Decir murga Punto y Coma es decir barrio Cerro, Club Fénix…Y decir Punto y Coma es también decir Ruben “Papino” Ciocca, su primer Director, su Director durante muchísimos años, un murguero de alma que falleció hace unos pocos días. A Papino no le alcanzó el tiempo para acercarnos lo que quería hacernos llegarnos para esta página, pero en ella él igualmente está.

Poco antes de partir nos dijo que esta sección de EL PUEBLO “Me parece algo muy lindo, muy buena idea, hay mucha gente ávida de carnaval y más de aquellos tiempos. Te voy a pasar el número de Daniel García, que está desde el comienzo de la murga y tiene mucha chispa. Igual, no quita que yo te mande algo; pero pasa que la medicación, de a ratos, me deja sin ganas, me entra una sueñera bárbara y ahí voy…Por eso no quiero comprometerme mucho. Pero después sí te voy a mandar algo, y voy a mandar también parte de la presentación, para que a través de ustedes la gente pueda saber un poco más de las letras, porque a veces en el parque pasa todo tan rápido…y creo que es una letra que tiene lindo color, tiene buen perfume de esas épocas y creo que está interesante…”. Te hicimos caso, Papino, hablamos con Daniel “Negro” García.
Digamos antes que esta murga tiene 7 primeros premios: años 1988, 1990, 1993,1997, 2006, 2009 y 2010. El primer Director fue Ruben “Papino” Ciocca, el primer letrista fue Milton Trindade, con algunos aportes que hacía la pluma de Papino. Dice Daniel García que “de las cosas que más quedaron en la retina de la gente está la retirada a la madre, que Elder Galbarini hacía un recitado, también el cuplé del borracho y el marciano, el de Colón… Esos cuplés van a quedar por mucho tiempo en el recuerdo de la gente”.
Actualmente, el “Chino” Viera como Director Responsable, Juan Pedro “Mono” Invernizzi como Tesorero y Daniel García que participa en la cuerda de bajos (aunque más bien «está en la cuerda floja», comenta entre risas Franco Rocha, integrante de Punto y Coma desde el año 2000 aproximadamente) son quienes permanecen desde el primer día, hace casi 37 años.

LOS ORÍGENES Y EL NOMBRE
Cuenta García: “La murga nació el 18 de julio del 86 en el bar del “Mono” (hoy parrillada El Brasero, del mismo propietario, en Julio Delgado y Guaraní). Ese día nos reunimos, comimos una raviolada hecha por la señora del “Mono” y la señora del “Chopo” Garbarini, y fue un encuentro entre la mayoría de los que después la integramos. La inmensa mayoría éramos parroquianos de ese bar, de nuestro barrio, más algunos otros compañeros que invitamos. El nombre lo elegimos esa noche, cada uno tenía que proponer algún nombre y votábamos entre todos. El nombre “La Multicolor” anduvo cerca, que lo presentó “Chon” Moreale, y en realidad el nombre que había ganado en primera instancia fue “La vieja que sacó el auto”, que fue propuesto por Papino, después empezamos a darnos cuenta que capaz quedaba feo decir por ejemplo: a continuación sube al escenario La vieja que sacó el auto (risas)… Entonces fuimos a una segunda elección y quedó Punto y Coma, nombre propuesto por Papino también, que lo votamos todos. Ahí tuvimos un año de convivencia digamos, en el bar, y al segundo año de existencia de la murga nos fuimos para el Club Fénix hasta hoy en día”
LOS PIONEROS EN “PRESENTACIÓN DE TRAJES”
Comenta también García, entre tantas cosas que le vienen a la memoria, que Punto y Coma fue la murga precursora en hacer la famosa Presentación de Trajes, que hoy en día realizan todas: “Una noche estábamos ahí, nos probamos los trajes y como había mucha gente que se arrimaba a mirar, porque eran tiempos del boom de las murgas, según el Mono fue idea de él y de Elder Galbarini, hacer una noche de presentación, que hoy por hoy ya es una tradición de la murga, del barrio y del carnaval porque la verdad no sé cuántos espectáculos de carnaval se hacen con una venta de entradas tan importante, este año por ejemplo se vendieron más de 600 entradas, es un montón de gente. Va más gente ahí que en algunas noches del Parque”.
AQUELLOS Y ESTOS CARNAVALES
“Siempre hablábamos con Papino -prosigue García- que nosotros tuvimos la suerte de vivir aquellos carnavales donde todo era más precario por decirlo de alguna manera, y lo de ahora, donde va todo perfeccionándose cada vez más. Si lo ves desde el punto de vista técnico, brillante lo de ahora, porque hay que superarse, pero en aquella otra época, con la cantidad de tablados que había, es donde surge la mayor cantidad de anécdotas. Muchas son para el mostrador, no para ponerlas en el diario (risas)… Esos tablados eran con tanques de 200 litros y tablas arriba, alguna lamparita de 25 w., palmeras y uno o dos micrófonos, nada más. Ese micrófono o esos dos micrófonos los agarraba el cupletero y algún solista y los demás a cantar a pulmón. Pero te cuento una: primer o segundo año de la murga, una noche en el Parque uno tira un cuete, entre tantos árboles da justo en una rama, baja y da justo en el medio de un bombo, nos quedamos sin bombo…Increíble”.
