Por estos días se halla planteado el tema de lo hecho por el actual senador Charles Carrera (FA), en el gobierno pasado, cuando se desempeñaba como la tercera autoridad del Ministerio del Interior.
Al momento de escribir estas líneas aún no se ha producido el descargo del senador, razón por la cual estuvimos esperando sus argumentos. Lo que significa que nuestra posición en estas columnas sólo se basa en lo que ha trascendido en el programa que se ocupó prioritariamente del tema.
En primer lugar aclaremos que no somos partidarios del programa “Santo y Seña”, al que consideramos más “show” que periodismo investigativo. De todas formas nunca permitimos que los preconceptos anularan hechos.
Las enormes dudas que mantenemos en este hecho es ¿Por qué el involucramiento del hoy senador de la República hacia la víctima del hecho, al punto de pasar por encima de varias disposiciones (la atención en el Hospital Policial que por disposición oficial es exclusivamente para los policías y sus familiares) y durante tres años se mantuvo en forma totalmente irregular.
Existen (según lo manifestado por la víctima) varios puntos oscuros. Uno de ellos es la concesión de un vale mensual supuestamente reservado para la policía a la víctima del hecho.
Otra duda el arma y que tiene que ver con el rifle “desaparecido” de la comisaría donde se hallaba guardado.
De allí que entendamos que lo mejor en este caso es que obre la Justicia. Que se aclaren los puntos oscuros y si alguien cometió un error que se lo responsabilice. Es lo que corresponde.
Ahora bien, para entendernos. Nos gustaría que el programa investigara todos los hechos con puntos oscuros.
Torturas “tapiadas” con música alta, apremios y asesinatos, hechos en los que nunca vimos dedicarse a este programa.
Quizás porque se entiende que esto crímenes son “otra cosa”, y las violaciones a las normas y los derechos humanos sucedieron hace ya bastante más tiempo.
Para que se entienda. No transamos con nadie y es tan criminal quien mata o lesiona de por vida a un inocente, como aquel que tortura y mata por la sencilla convicción que oculta algo.
Es tan condenable lo único como lo otro y por lo tanto creemos que cabe por lo menos una explicación, cuando se omite uno de ellos.
Ocuparse sólo de los más “ruidosos” no es bueno, a nuestro entender, porque los temas son todos demasiados importantes y quien viola leyes y disposiciones, sea quien sea, debe responder ante la Justicia.
Es lo que pensamos.
A.R.D.
Honestidad obliga: es lo que corresponde
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