ientras muchos hablan de la necesidad que la mujer tenga su espacio en la política, Cecilia Eguiluz sin pedir ni esperar dádiva de ningún tipo, ha ido forjando su propio camino en la actividad política. Del trabajo en la Junta Departamental al Parlamento Nacional según ha decidido en asamblea su agrupación política (Vamos Salto, Partido Colorado), solo hace falta ahora que la gente vote en octubre y las urnas proclamen a su lista como la vencedora. Cecilia habló con EL PUEBLO de dónde surge su vocación por la política, el origen de la Lista 115, y de aquellos momentos amargos de derrotas pasadas y la expectativa por las elecciones que llegan.
– ¿De dónde surge esa vocación por la actividad política?
– Con el advenimiento de la democracia yo era muy chica, estaba en 4º año de la escuela y sentía todo ese bullicio en mi casa como debe haber pasado en la casa de muchos. Recuerdo que mis padres siempre nos hablaron mucho de todos los temas, religiosos, sociales y políticos, entonces cuando empezó la apertura democrática y empezaron a haber actos de los distintos partidos políticos, mi padre nos llevaba a los actos, como los que se hicieron en la Plaza Artigas. Recuerdo uno del Partido Nacional con lluvia en un acto enorme que hubo en el 89 y también recuerdo un acto que yo era muy chica en Universitario, donde vino (Enrique) Tarigo y mi padre decidió llevarnos. También recuerdo el primer acto que vi del Frente Amplio que fue enfrente de la Plaza de Deportes, fue una reunión en realidad, no muy grande, que fue de nochecita y mis padres nos llevaron. En mi casa se habló siempre de política, nunca fueron militantes, pero mis padres tuvieron esa tesitura de querer mostrarnos todo para que luego tuviéramos la oportunidad de elegir el camino, sobre todo a mí que era la más grande.
– ¿Sus padres eran colorados?
– Sí, colorados. Mi padre había militado muy poco y lo que había hecho era un poco vinculado a sus amigos que habían estado en la línea de la Lista 22. Mi madre sí pertenecía a una familia de la zona de chacras que había acompañando a Armando Barbieri y habían trabajado en su zona como dirigentes, mi madre tenía una gran simpatía por la Lista 1 y perteneció al grupo de jóvenes y nada más, no tenía militancia activa.

– ¿Cuándo se incorpora a la actividad política?
– Empecé a los 14 años a ir a las reuniones que tenían los jóvenes de la Lista 1 y empecé a conocer gente. Eso es lo especial que tiene la política, cuando uno conoce a la gente de nombre y lo empezás a tratar y bueno, me gustó. Luego, por distintas situaciones, en esa época tengo que empezar a ayudar en mi casa y un poco a trabajar también.
– Asume en el 2000 como edil suplente por la Lista 1 en la Junta Departamental, y se observa que su ímpetu del comienzo de a poco se va enfriando, ¿qué pasó?.
– Para mí era un orgullo tener 24 años y poder acceder a ser edil suplente, era importantísimo. Llegaba a la Junta con un montón de expectativas de trabajo, cuando me meto en algo me gusta hacerlo bien, no me gusta meterme a medias. Cuando se empezó a trabajar en la Junta, intenté estar en varias comisiones, fue muy complicado, eran muchos ediles. Intenté llevar adelante algunos proyectos que también fue muy complicado en la interna por cómo funcionaba la Lista 1. Y empecé de a poco a darme cuenta que no cumplía mis expectativas, yo realmente tenía ganas de hacer muchas cosas, en ese momento también estudiaba y trabajaba donde cada vez tenía más horario, a eso se suma que me había casado unos meses antes de las elecciones, tenía más responsabilidades. Cuando arranca todo ese período en la Junta, arranqué con mucha fuerza y fui de a poco encontrando otros caminos. Quería trabajar en proyectos que tenían que ver con la juventud y fue ahí donde en el 2001 comienzo a mantener reuniones con Germán (Coutinho).
– A ver. Germán venía de la Lista 15, había sido convocado desde la Junta Departamental por Malaquina para hacerse cargo de la Oficina de la Juventud al inicio de su tercer mandato. Tú estabas en la Junta por la Lista 1, ¿cómo es que se encuentran?.
– Por las actividades, porque en ese momento la persona con la que yo trabajaba estaba vinculada a algunas actividades que se habían hecho en los 200 años de Belén y yo colaboraba con lo que era la Comisión del Patrimonio Histórico y me toca hacer algunos temas en Belén y ahí es cuando comenzamos a tener los primeros contactos.
