente que me decía -¿qué vas a hacer programas locales y competir con los canales de  Montevideo o de Buenos Aires?- Pero si se hacen las cosas con calidad y buenos productos se puede competir.
Hay cosas que se pueden hacer bien, dentro de las limitaciones que tenemos.
Acá muchos son periodistas, camarógrafos o editores porque aprendieron trabajando, nadie estudió nada. Y más de una vez me iban a pedir trabajo y me decían -¿pero mirá que no se nada de cámaras?, y bueno, eso se aprende, les decía yo, haciendo las cosas bien”.
¿Qué espera de cada producto?
“Que tenga un nivel, que no sea algo simple, que tenga un contenido, que no sea porque viene fulanito y quiere hacer un programa. En contra muchas veces de lo comercial y de muchos intereses, prefiero buscar programas que tengan una categoría, un cierto nivel. Y creo que eso es lo que me ha posicionado bastante bien a nivel del interior del país”.
¿La Inversión es la clave?
“La gran diferencia que creo que pude marcar es en la técnica. Hace quince años atrás si hacías zapping sabías cuál era el canal local porque la diferencia en la imagen era abismal, hoy eso no se da.
Tenemos menos equipamiento que los canales de Montevideo, pero estamos acá”.
¿Cómo se ve dentro de unos años?
“Hoy en día a mi me sigue apasionando la televisión de la misma manera que al principio. Yo soy bastante maniático con la calidad, soy muy exigente conmigo mismo, no solo por la calidad sino por el contenido.
Hay muchas cosas para hacer, pero siempre te golpeás con lo mismo.
Hoy por ejemplo es casi imposible ir a hacer un partido de fútbol porque la Liga (Liga Salteña de Fútbol) te pide un montón de plata; antes te pedía por favor que fueras. Y esas cosas han ido cambiando. Otra cosa que me trae mal es que desde hace varios años no he podido invertir en algún cambio, en traer más tecnología, porque eso lo es todo. Pero este año voy a ver si puedo invertir en eso”

¿Cómo fue su infancia y adolescencia?

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“Viví hasta los 7 años en República Argentina y Guaraní, en el Cerro; luego pasé a vivir con mis padres y  hermanos en una casa de la Zona Este. Fui a la UTU, hice el curso de electricidad y mientras estudiaba reparaba radios. A los 16 años trabajé en el taller eléctrico de ANCAP (Administración Nacional de Combustibles Alcohol y Portland), después estuve cinco años en Centro Eléctrico, tuve que ir a Montevideo con ellos y extrañé tanto que me tuve que venir.

No sé cómo hay gente que se va así, la experiencia fue muy dura, buena porque aprendí a manejarme de otra manera, pero fue dura. Después tuve mi propio taller en Uruguay y Piedras durante 11 años.

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Yo tenía claro que había algo en la electricidad que me gustaba, con el tiempo se fue transformando en algo más técnico”.

¿Cómo entró en el mundo de la filmación?

“Después que me casé ya no funcionaba muy bien el taller y empecé a incursionar en el video.

Sergio Hornos fue el detonante para que yo entrara en esto de las cámaras de televisión, con él filmaba cumpleaños, casamientos y hacíamos publicidades.

Enseguida me di cuenta que eso era algo que me apasionaba y siento hasta el día de hoy la misma pasión. El siguiente paso fue vender un Fiat 600 que tenía y comprar mi primera cámara, que la tengo hasta el día de hoy. Yo ya estaba casado y tenía mi primer hijo.

Fue una decisión importante, mi esposa me apoyó en todo momento. ¡Había que hacer algo!”

Recuerda esos momentos y se emociona, ¿por qué?

“Por todo, por como se fue dando. Recordar ese momento tan duro, mi señora estaba embarazada y teníamos que hacer algo. Hubo un lapso en que repartía viandas y hasta tuve que lavar manteles.

En ese entonces yo veía que en el Club Salto Uruguay venían muchas excursiones de turistas a comer de noche y cuando compré la cámara tenía pensado filmarlos y venderles el video. Ahí hablé con el guía y me dijo que eso se hacía mucho en Buenos Aires.

Filmá varios lugares importantes de Salto, ponéle una musiquita y mañana esperáme en el hotel- me dijo el guía. Y así fue. Hice 48 cassettes y los vendí a U$S 20 cada uno.

Fue un año bárbaro, empecé un viernes Santo y hasta noviembre había vendido 980 cassettes.

