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sábado, 17 de mayo de 2025
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Escuelas rurales: ¿refugio de los valores ciudadanos?

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Diario EL PUEBLO digital
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Faltan servicios, pero no el compromiso

De las 131 escuelas del departamento 55 son rurales. Una fue cerrada, la de pueblo Bordenave, por quedarse sin alumnos, otra (Zanja del Tigre), tiene tres, y a tres escuelas del interior de Salto todavía no llegó la luz eléctrica, tienen paneles solares. Sin embargo hay testimonios de fuerte vivencia de valores y compromiso social de algunos maestros rurales.

La de pueblo Bordenave se cerró por falta de alumnos  

La realidad de las escuelas rurales de Salto y la zona

– En Zanja del Tigre concurren tres alumnos

– La Escuela 72 tiene agua, pero no es potable.

– Tres escuelas tienen electricidad restringida proporcionada por paneles solares.

La realidad de las escuelas rurales del departamento de Salto no siempre es conocida y en algunos casos, las dificultades en los servicios alcanzan al agua potable y la energía eléctrica. El Insp. Departamental, Edgardo Laxague se desempeñó durante varios años en escuelas rurales y en entrevista con EL PUEBLO, se refirió a esta realidad.

– ¿Cuál es la problemática  especialmente en relación a la deserción escolar, la permanencia o no del número de escuelas rurales?

– La permanencia del número de escuelas se ha mantenido. En este período se cerró sólo una escuela: la 53, de Pueblo Bordenave, por ausencia total de niños. Hay algunas que están muy disminuidas en su matrícula: tienen seis o siete niños, otra tres niños.

¿Qué escuela tiene tres niños?

La de Zanja del Tigre. Eso fue con la estadística de junio, que es la que nosotros más o menos nos manejamos. Hay otras escuelas que tienen seis, siete, ocho niños. Son escuelas unidocentes, que están muy alejadas que han quedado en lugares de establecimientos de grandes extensiones donde no hay poblaciones. Las poblaciones se han ido radicando en los pueblitos de MEVIR. Allí sí las escuelas han aumentado el número de matrícula.

En cuanto a las problemáticas que vemos en estos últimos tiempos es la falta de maestros para proveer los cargos suplentes. Tenemos la salvedad que hay muchos maestros que vienen desde Tacuarembó, desde Artigas, tenemos una provisión de maestros de esas direcciones. En toda la zona de la Cuchilla de Haedo tenemos maestros que son de Tacuarembó, estudiaron en Tacuarembó y, como les queda fácil la venida hasta ahí…

Usted habla de suplencias:

 ¿Es por enfermedad?

Claro, cuando un maestro saca suplencia ya sea por enfermedad o por maternidad, por ejemplo, que a veces se prolonga un poco más porque tiene la lactancia, queda difícil proveer los cargos porque no hay interesados. En otros departamentos, recién ahora empezó ese problema de que queden escuelas varios días sin maestros por no tener con quién cubrir. Habrá que buscar algunas alternativas. Ya está al llegar el concurso para maestros directores, que en definitiva, van a radicar más los cargos porque se ofrecen en carácter efectivo. Aún así nos quedan las escuelitas que tienen muy poquitos niños, que no los podemos afectar a eso porque no sabemos hasta qué momento van a estar.

Tres escuelas aún tienen que utilizar paneles solares para tener electricidad

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Escuela 52 de Guaviyú de Arapey. 

En materia de servicio de luz y agua,  ¿hay escuelas que aún no  los tengan?

Sí, tenemos algunas que están en vías de incorporarse al tendido de UTE, caso de la 38, de Paso de las Piedras de Arerunguá, que ya está en trámites bastante avanzados. Está hecho el aporte por el Consejo para que la electricidad llegue ahí. Las que nos quedan sin corriente de línea de UTE tienen la alternativa de los paneles solares.

¿Paso del Parque era una?

Paso del Parque, Paso de la Herrería, Zanja del Tigre. Se han incorporado muchísimas. Las que quedan a menos de 5 km. de la línea de alta tensión ya han sido incorporadas a la corriente eléctrica. Se ha incorporado la 73, la 57 tiene, la 86 tiene, y están en vista otras que ya tienen la instalación para cuando llegue la corriente, como la 37 de Colonia Las Flores. Lo que pasa es que la línea pasa muy retirada y es muy costosa; tiene que ser entre varios vecinos que se unan, como se unieron acá en el caso de la 38 para traer. Después nos queda la 59, de Pepe Núñez, que es una escuela en el límite con Tacuarembó. La 71, que es una escuelita chica también, se refaccionó toda a nuevo porque se  le voló el techo durante un temporal. Al comienzo de este año se incorporó a la corriente la escuela 47, el año pasado la 20, de Pueblo Quintana. Muchas escuelas ya están con el servicio. Son cuatro o cinco que nos quedan con servicio de paneles solares.

¿Tienen electricidad pero restringida?

Claro, al uso de luz eléctrica más que nada. Al tener eso, ya se les instala bomba eléctrica para el agua, que en cierta medida es una solución porque no tienen que esperar el viento; aunque yo, no sé si será por nostalgia o por qué, soy del molino de viento. Nunca nos faltó y es una cosa bien económica. Con la energía eólica, en las escuelas donde hemos estado nunca nos faltó agua. Hay que hacer el mantenimiento.

¿No hay escuelas sin agua en Salto interior?

