Cuentan que en estas semanas en Salto, EDINSON CAVANI, fue particularmente feliz, porque necesitaba «alejarse del mundo, para descubrir su otro mundo». Un mundo agreste, de plantas y pájaros, de amaneceres a su manera… De días transcurridos, lejos de la pelota, distante del frenesí del fútbol. Optó por la chacra que no añora cuando su fútbol suele estallar en la vieja Europa. Lo bueno es que todos entendimos el mensaje de Cavani, en cuanto a procurarse estos días de buena paz, de recreación mental y física. Pero el hecho es que las vacaciones concluyeron para el notable goleador del PSG. El avión va levantando vuelo y lo depositará en la ciudad «de la luz», allá en París.
El futuro no esclarecido aún, sobre todo porque en los últimos días fueron arreciando las especulaciones. Su madre, Berta Gómez, días atrás reflexionaba a EL PUEBLO, «porque no siempre lo que se dice es verdad, o posible y el jugador es el último que se entera. Es inevitable que se especule sobre el destino de los futbolistas».
Mientras una ilusión aflora: para que Edinson Cavani, pueda ser uno más en el Mundial 2022 de Qatar. Sería su cuarta cita universal, nivelando a Pedro Virgilio Rocha. Ahora para el salteño, a la fagina otra vez. Es seguro que se lleva desde esta tierra, los afectos de siempre.
Los inalterbales afectos. Después de todo, es un selecto hijo de esta comarca «naranjera».
