Su muerte a los 81 años coincide con la inauguración de una exposición en Cadaqués con obras suyas y del pintor surrealista.
A la misma hora que estaba previsto inaugurar su última exposición en Cadaqués se ha conocido la muerte del pintor Antoni Pitxot (Figueres, 1934), según ha confirmado la Fundación Gala-Salvador Dalí, la institución de la que era vicepresidente segundo, además de director del Teatro-Museo Dalí, el centro que exhibe gran parte de la obra de Dalí, cargo que desempeña desde su inauguración en 1974.
Nacido en una familia de artistas, Pitxot comenzó su formación artística de la mano de Juan Núñez Fernández en San Sebastián desde el año 1946. En 1964 decidió instalarse definitivamente en Cadaqués, donde comenzará a forjar una fuerte amistad con Salvador Dalí que le marcó de por vida. Su pintura está marcada por el paisaje que evoca el Mediterráneo, caracterizada por la pintura de rocas que adquieren un carácter antropomórfico que evocan a figuras de dioses y héroes.
Ente los reconocimientos que ha recibido se cuentan el de la Medalla del Mérito de las Bellas Artes que le entregó el Rey Juan Carlos I y el de la Real Academia de Bellas Artes de Sant Jordi, entre otras.
Una de sus últimas exposiciones, antes de la que se inauguraba hoy, pudo verse en 2014 en el castillo de Púbol, uno de los escenarios dalinianos por excelencia. Se trataba de de Dalí – Pitxot. La alegoría de la memoria, en la que se repasaba su trayectoria. El catálogo, publicado con motivo de esta exposición contiene un documental que fue galardonado con el premio Gold de Avicom; un reconocimiento del que al pintor le gusta presumir, como durante la presentación de la exposición en el Museo Dalí de Figueres, en el que Muchacha en la ventana, uno de los cuadros de Dalí más conocidos, que pudo verse en Figueres en 2014. Delante de la obra, Pitxot identificó todos los rincones que aparecen la pintura: «No puede ser más Cadaqués de lo que es. La casa está en la playa de Es Llaner, donde los Dalí veraneaban y en frente se puede ver la playa de Les Oliveres», enumeró, tras confesar que le gusta contemplarlo también «por las formas exhuberantes, tan redondas y pictóricas de Ana Maria».
