Ana Clara Piussi. Maestra. Paciente oncológica
Ana Clara está casada hace mucho tiempo y tiene dos hijos que han conseguido sus carreras universitarias y sus trabajos respectivamente.
Su vocación la llevó por el camino de la educación, se recibió de maestra y hoy trabaja en una institución educativa del medio. En el Colegio Salesiano.
La vida la ha puesto a prueba con dificultades que supo controlar, dándonos un ejemplo de la tenacidad, la positividad y las ganas de superarse.
Hace más de un par de años que comenzó su contacto con la medicina, ya que al realizarse un examen oncológico, le da positivo.
Conversamos con ella y así nos relata cómo vivió su experiencia con el tratamiento y demás:
“Como toda mujer, los controles médicos siempre estuvieron presentes, una vez al año me los realizo. Digo realizo porque aún lo hago”, nos dice Ana Clara.
¿Cómo descubre su patología?
En el año 2012 me voy a realizar una ecografía vaginal correspondiente y se observa un «problemita».
Ya la cara del doctor no era la misma.
El diagnóstico era un tumor en el ovario derecho.
De ahí en adelante comenzaron los estudios más profundos y con los días, llega la operación, que fue realizada de la mano de mi médico Ginecólogo Raúl Altieri, a quien lo quiero, lo admiro y le tengo un profundo respeto.
¿Cómo sigue su situación?
Después comenzó otra etapa.
La visita al oncólogo Diego Touyá y el tratamiento de quimioterapia, el cual comprendió tres sesiones, luego de tomografías y demás, tres más.
Durante este período las mujeres pasamos por muchas dolencias y en cuanto a la sensibilidad que manifestamos, está a flor de piel.
Yo de toda esta situación, rescato el valor humano y afectuoso de todo el personal del Hospital de Día, donde transcurrió el tratamiento.
Luego de terminado éste, de la mano de los profesionales y con la ayuda de las terapias alternativas, vino una segunda operación realizada en Montevideo a cargo del profesional Suaya, donde se extrajeron órganos y ganglios.
¿En qué etapa se encuentra del tratamiento?
Hoy en día no estoy haciendo ningún tratamiento, ni tomando medicamentos.
Solo me realizo los controles cada tres meses con el oncólogo: tomografías, ecografías y exámenes de sangre.
¿Cómo la acompañó su familia y su entorno?
Quiero destacar que durante todo el tratamiento el acompañamiento de mi familia toda, la subrayo y la resalto, fue un pilar muy importante.
Lo mismo me pasó con todas las comunidades religiosas que me acompañaron en la oración, mis amigos los cercanos y los otros, los conocidos y los no conocidos.
Hizo que mi fortaleza aumentara y mi confianza y esperanza en la sanación estuvieran presentes.
¿Cómo se encuentra hoy?
En este momento estoy muy bien, me controlo, hago yoga, deportes y trabajo en lo que me gusta con los niños de cinco años que me llenan el alma con su risa y sus caritas de asombro.
¿Con qué disfruta hoy?
Disfruto de los logros de mis hijos, familiares y amigos.
Son todo para mí.
¿Qué consejo o sugerencia puede enviar a las mujeres en cuanto al problema de cáncer?
Como decía no sé quién…» «Háganse los estudios”, la medicina preventiva VALE, cura».
Me gustaría destacar también la confianza que deposité en los profesionales que estuvieron a mi lado.
No me gusta aconsejar, pero sí contar y sugerir todo aquello que a mí me hizo bien y fue mi FE en Dios y la oración comunitaria de todas las personas.
Y «a nunca bajar los brazos» porque gran parte de la sanación pasa por el amor que recibimos.
Gracias, gracias, gracias.
¡Amen la vida y cuídense! ¡Sonrían y disfruten todos los momentos!