Antiguamente en las chacras, cortando caña de azúcar, la convivencia entre los surcos, de muchos padres con sus hijos jóvenes. Era el enseñarles el oficio. Era el oficio trasmitido de abuelos primero, a sus hijos y llegando a los nietos. La realidad cañera hoy es muy otra.
Para los jóvenes de Bella Unión y de otras partes del Uruguay, ya no es posible encontrar una changa cortando caña durante la zafra. La disminución del área cañera, hace que centenas de avezados cortadores ya no tengan posibilidades de sumarse a algún grupo de cosecha. La UTAA lo sabe y lo viene planteando a los «cuatro vientos». Ya ni para cortar caña de azúcar, tarea de sumo sacrificio, se encuentra una salida aunque sea por tres meses. Familias humildes que subsisten gracias al trabajo zafral de la caña y otras changas, hoy ven trunca la posibilidad que el muchacho joven de la casa pueda sumarse a la cosecha del sacarigeno. En una palabra, ya un porcentaje importante de la juventud local ni en los cortes de caña de azúcar encuentra una posibilidad de ganarse unos pesos. Existe enorme preocupación dado a que cortadores, que son el sostén de la casa, aun no saben si tendrán la posibilidad de trabajar en la zafra 2018. Una cosecha que se maneja podría ser de cuatro meses solamente.
