En diálogo con EL PUEBLO Jonatan Piuma y Juan Carlos Vilar, docentes de UTU en el área de la tecnología, han apostado desde al 2018 a la formación de jóvenes y adultos, en una materia que día a día viene evolucionando en el mundo entero, y que cada vez, con mayor fuerza, atrae, principalmente, a las nuevas generaciones, como lo es la robótica. Los docentes son conscientes de la importancia que tiene el aggiornarse a los tiempos que corren, por lo que consideran que “ el que va a estudiar en robotrónica este año, va a hacer una inversión para su propio futuro”.
LA PROPUESTA DE LA ROBOTRÓNICA
JP: Robotrónica, es un emprendimiento que comenzamos el año pasado, que es la combinación de dos áreas: la robótica y la electrónica. En mí caso particular estudié en la UTU, Ingeniero Tecnológico en Electrónica, a lo que más me he abocado en estos últimos años. También me desempeño en la parte de la enseñanza en UTU, desde el 2009, y trabajo en una empresa privada en la parte de instrumentación. Ese es más o menos el perfil.
Robotrónica se inició el año pasado en unos cursos que dimos en barrio Artigas, en la sala de informática del Quincho. La idea surgió de nosotros, ya que siempre nos gustó la parte técnica, nos unimos, y realizamos el curso de robótica. Tuvimos una linda aceptación, un lindo grupo, el que trabajó muy bien, a los gurises les encantó y tuvo su muy buena repercusión. Y, bueno, empezaron a pedirnos, a llamarnos y querer saber sobre esos cursos que se están dictando, a tal punto que, tuvimos, el año pasado, en el mes de diciembre, una charla con 60 interesados, viendo que había mucho interés en la propuesta.
Qué pasa. Desde hace años hemos estado trabajando Juan Carlos por su lado y yo por el mío, en proyectos sociales de todo tipo. Los gurises que cursaron el año pasado tuvieron su robot, el que lo construyeron ellos mismos, hicimos una competencia, con la que nos divertimos mucho, y fue muy buena experiencia.
Así comenzó un proyecto que iba a ser solamente ese año, pero, tras el llamado de padres y muchachos que nos manifestaron que les gustaría continuar, y, como nosotros estamos en el área técnica desde hace años, sabemos que el avance tecnológico es muy rápido, y que, por lo tanto, en algunas cosas es necesario que nos actualicemos, porque, de lo contrario, nos empezamos a quedar.
La actualización es siempre importante, por eso en el área de ingeniería electrónica en la que enseño, trato de estar actualizado, más siendo cursos de nivel terciarios, y, en distintas materias como sistemas de control, electrónica digital, robótica, actualmente, donde hemos hecho proyectos a lo largo de los años, usando tecnología reciente, como parte de la enseñanza.
Al finalizar el año, vimos una demanda de afuera. La enseñanza que he dado siempre en UTU, ha sido siempre acotada a un grupo de estudiantes con cierto nivel; pero, vimos a bien el poder abrir esa información a los chiquilines y adaptarnos a las edades y distintas etapas, sin conocimiento, o sea, comenzar desde cero, enseñarles electrónica, programación, robótica. Pero, la diferencia es que el trabajo nuestro en comparación con otro tipo de cursos, es que apuntamos a otra cosa; apuntamos a una formación profesional; apuntamos a un posible conocimiento que abra una puerta de trabajo. Si bien ellos se van a divertir, van a aprender, pero, con esos objetivo. Que esa herramienta ellos la puedan utilizar mañana para trabajar. Para que puedan comenzar un emprendimiento, una empresa, un negocio, el desarrollo de algún producto.
Y, bueno, esto no arrancó ahora. En el 2005, cuando estaba estudiando, hubo algo que me hizo en click, y diseñamos un dispositivo de ayuda para niños con capacidades diferentes, que tienen problemas de comunicación. Se trataba de un aparatito con botones, electrónico, con luces, y reproducía palabras y frases, y ayudaba a los niños a comunicarse entre ellos. Formaban parte del instituto de Paysandú, APRODIME. Ese proyecto fue un éxito, hicimos tres dispositivos, a muy bajo costo; 1.500 euros costaba en ese momento comprarlo en Europa; nosotros, con 300 dólares, construimos el mismo dispositivo, con más prestaciones, y, ahí, se me abrió la cabeza de que, cuántas cosas se pueden hacer en nuestro país, ya que hay gente capacitada, con conocimientos, hay tecnología, tenemos la disposición, más hoy en día. Por eso, qué bueno es que pueda surgir de nosotros, gente preparada, con conocimientos, cosas que puedan ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas. El que va a estudiar en robotrónica este año, va a hacer una inversión para su propio futuro. Van a trabajar en proyectos reales. Es esa la meta que tenemos este año.
JCV: Yo me encuentro en el último año de Maestro Técnico. Me he desarrollado toda mi vida en el área técnica, trabajando en distintos proyectos y en empresas. A mí siempre me gustó trabajar con adolescentes, con el tema de proyectos sociales.
Hace 30 años que estoy vinculado al área de la electrotecnia, incursionando en diferentes puntos de la misma. Ha sido lo que me apasiona. Por eso, con Jonatan hemos visto la posibilidad de incursionar en estas dos áreas, a la que le sumamos la experiencia de muchos años en la parte de automatización, en la parte industrial, lo que quisimos volcarlo a favor de quien se quiera formar.
Viendo toda la tecnología y como esta ha avanzado y los dispositivos que encontramos hoy en día en el mercado, y lo que se puede lograr hacer, es que decidimos empezar con robotrónica, porque consideramos que hay un potencial muy grande en Uruguay. La verdad que nos sorprende el potencial que hay en el tema. Como sabemos, hay liceos que han ganado premios importantes, lo que no es poca cosa. Con nuestro aporte, es una manera más de motivar a los jóvenes y a los chicos, para que sigan adelante y se formen. Porque, tenemos una realidad muy grande, que es la gran deserción estudiantil que hay en el país. Es un gigante que nos está haciendo la vida imposible. Y, bueno, con la propuesta, pudimos ver que los chicos retoman, es un anzuelo, ya que les encanta la tecnología; y, poder aplicarla para que ellos retomen los estudios y se especialicen en algo; para nosotros es una gran alegría.
El curso se conforma por módulos, que duran cinco semanas, de dos horas semanales, cuyo horario todavía está a coordinar, pero adelantamos que hay varios disponibles. No es una carga horaria muy grande; es un curso sencillo, no demanda mucho tiempo, ya que es esa la pregunta de los padres.
Para los mayores, el área de desarrollo va a estar dando una capacitación para emprendedores.
Jonatan Piuma y Juan Carlos Vilar. Robotrónica “La verdad que nos sorprende el potencial que hay en el tema”
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