Fénix-Gladiador
El pasado reciente no es estimulante. Ni para uno ni para otro. La séptima posición de Gladiador. La compleja posición de Fénix. Los 7 goles de Gladiador en 9 partidos. Los 8 goles de Fénix en 9. Los dos, no están al margen de la realidad que marca: limitaciones de ataque para la mayoría. Por eso, debiese ser un partido, más que de reencuentro, de encuentro con una perspectiva mayor. Ambos ganaron dos partidos, mientras en el caso de Fénix, suma 5 derrotas. Es lógico suponer que la pretensión es una: hundir los males de la fecha pasada y establecer un pico de reacción. Es lo que clama el hincha. Gladiador tiene que ser más de lo que ha sido.
Después de todo, es un equipo de vanguardia, de elevar la mirada y toparse con la ilusión campeona. Pero aquel 2011 de su reinando se va alejando. Han pasado cinco años.
Fénix bien que se afinca en la prioridad: sumar para quedarse. Juega en su barrio. ¿Una gravitación anímica a favor? A veces el fútbol, también tiene que ver con cuestiones anímicas.