– ¿Germán era el responsable por la intendencia de los festejos de los 200 años de Belén?.
– Estaba a cargo por el intendente Malaquina de organizar parte de los festejos y a nosotros nos tocaba estar por otras cosas y bueno, varios motivos llevaron a que nos cruzáramos en varias oportunidades. Él pertenecía a un sector como la Lista 15 y yo a la Lista 1 pero eran mucho más las coincidencias que teníamos, sobre todo en cuanto a la visión de lo que tenía que ser la gestión municipal. Es así que un día combinamos una reunión y me pregunta por mis ideas. Yo le dije que tenía un montón de proyectos que me parecía que se tenían que hacer, y él me dijo, “traelos y los vemos”, y así empezamos, le llevé los proyectos e ideas que tenía.
Esa es una de las grandes virtudes que tiene Germán. Yo trabajé en política desde los 14 años, una la hace corta pero hemos hecho muchísimas actividades, desde reuniones, ser delegados, trabajar en todos los ámbitos, ir al interior, y a veces lo más difícil en la actividad política es conseguir una persona que te de oportunidades de ser vos misma, de crecer y de poder concretar cosas, y cuando uno tiene expectativas –nos pasa con mucha gente también ahora- y que le pica ese bichito que le gusta la actividad política, lo más importante que hay es poder abrir las puertas y generarle los espacios de verdad para que pueda crecer, recién ahí esa persona va a poder desarrollarse, y eso es lo que tiene Germán, es una de sus grandes virtudes. Yo era de otro sector, él podía perfectamente haber tomado mis proyectos y que yo siguiera mi camino, sin embargo, Germán me dijo “acá hay un espacio para trabajar, ocupalo”, eso en política es muy difícil de encontrar, y yo estaba acostumbrada a ver lo contrario, por ahí había un espacio y te lo cerraban para que vos no lo ocuparas y con Germán vi una cosa totalmente distinta.
– ¿Y ahí se va de la Junta a la Oficina de la Juventud?.
– No, en realidad lo que hicimos fue encontrar un training de trabajo, me sumé a lo que era el equipo de trabajo que había en la Oficina de la Juventud, que en ese momento funcionaba con un asesor que era Germán, con los funcionarios que eran valiosísimos y un grupo de colaboradores que fue donde me sumé a la par de ellos en forma completamente honoraria, y empezar de esa manera a ejecutar juntos esos proyectos y a encarar un montón de planes. Lo que entendí en ese momento, era que desde ahí podía hacer verdaderamente cosas mucho más reales que las posibilidades que tenía en la Junta, de donde me voy yendo de a poco luego de algunos acontecimientos que a mí no me gustaron nada por temas en los que yo había trabajado mucho y que después no me dejaron participar, era muy difícil sentarse en una banca cuando uno es edil suplente en la Lista 1, eso fue una de las cosas que me hicieron sentir.
– ¿En qué momento surge en esas charlas con Germán la posibilidad de crear un espacio nuevo dentro del Partido Colorado?.
– Con Germán hablábamos mucho de política y nunca hablábamos de los sectores, teníamos muchas coincidencias en cuanto a una gestión de gobierno como también en cuanto al funcionamiento de nuestro partido. Tanto a él como a mí nos pasaron cosas dentro de nuestros sectores que nos parecía que no tenían que pasar. Tanto él como yo somos muy colorados y entendíamos que teníamos que mejorar eso pero desde dentro del partido, y la única opción de mejorar las cosas o de crear espacios distintos dentro de nuestro partido era creando un sector diferente.
– Y surge la Lista 115, se presenta a su primera elección nacional siendo Germán el candidato y por pocos votos no se ganó la diputación, ¿cómo lo tomaron?.
– Nos hicimos la expectativa que podíamos ganar la diputación en el correr de esos tres meses que fueron de las internas a la elección nacional. Previo a eso, no teníamos ni soñado tener la chance de estar peleando la diputación. Por lo tanto, para nosotros fue desazón por un lado de no haber llegado al objetivo por pocos votos, pero a su vez nos dimos cuenta que realmente fue una gran campaña que habíamos hecho.
– Habían logrado consolidar una nueva opción dentro de su partido.
– Claro. Nosotros frente a la peor derrota que había tenido el Partido Colorado, frente a una Lista 1 que de tener 24 mil votos pasó a votar 9 mil, y a un sector como el nuestro que nace diez meses antes de las elecciones, y haber marcado un crecimiento del 100% de lo que fue la elección interna en tres meses. Es decir, nosotros estábamos ahí con un montón de votos en pocos meses y con la chance de seguir peleando elecciones, creo que para nosotros aquella elección de octubre fue tristísima para el Partido Colorado pero muy importante para nosotros.
