«Dentro de la familia, la madre es la figura irremplazable”. “Por lo menos dentro de los 3 primeros años, ella es imprescindible para asegurar el más completo desarrollo físico, psicomotor, intelectual, y afectivo. Así se prolonga la relación que había entre MADRE-HIJO desde la vida intrauterina, como fuente de calor y alimento protegiendo al niño, con sus cuidados de las agresiones del mundo exterior.
Si bien los cuidados higiénicos y la alimentación son fundamentales, los estímulos constantes que por instinto la madre vabrindando, son los que motivan y organizan la vida del niño. Ayudándolo a pasar distintas etapas como: adquisición del lenguaje, destete, marcha y control esfinteriano”.
“El niño en los primeros meses no tiene conciencia de sí mismo ni del mundo como algo exterior a él. Por eso la madre no es solo el calor y el alimento, sino también el estado de satisfacción y seguridad”.
“A medida que crece y se desarrolla, el bebé puede distinguir el pezón con la satisfacción de ser alimentado, experimenta su sed, con la leche que le gusta, aprende a percibir cosas y darles nombre.
Sabe también que la madre sonríe cuando él mama, sabe que su madre lo alza cuando llora, etc”.
EL PADRE
Desde la concepción en adelante, el padre debe brindar a la mujer el apoyo y equilibrio que ella tanto necesita para dedicarse a la crianza del niño. Él debe acompañarla, ayudarla y darle seguridad sin descuidar el amor y permitirle a ella realizarse plenamente como mujer y como madre.
En el cuadro familiar el padre es para el hijo un elemento estable con AUTORIDAD Y FUERZA.
A diferencia de la madre, que está generalmente de modo continuo, la figura del padre se tipifica más a la calidad: “se lo diré a tu padre,” como dando autoridad, o alguien duda que eso no pasó nunca en su familia, esta famosa frase de: “esperá que venga tu padre y vas a ver”.
Pero lo más interesante, es que cuando el padre llega ya hace tres horas que la madre le dijo eso al niño, entonces éste, ni se acuerda y el padre lo tiene que retar por algo en lo que él no participó. Pero también tenemos que tener en cuenta el famoso dicho: “qué orgulloso estará papá cuando lo sepa”.
Estos roles se han desdibujado un poco en la pareja moderna, está desapareciendo la sociedad “patriarcal”, y comienza otra sociedad más participativa PADRE-MADRE-HIJO.
Ahora se comparten los cuidados del niño, indistintamente, ambos lavan y cambian pañales, preparan mamaderas, etc., haciendo todo mucho más fácil y llevadero para la familia en general.
El niño antes del año de vida
A continuación, veremos conductas que: pueden iniciarse a los 4 meses o antes: Eleva el tronco y la cabeza, apoyándose en manos y antebrazos. Se mantiene sentado con apoyo. Intenta la presión de objetos. Atiende con interés el sonido. Juega con las manos. Juegos con las vocales. En esta etapa hay que anticiparles a los padres, que se sentará solo sin apoyo. Cambiará de posición por sí mismo.
Llevará objetos o partes de su cuerpo a la boca. Responderá con movimientos corporales al escuchar su nombre. Reaccionará ante caras extrañas.
Pero también como dicen las pautas: Debemos de estar alertas a ciertas conductas:
*No sonríe cuando se le habla.
*Irritabilidad excesiva.
*Pasividad excesiva.
*Trastorno del sueño, insomnio, (tranquilo), esto quiere decir que pasan muchas horas sin dormir pero se mantienen tranquilos, o también hipersomnia (mucho sueño).
*Manos siempre cerradas, o pulgar incluido, que es cuando mantiene el pulgar apretado con sus otros cuatro dedos.
No quiere decir que todas estas conductas, si en algún momento se cumplen, son como para salir corriendo a ver a su Pediatra. Es vigilar y después de un tiempo prudencial comentárselo al pediatra al momento de su control.
CONDUCTAS CUMPLIDAS A LOS 4 MESES:
Boca abajo, levanta 45 grados la cabeza: se coloca al niño boca abajo y en general hace varios intentos de elevación de la cabeza apoyándose en sus manos y antebrazos.
Tracción hasta sentarse: Es una maniobra que permite no solo evaluar el control cefálico, sino el tono muscular de la columna y de los miembros. Con el niño de espalda, en la mesa, levantarlo suavemente mediante tracción de sus brazos, llevarlo al niño a la posición sentada, evitando hacer el movimiento por el niño.
Mantiene firme y erguida la cabeza: se lo mantiene sentado tomándolo del tronco. Sigue con la mirada objetos móviles. El niño boca arriba sigue con la mirada objetos en movimiento si se le muestra algo a unos 20 cm.
Gira la cabeza hacia la fuente del sonido: el padre, la madre o el examinador deben tocar un sonido a un lado y luego hacia el otro. Lo mira al que le habla. Mira a la cara: mira momentáneamente a una persona, se le habla al niño para atraer su atención y se observa si el niño sigue con la mirada.
Sonríe espontáneamente, cuando se le habla al niño.
Llora, ríe: las conductas tempranas del bebé son primariamente reflejas o están dirigidas a sus necesidades internas. Por ejemplo llora cuando tiene hambre, o dolor, después de 2 a 3 semanas lo hace ante una cosa que le guste.
Emite sonidos: cuando se le habla, el niño generalmente reacciona quedándose tranquilo, parando su actividad y cambiando su expresión, emite distintos sonidos, primero sonidos nasalizados, como las vocales, sonidos producidos con la parte posterior de la boca (aaaa,ga-ga) y luego sonidos consonánticos producidos con la parte anterior de su boca.
Signos de alerta que hay que observar a los 4 meses.
Estos signos también hay que tenerlos en cuenta cuando perduran en el tiempo:
Irritabilidad excesiva; y llanto excesivo que no se puede calmar: a medida que pasa el tiempo y comienzan a pasar los días desde la etapa de recién nacido, es normal que los períodos de vigilia (estar despiertos) aumente, y sean más largos.
Pregunta muy frecuente de los padres ¿doctor qué hacemos para que el niño duerma?, no podemos descansar dicen. Es normal le contestamos y a veces nos quedamos sin un paciente porque consulta a otro colega a ver si tiene el “remedio mágico “para que el bebé duerma. Anormal es cuando pasan los días y el niño duerme en forma que nos llame la atención”.
Pasividad excesiva:
Que el niño permanezca muy quieto o indiferente durante largos períodos.
Indiferencia cuando se lo amamanta: por ejemplo que no mire a la madre cuando se lo amamanta, parece indiferente a la alimentación.
“Manos siempre cerradas; pulgares incluidos. Primero aclaramos que pulgar incluido significa tener el dedo pulgar apretado por sus otros cuatro dedos, a los 4 meses el niño permanece la mayor parte del tiempo con las manos abiertas, intentando agarrar objetos”.
El tema de hoy con el Dr. Ricardo Scaparoni, continuará en los próximos meses. Hablaremos luego del año del niño, y del siguiente. Por consultas, que el médico de marras responderá con gusto al respecto, dirigirse al correo electrónico:
Mary Olivera:
maryssabel11@hotmail.com