Mario Vargas Llosa, destacado escritor peruano y Premio Nobel de Literatura en 2010, falleció ayer,13 de abril de 2025 en Lima, su ciudad natal, a los 89 años. Su deceso fue confirmado por sus hijos. Vargas Llosa es reconocido por obras emblemáticas como La ciudad y los perros, Conversación en La Catedral y La fiesta del Chivo, que lo consolidaron como una de las figuras más influyentes de la literatura latinoamericana contemporánea.
Nacido el 28 de marzo de 1936 en Arequipa, Perú, Vargas Llosa fue una figura clave del boom latinoamericano, movimiento literario de los años 60 y 70 que incluyó a escritores como Gabriel García Márquez y Julio Cortázar. Su obra abarcó géneros como la novela, el ensayo y el periodismo, y se caracterizó por una profunda reflexión sobre el poder, la política y la condición humana. Su último trabajo de ficción, Le dedico mi silencio, fue publicado en 2023, marcando su retiro de la narrativa.
Más de una vez recordó Vargas Llosa,con la ironía soterrada que le caracterizaba, que en la casa de su infancia la definición de liberal la dio su abuela Carmen: “Alguien que no va a misa y que se divorcia”. En una de sus últimas entrevistas de televisión, grabada para el programa de su amiga Mercedes Milá, el Nobel peruano explicó que la familia era para él símbolo del orden, y que lo suyo fue siempre “la aventura”. En efecto, su vida sentimental estuvo atravesada por grandes pasiones que se desarrollaron contra todas las convenciones burguesas: con su tía Julia, 10 años mayor que él; con su prima Patricia, madre de sus tres hijos (Álvaro, Gonzalo y Morgana); o con Isabel Preysler, a la que se unió en 2015, cuando contaba 79 años. Rompieron con cierto escándalo en diciembre de 2022.
En posesión de todos los galardones posibles (del Cervantes al Nobel pasando por el Princesa de Asturias, el Rómulo Gallegos y hasta el Planeta), Mario Vargas Llosa fue miembro de la Real Academia Española (sillón L), corporación en la que ingresó en 1996 con un discurso sobre Azorín al que respondió Camilo José Cela. En noviembre de 2021 se convirtió también en uno de los “inmortales” de la Académie Française pese a no haber escrito una sola línea en la lengua de Molière. “Yo aspiraba secretamente a ser un escritor francés”, dijo en febrero de 2023 al comienzo de su discurso de ingreso en una ceremonia a la que acudió el rey Juan Carlos.
A lo largo de su vida, Vargas Llosa mantuvo un compromiso político e intelectual que lo llevó a adoptar posturas liberales y neoliberales, tras una evolución desde su inicial alineación con el pensamiento de izquierda.
Para él, escritura y política siempre fueron dos caras de la misma moneda: la de la libertad individual. A costa incluso de la justicia social. Por eso remató su discurso del Nobel recordando que “las mentiras de la literatura se vuelven verdades a través de nosotros, los lectores transformados, contaminados de anhelos y, por culpa de la ficción, en permanente entredicho con la mediocre realidad”.
La lectura, añadió, inocula la rebeldía en el espíritu humano: “Por eso tenemos que seguir soñando, leyendo y escribiendo, la más eficaz manera que hayamos encontrado de aliviar nuestra condición perecedera, de derrotar a la carcoma del tiempo y de convertir en posible lo imposible”. Y en su caso, algo más: ser inmortal para sus lectores.