– ¿Qué les pegó más fuerte, esa elección de octubre o la de mayo de 2005?
– Yo creo que la de mayo, si bien nosotros volvimos a crecer un 100% en nuestra votación respecto a octubre, mayo fue una elección muy dura para el Partido Colorado. Habíamos cometido muchos errores pero también el partido había hecho muchas cosas bien. La derrota en la elección municipal para nosotros fue muy fuerte, teníamos muchas expectativas y proyectos, mucha ilusión y sueños para llevar adelante en una gestión municipal, y veníamos muy bien con el tema electoral pero el partido venía muy mal. Sufrimos el golpe con esa ola que arrasó a todo el Partido Colorado, igualmente nosotros crecimos un 100%, pero de todas maneras, perdimos una elección que para nosotros era la elección.
– A mes y medio de una nueva elección, la Lista 115 vuelve a presentarse con la candidatura de Germán, pero que de concretarse su ida al Senado, tú terminarías siendo la diputada. Ustedes como grupo han estado pidiendo esta responsabilidad, ¿y ahora?
– Nosotros más que pedirla la ganamos con los votos, nadie nos regaló nada, es más, nosotros siempre elegimos los caminos más difíciles. Germán ya podía haber sido diputado en la elección anterior y por respeto al proyecto que tenía con todos los compañeros que formábamos parte de la 115, un proyecto más a largo plazo, él decide dejar pasar esa oportunidad.
– ¿Tuvo un ofrecimiento?
– Lo tuvo, y si él aceptaba nuestro proyecto se caía, y lo que hizo por todos nosotros no tiene precio, tuvo un renunciamiento personal por el proyecto que teníamos como grupo. También le ofrecieron solucionarle el futuro quedándose en la intendencia con un grado alto, y también desiste de ese ofrecimiento, así como entró, resuelve irse y encarar todo esto desde el llano.
– Proyectémosno al futuro, ¿qué traería más alegría, asumir como diputada o ganar el gobierno departamental?
– Ganar el gobierno departamental, pero de todas maneras, son dos alegrías distintas. Para nosotros lograr ahora la diputación, llevar a la gente de la 115 al Parlamento, que además tenemos diseñado un trabajo en equipo, igual a como trabajamos en la Junta, sería una alegría distinta, porque en octubre sería la primera vez que obtendríamos un logro tan importante como llegar al Parlamento, lo que para nosotros sería un paso más en el camino a lograr el gobierno departamental.
– Según contó al inicio de esta charla, de chiquita sus padres se interesaban para que pudiera ver todas las opciones políticas, incluso religiosas, y la llevaban a los actos políticos. Ese puede ser el origen de su vocación, ¿qué piensan sus padres ahora que puede llegar al Parlamento?
– Mis padres están felices y orgullosos, pero además, a veces con un poco de miedo, porque ellos han vivido muchas experiencias durante todos estos años, hemos tenido desde los momentos más tristes hasta los momentos más alegres. Y ahora viene toda una etapa desconocida y ahí surge un poco el temor a lo desconocido sobre qué va a pasar más adelante. Ellos se han ido un poco acostumbrando a ese ritmo de vida que es muy vertiginoso y con muchas responsabilidades. Mi madre hasta ahora cuando sabe que tengo alguna sesión complicada en la Junta me espera despierta o por ahí me llama por teléfono para saber si estoy bien. Todavía me siguen viendo medio chica y saben que en definitiva me muevo en un mundo de hombres, sobre todo en mi tarea en el legislativo departamental. De todas maneras, creo que ahora lo más importante para ellos es su nieta, aunque siguen mi carrera política y la vida de mi hermana muy de cerca.
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PERFIL DE
CECILIA EGUILUZ
Su familia la compone su esposo Gustavo y su hija de año y medio, María Victoria. Es del signo de Virgo (29 de agosto), si bien no cree en el horóscopo, le parece divertido. Es hincha de Ferro y tiene simpatía por Nacional.
¿Qué querías ser de chiquita? “No sé, yo creo que siempre quise ser feliz. En mi casa, mi abuela, que si estuviera viva estaría muy orgullosa, tenía 101 años cuando murió, siempre me decía que antes de ser médico, abogado, ingeniero o arquitecto, hay que ser señor y señora”.
Su comida preferida son los ravioles a la Caruso. La honestidad es lo que más le gusta de la gente, mientras que lo que menos le gusta de las personas es la mentira.
– ¿Germán ya te perdonó que no seas de la U?.
– Nunca me lo plantearía (risas)