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viernes, 9 de mayo de 2025
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Infractores del tránsito: un problema añejo del que no salimos

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Diario EL PUEBLO digital
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Por estos días cayó en mis manos una edición de EL PUEBLO del 19 de julio de 1998. Lo que nos llamó la atención fue que uno de los titulares hacía referencia a una alerta precisamente por el aumento constante del número de “accidentes” de tránsito. Corresponde señalar que por entonces a nadie se le hubiera ocurrido denominarlos “siniestros”, porque la realidad indica que la gran mayoría de estos hechos se deben a imprudencias, irregularidades, o infracciones de ex profeso a las normas de tránsito.
La información da cuenta de la preocupación de “jerarquías del Banco de Seguros del Estado, que dieron a conocer el incremento de un 30 por ciento de los accidentes de tránsito de un año para otro. Esto constituye un verdadero alerta para todos y es algo a trabajar por las autoridades y la ciudadanía toda”, se mencionó.
En cuanto a los factores que inciden para que esto ocurra son muchos -sostiene la nota de referencia – una ciudad que crece, la velocidad que no se mide (y para nosotros se excede por “diversión” diríamos), las señalizaciones que no se respetan. Autos y motos con mayor cilindrada (y menor costo diríamos), las imprudencias, los conductores alcoholizados.
Esta nota data de hace más de veinte años atrás, pero diríamos que pudiera ser de ayer, porque tiene plena vigencia. El problema sigue planteado en todos sus términos y de él nos hemos ocupado en forma reiterada en estas columnas.
Nada más revelador. Los cambios de actitudes y sobre todo el respeto a las normas que han establecido los propios pueblos, cuestan más de lo que pudiera imaginarse. Es que siempre habrá infractores y sobre todo cuando los controles no funcionan como es debido.
Nadie puede ignorar el caos que es el tránsito en la ciudad, sobre todo a la hora de salida del trabajo y a la entrada. Nadie puede dudar si es que lo ha vivido, la locura que se vive en los aledaños de la ciudad durante los fines de semana. Sobre todo en la costanera Norte, en la ex ruta hasta Parque del Lago, en el embalse de la represa de Salto Grande y en la ruta 3, tramo hasta Daymán.
Como se ve, es un problema añejo que algunos factores nuevos han agravado, pero insistimos una vez más, la letra con sangre entra y aunque cuesta admitirlo, cuando vemos la corrección y el orden del tránsito en urbes europeos con muchas veces más vehículos que aquí no tenemos duda alguna, mientras no se sancionen con dureza las infracciones seguiremos lamentándonos.
A.R.D.

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