El Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) ha cumplido una tarea encomiable. Cierto es que el hecho de si es gratuita o no su labor, es discutible. Veamos pues, los científicos que integran la plana mayor del GACH (tres o cuatro), son científicos de la Universidad de la República.
Vale decir que quien realmente aporta esta contribución es la Universidad, en tanto ellos cobran su sueldo y en lugar de dedicarse a las tareas para las que fueron contratados por la Universidad como aporte a la formación de las futuras generaciones, están dedicados a aportar tiempo, esfuerzo y conocimientos al GACH.
No con esto pretendemos desmerecer una tarea que ha sido encomiable, sino de ubicarla en su justo lugar y sobre todo dejar claramente establecido de donde ha provenido el aporte a la lucha contra la pandemia y quien ha solventado y aportado el asesoramiento en la materia.
El GACH cumplió su rol a satisfacción, asesoró, opinó y sugirió como se acordó. Las decisiones no han correspondido al GACH, por la sencilla razón que así se lo estableció desde el inicio. Por lo tanto quienes cuestionan que no se lleven a la práctica sus sugerencias, no han entendido o no quieren entender cuál ha sido el rol comprometido por el GACH.
Los científicos que han integrado este grupo, alrededor de 50, supieron de antemano cuál sería su función y para nosotros la han cumplido con creces. Es lógico que luego de más de un año de cumplir esta actividad se la dé por finalizada. Es obvio decir que sin este aporte científico el precio pagado por el país ante la pandemia sería mucho mayor.
Hoy ante su caducidad se cierra un ciclo o al menos se lo disminuye cuando por cierto la pandemia todavía está vigente, pero entendemos que la población ya ha entendido o al menos tiene la oportunidad de hacerlo, el riesgo de lo que se enfrenta y la gravedad de la situación.
Hay medidas que tendrán que mantenerse, al menos por un tiempo más (como el uso del tapabocas) y otras como el lavado de manos que a nuestro criterio tendría que ser adoptado con mayor rigurosidad y en una actitud permanente.
Tenemos que entender que este virus, como el de la gripe y otros, vinieron para quedarse y por lo tanto lo mejor que podemos hacer para enfrentarlo es prevenirnos antes que lamentarnos de su llegada.
A.R.D.