ALGO MÁGICO, INEXPLICABLE…
EL PUEBLO también fue tras la palabra de un murguero más joven, que estuvo (y está hoy) en esta murga, y entonces conversó con Franco Rocha. Extraemos lo medular: “Punto y Coma es ese idilio inexplicable de la murga con el barrio en las noches de febrero. Creo que con el paso del tiempo, al igual que el fútbol, por más que pasen jugadores, dirigentes, hay un sentimiento de pertenencia con lo que se hace, las formas o el lugar que se elige para hacerlo, más allá de cualquier resultado. Es un lugar mágico dónde el anecdotario común, las charlas de boliche, de fútbol, saber en qué anda la vida de aquél o de Este otro, si la vecina precisa un mano, cobran una referencia significativa y entrañable, latente desde el llamado del sol de acuario y persistente con extrañar durante todo el resto del año ese momento y nuestra segunda casa, Fénix, es una batalla victoriosa contra el olvido. Lograr que una murga con el el paso del tiempo pueda meterse en todos los intersticios culturales y sociales, hacen para mí, que “La Punto” sea más que una murga, de ahí la idea del repertorio de este año, ADN; nunca tan bien expresado o vivido desde que se corta la cuadra de esquina a esquina porque el tablado se va a llenar. ¿Por qué pasa eso? o ¿qué hicimos para que pase eso? La verdad, no lo sé. Simplemente me gusta vivirlo, y elijo que así sea”.
SIMPLEMENTE PAPINO…
Dice Franco: “Es muy difícil describir con palabras lo que significa “Pino», como yo le decía; por más que era «Pariente» de todo el mundo, mi vínculo con él fue distinto. Para mí, es, fue y será un gran referente de vida, que seguirá siendo significativo, como una especie de algo supratemporal. Desde muy chico me acunó, desde la posibilidad de creer en mí, nunca dudó en darme la oportunidad de poder participar en la murga, al igual que Milton Trindade, otro referente. Con el paso del tiempo el vínculo con la murga y con él particularmente, define hoy en día un poco de lo que soy. Fueron todas enseñanzas, me acuerdo una en particular que me marcó mucho, tablados en el año 2002, uno de mis primeros años, tenía un cumpleaños de 15 y en el trajín de la noche (5 tablados) veía que no iba a llegar, intenté anticipar la jugada hablando con compañeros si podían hacer algunas partes que yo tenía en la murga. Último tablado en la cuadra del «Mono bar”, 3:00 am, me arrimo a él en el ómnibus que viajamos y le pregunto si los compañeros podían hacer mis partes. ¿¡Pa’ que!? Me miró con esos ojitos celestes, su sonrisa socarrona y con toda la calidad del mundo me dijo: «Franquito, botija, ¿sabés cuántos cumpleaños de 15, casamientos, eventos me perdí yo por elegir salir en la murga? Salir en murgas es una elección que va de la mano con una responsabilidad. Vos ves qué hacés…”. ¿Cómo terminó? Llegué demasiado tarde al 15, imaginate que ya habían cortado la torta. Pero el mensaje lo entendí, y lo internalicé cómo un modo de vida, le agradezco eso, toda elección de un rol conlleva asumirlo con la responsabilidad correspondiente. Creo que es una de las cosas que define gran parte de mi personalidad y carácter. Es que Pino era eso, comprometido, solidario frente al mundo y sin desdén, una persona capaz de construir de a pie una canción que es querer. Para mí, si todos tuviéramos algo de lo que era él, el mundo sería un poquito mejor. Y estoy seguro que no hay murguero en la ciudad como él. Más allá de una ideología política bien marcada, creo yo que no hay nadie desde lo vincular que pueda decir algo negativo de él. Su legado va a quedar, y ojalá que se haga piel’ de muchos para hacer que todo sea un poquito mejor. A veces, cuando estoy en los ensayos, miro para República Argentina al sur, y parece que lo veo venir, guitarra en una mano y la otra agarradita a Mariana, caminando juntos. Y cuando llega, entre risas y comentarios a viva voz, sale el “tano” cariñoso, paternalista, sincero y elocuente. Siempre lo ví así, como él lo dice en la presentación de la murga este año, «una persona con un norte claro, como soporte para caminar y seguir andando». Siempre voy a estar agradecido con él, por creer en mí este año, por hacerme parte de su sentir, por darme la oportunidad de decirle o demostrarle en vida todo el afecto que tenía para con él. Compartimos victorias y derrotas teniendo sentimientos mutuos y como testigo primordial al paso del tiempo. Por eso lo considero desde siempre, por siempre y por definición «De frac y guitarra en mano, el eterno director».
QUIÉN IBA A DECIR…
Entre lo que Papino escribió para el repertorio 2023, está la Retirada. El “Mono” Invenizzi dijo a EL PUEBLO: “…ahí hay una parte donde recuerda a quienes ya no están; quién iba a decir que cuando la murga estuviera cantando esos versos, él mismo sería uno de los que ya no está…”.