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GIUSEPPE GARIBALDI (Parte 4)

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Retorno a Italia y segundo exilio
Tras volver a Italia en 1848, libró numerosas batallas a favor de la independencia de los Estados del norte de Italia, ocupados por Austria y Francia, a las órdenes del ejército del Reino de Saboya. Se convirtió en un auténtico héroe para el pueblo de Italia del norte ávido de libertad. Con apoyo francés, intervino en la guerra contra Austria, si bien el cambio de actitud de Napoleón III, apostando súbitamente por la negociación, truncó temporalmente los objetivos de Garibaldi. Se creó la República Romana, pero esta fue derrotada. Tuvo que huir de Italia con 3900 soldados y su esposa Anita, mientras eran perseguidos por un ejército de españoles, franceses y napolitanos. Sin embargo, Anita murió en la fuga a consecuencia de una fiebre tifoidea el 4 de agosto de 1849.
Estuvo un tiempo en Tánger y luego se fue a Staten Island, Nueva York. Posteriormente sería capitán de navío mercante por el océano Pacífico hasta abril de 1851, cuando visitó a la heroína y compañera sentimental de Simón Bolívar, Manuela Sáenz, en Paita, Perú. Antes de retirarse fundó la primera estación de bomberos del Callao, la cual hasta el día de hoy lleva su nombre. Volvió a Nueva York, de donde salió en noviembre de 1853 hacia Tyneside, al noreste de Inglaterra, en donde estuvo un mes, para volver a partir en abril de 1854.
Participó entonces en la supresión de la resistencia, dirigiendo más tarde sus tropas hacia Nápoles, entre las que se encontraba la Legión Internacional, compuesta, entre otras nacionalidades, por 500 húngaros, quienes derrotaron a las tropas del rey en la batalla del Volturno, en octubre de 1860. Esto obligó a Francisco II a huir y refugiarse en los Estados Pontificios, instaurando en Nápoles una república regida por un gobierno provisional. En Sicilia recibió ayuda económica de Alejandro Dumas, quien había viajado con su nave Emma con un cargamento de armas para Garibaldi. Posteriormente el escritor francés también ayudó a Garibaldi a escribir sus memorias. Ambicionando una Italia unida bajo un solo gobierno radicado en Roma, concibió la idea de marchar sobre los Estados Pontificios, defendidos por tropas francesas. Sin embargo, Víctor Manuel y Cavour, temerosos de perder lo logrado ante una radicalización del conflicto, evitaron el avance de Garibaldi. El incidente no supuso un enfrentamiento entre el rey del Piamonte y Garibaldi; antes al contrario, el revolucionario reconoció a Víctor Manuel como rey de Italia el 26 de octubre de 1860. En 1861 fue invitado por Abraham Lincoln para un puesto en el ejército federal en la guerra civil estadounidense, pero Garibaldi desistió.


Tercera guerra de la independencia y
últimas aventura

Garibaldi prosiguió incansablemente sus actividades militares en busca de la unidad de Italia, emprendiendo acciones sin éxito en 1862 al grito de: ¡Roma o muerte! La protesta de Napoleón, cuyas tropas custodiaban Roma, llevó al ejército de ocupación piamontés en Nápoles a repeler a Garibaldi, haciéndole prisionero en  Aspromonte —sur de Nápoles—. En 1864 viajó hacia Inglaterra, donde fue recibido con entusiasmo por la población y se reunió con el primer ministro Lord Palmerston. Tuvo durante esta época la ambición de liberar otras naciones ocupadas, como Croacia,  Grecia o Hungría, pero nada de esto se hizo realidad. En 1866 estalla la tercera guerra de la independencia italiana, en la que Garibaldi y 40 000 hombres de los Cazadores de los Alpes, con apoyo  prusiano, lucharon contra los austriacos en la Batalla de Bezzecca, consiguiendo la única victoria y tomando la ciudad de Trento. En 1867 realiza una nueva marcha hacia Roma aprovechando la retirada de las tropas francesas, que se ven obligadas a desembarcar otra vez y a derrotar al italiano en Mentana.
Igualmente, luchó en la guerra franco-prusiana en 1871, interviniendo en la batalla de la ciudad de Dijon, y posteriormente fue elegido diputado de la Asamblea Nacional Francesa, contribuyendo al progreso de la nueva Francia republicana. Finalmente, lograda la unidad italiana en 1870, Garibaldi fue elegido diputado al Parlamento, cargo al que posteriormente renunció al no concretarse en hechos las ideas republicanas por las que él luchó incansablemente. En sus últimos años se retiró a la isla de Caprera, donde falleció el 2 de junio de 1882.
Por sus luchas en Italia y Sudamérica, desde siempre se le ha llamado el héroe de dos mundos, de  Europa  y de América.

Por: Dr. Adrián Báez

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