Enrique Cáceres Méndez, cantante y vocalista del trío Los Panchos, falleció el pasado lunes 22 de agosto, según ha anunciado el Ministerio de Cultura mexicano a través del Consejo Nacional para las Artes y la Cultura (CONACULTA).
Enrique Cáceres llegó a ser primera voz de Los Panchos, fundado en 1944 por la discográfica CBS, y fue el que popularizó el bolero: «Alimentó el romanticismo en la música mexicana» durante años, según ha expresado con pesar el gobierno mexicano.
Cáceres nació en 1934 en Mérida, capital del estado de Yucatán. Se integró en la formación en los años 60, después de haber formado parte de grupos como el Trío Monterrey, el Trío Las Sombras o Los Tecolines, del que fue fundador.
Con Los Panchos, Cáceres grabó más de doscientas canciones entre 1966 y 1971 en discos como Volví la espalda, Que no te cuenten cuentos y un albúm de canciones junto a Armando Manzanero.
El trío Los Panchos original lo formaron los mexicanos Alfredo El Güero Bojalil Gil, José de Jesús Chucho Navarro Moreno y el puertorriqueño Herminio Avilés Negrón. A lo largo de los años, la formación se fue renovando y así fue como entró Cáceres.
Los Panchos marcaron una época en la música romántica latinoamericana a mediados de siglo pasado dedicando sus letras de amores y desamores. También dejaron su impronta en el cine con grabaciones como Rayito de Luna (1949), Callejera (1952), Aventurera (1949) y Miradas que matan (1954).
Vida turbulenta Farras y lotería
Rafael Basurto Lara (Tlapa, 1941), cantante solista de Los Panchos desde 1977, no ocultó su deleite ante los invitados que se sumaron a su trío: «Siempre insisto en que nuestros boleros no están dedicados exclusivamente a las personas mayores. Tratan de asuntos eternos y me encantó que hubiera vocalistas españoles tan jóvenes como Tamara, que entendieran esas letras maravillosas. O músicos bien vanguardistas, como Nacho Mastretta, que además es medio mexicano. Nuestros arreglos son antañosos, pero admiten innovaciones. Prontito habrá más novedades», aseguró el cantante.
Los Panchos empezaron a caminar en 1944 y son los más famosos exponentes de un tipo de formación conocida como «trío romántico», que triunfó en todos los países bañados por el Caribe: «En Puerto Rico, Cuba o Colombia todavía se celebran festivales de tríos que son verdaderos acontecimientos multitudinarios», cuenta Basurto. «Cada país tiene sus tríos preferidos, pero Los Panchos fueron los únicos que eran aceptados internacionalmente; en Japón, cada ciudad tenía sus Panchos, los Panchosa de Kyoto y así. De hecho, el grupo se fundó en Nueva York, así que estaba predestinado».En contra de su imagen melosa, Los Panchos fue un grupo de vida turbulenta. En la industria musical española son leyenda sus visitas de mediados de los años setenta, cuando protagonizaban andanzas de sexo, drogas y despilfarro que hubieran enrojecido a los mismísimos Rolling Stones. Basurto no quiere entrar en detalles escabrosos pero añade: «Posiblemente, todo lo que se cuente sea verdad. Es que, sabe usted, cuando uno está solo y fuera de casa, se hacen muchas tonterías».
Al fondo, el recuerdo de Alfredo Gil, prodigioso tocador de guitarra requinto y miembro fundador del trío, que murió de cirrosis hepática el pasado año. El Güero Gil gustaba de resolver sus conflictos a tiro limpio: «Derrames de unas copas», era su excusa.
Basurto confirma que el Güero Gil daba prioridad a las farras sobre la música: «Cuando ganó la lotería, nos dio permiso para que siguiéramos actuando con otro requintista». En sus últimos años, Alfredo Gil concedió la franquicia para España del nombre de Los Panchos a una empresa valenciana, lo que provocó diversas escaramuzas legales.Celina Fernández, esposa de Basurto y representante de su trío, minimiza aquellos enfrentamientos, aunque no han sido los únicos a los que se han enfrentado a lo largo de su carrera.