Era algo innovador en Salto y entonces invité a un amigo, Carlos Moreni, para que sacara la foto del grupo. Ahí ya me había comprado otra cámara”.

¿Cómo pasa de hacer videos a turistas a su primer programa de televisión?

“Al año siguiente nace el cable, me llama Víctor Hugo Solís para invitarme a hacer un programa de televisión que iba a salir en el cable de TV Mundo. Y así nació Estación Central, donde hacíamos toda la movida de Salto, más que nada discotecas”.

¿Cómo les fue con “Estación Central”?

“A los tumbos. Mirá, hasta hacíamos croma, tenía una tela verde en el living de mi casa y yo le ponía imágenes atrás y esa era la escenografía; ahí hacíamos el programa.

En el equipo éramos dos y a veces iba Germán Coutinho, se grababan los pies y trabajábamos prácticamente toda la semana para sacarlo el fin de semana. Se editaba en cinta, había que ir sincronizando y pegando en cassette, era mucho más trabajo que ahora, tenía que ir con el cassette y pasarlo yo, porque no había un canal funcionando.

Después hablamos con Paulino Delsa para hacerlo en vivo al programa, llevamos todo el equipo y salimos un domingo en vivo.

Me acuerdo que mirábamos quieénes eran los abonados y los llamábamos.

Así empezó y continuó, porque no se podía creer lo que era. Al día siguiente voy a decirle  a Paulino que me iba a llevar las cosas y me dijo que las deje ahí, que íbamos a seguir en vivo. Y así empezó el que en ese entonces era el canal 3 de TV Mundo, después empezaron otros programas y así todo”.

¿Cuándo nota un cambio importante en ese proceso?

“Empecé a generar programas, hacía micros de informativos, cubríamos algunas cosas, armábamos informes y fuimos creciendo. Ahí ya era Jacques Video Producciones, hasta que el grupo Clarín compra el cable, se terceriza el canal y yo me quedo a cargo. Ese fue el gran cambio, en el año 2000 y aparece Uno TV.

También en el 2000 apareció la primera cámara digital y el cambio en la imagen fue rotundo. Pudimos mejorar, pasamos a una cámara que tenía mucho mejor calidad de imagen”.

¿Es difícil mantener un canal en el interior?

“Es muy difícil y cada vez es más difícil. Cuando yo empecé en el cable los canales de Montevideo no llegaban como llegan ahora. Antes manoteábamos alguna publicidad estatal, después cuando esos canales empezaron a estar en el cable para ellos la llegada en el interior se daba igual.

Por suerte el medio local apoya. Hay gente que me decía -¿qué vas a hacer programas locales y competir con los canales de  Montevideo o de Buenos Aires?- Pero si se hacen las cosas con calidad y buenos productos se puede competir.

Hay cosas que se pueden hacer bien, dentro de las limitaciones que tenemos.

Acá muchos son periodistas, camarógrafos o editores porque aprendieron trabajando, nadie estudió nada. Y más de una vez me iban a pedir trabajo y me decían -¿pero mirá que no se nada de cámaras?, y bueno, eso se aprende, les decía yo, haciendo las cosas bien”.

¿Qué espera de cada producto?

“Que tenga un nivel, que no sea algo simple, que tenga un contenido, que no sea porque viene fulanito y quiere hacer un programa. En contra muchas veces de lo comercial y de muchos intereses, prefiero buscar programas que tengan una categoría, un cierto nivel. Y creo que eso es lo que me ha posicionado bastante bien a nivel del interior del país”.

¿La Inversión es la clave?

“La gran diferencia que creo que pude marcar es en la técnica. Hace quince años atrás si hacías zapping sabías cuál era el canal local porque la diferencia en la imagen era abismal, hoy eso no se da.

Tenemos menos equipamiento que los canales de Montevideo, pero estamos acá”.

¿Cómo se ve dentro de unos años?

“Hoy en día a mi me sigue apasionando la televisión de la misma manera que al principio. Yo soy bastante maniático con la calidad, soy muy exigente conmigo mismo, no solo por la calidad sino por el contenido.

Hay muchas cosas para hacer, pero siempre te golpeás con lo mismo.

Hoy por ejemplo es casi imposible ir a hacer un partido de fútbol porque la Liga (Liga Salteña de Fútbol) te pide un montón de plata; antes te pedía por favor que fueras. Y esas cosas han ido cambiando. Otra cosa que me trae mal es que desde hace varios años no he podido invertir en algún cambio, en traer más tecnología, porque eso lo es todo. Pero este año voy a ver si puedo invertir en eso”

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