Hay sí. Tenemos el caso de la 72, por ejemplo, que si tiene agua, no es agua potable. Tiene que abastecerse de ampollas de agua con botellas de agua sin gas y esa agua se utiliza para la limpieza. Pero esas escuelas que en este momento están sin agua para uso potable, ya están en vías de hacerles perforaciones. Hay tres a las que se les van a hacer perforaciones, que ya están adjudicadas las empresas: la 69, de Colonia Las Flores que tiene un pozo que se secó, porque pasó eso también: hubo pozos que se secaron a nivel de la napa y se ha tenido que profundizar o buscar otra veta de agua. La 72, que también es un lugar donde no es fácil encontrar agua, en Paso de la Herrería, en Mataojo, zona de basalto casi superficial. Otra que tenía problemas de agua en el período de verano es la 17, de Colonia Lavalleja; se le va a hacer un pozo, porque se abastecían todos del mismo pozo de Pueblo Lluveras. La 52 tiene pozo y hasta tiene agua pero tiene problemas de raíces, porque tiene pozo y hasta ahora tiene agua, pero tiene problemas de raíces porque el pozo fue hecho junto a un bosque de eucaliptos en un predio vecino y las raíces obturaron el pozo y no se puede sacar la bomba. 

«Aunque el ómnibus no salga, el Maestro tiene obligación de concurrir…»

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¿Cuál es la obligación del Maestro rural, por ejemplo cuando no sale el ómnibus rural en el que se traslada, como sucede alguna vez?

Tiene que ir a cumplir con su obligación, de todas formas. En caso de que no vaya a cumplir, tiene que pedir la licencia. Porque si no presenta licencia,  se le descuentan dos días por cada falta sencilla.

¿Se dan muchos casos?

De falta de maestros, así, sin aviso no muchos. A veces nos enteramos por la misma gente, porque hay lugares que son muy alejados. A veces se llama por teléfono y si no contestan, se indaga. Pero puede ser que el teléfono esté apagado,  porque casi todas tienen servicio de teléfono o tienen celular.

¿Hay lugares donde el celular no siempre tiene señal?

Hay lugares que tienen problemas pero son muy pocos. En algún lugar hay que subir a un sitio determinado. En nuestro caso, por ejemplo, en el lugar de la escuela no se agarra, pero se sube a un cerrito cercano y ya se agarra. Pero cuando uno tiene que comunicarse para allá, claro, al que está con el celular no le cae la llamada. Es importante que los padres nos hagan saber a nosotros, porque los padres, a veces, en vez de llegarse a la inspección o hacer una llamada a la inspección van a la prensa y ya el trámite es más largo, porque si no tenemos conocimiento no podemos obrar, tenemos que tener a alguien que nos dé la denuncia porque tampoco podemos adivinar si está o no está. Nosotros estamos en la confianza que el lunes, cuando llega el ómnibus, llegan los maestros; y si no llegan es porque hay una licencia acá que en el correr del día se ofrece. Eso no asegura que vaya algún maestro, porque cuando es un caso de dos o tres días a veces no tienen en qué ir y no lo podemos prever. Es una dificultad. Pero va mucho en el compromiso de quienes están. Por eso digo que este concurso que va a salir ahora, en cierta medida nos habilita a decir que el que elige un cargo efectivo lo tiene que cuidar, y es una persona que demostró en el concurso que está habilitada para eso.

– Antes había maestros que permanecían en las escuelas, venían una vez por semana, una vez por mes. ¿Eso se sigue dando?

– Mucho menos. Al tener el maestro la posibilidad de contar con transporte pago, tiene boleto, y prácticamente el fin de semana se viene para su domicilio, cuando no lo hacen a diario, porque en vez de estar todo el tiempo en el medio rural viajan a diario también porque tienen esa facilidad: Valentín y todos esos lugares que viajan a diario. Por eso no tienen casa habitación, van y vienen todos los días. En cierta medida es una ventaja para los maestros, pero para la comunidad en sí, el hecho de que el maestro esté radicado y conviva con la gente ya es distinto, es otro trato. Cuando nosotros estábamos en el medio rural, prácticamente vivíamos. 

La clave está en la participación, que la gente participe y se involucre más con la escuela…

El desafío de la escuela actual es la formación del ciudadano con una realidad diferente

1-4Han cambiado los tiempos, antes teníamos que buscar información para brindar la información de último momento. Los conocimientos se van procesando y van surgiendo nuevos conocimientos. El hombre, en sus conquistas de nuevos saberes va incorporando muchos conocimientos.

En la actualidad, el tener Internet, que la mayoría de las escuelas la tienen, eso está al alcance de todos, incluso el de los niños en su casa. El desafío es que el niño, cuando va a la escuela, va a formarse como ciudadano, manifestó el Inspector Departamental de Educación Primaria.

Hoy, la formación del ciudadano se ha quedado mucho en el compromiso de las instituciones, y la escuela es una de ellas, porque hay muchos quiebres a nivel de familia, ya sea por el trabajo porque los padres pasan exigidos por el cumplimiento del horario de trabajo y tienen poco tiempo para sus hijos, hay desavenencias familiares con separaciones en muchos casos, los niños están muy solos.

La parte formativa, la parte de valores, es en lo que tiene que trascender más la escuela, en esos aspectos. No quiere decir que se descuide aquellos fundamentos de la escuela, que son el enseñar a leer, enseñar la parte de nociones básicas de matemática que, si no las aprenden en la escuela… Hay otras alternativas, pero la escuela tiene ese cometido: que sepa leer en el sentido completo de la palabra leer, porque no es solamente decodificar. La comprensión profunda de los textos tiene otras ventajas en la vida, ya pueden seguir avanzando por sus propios medios.

La conquista de la autonomía radica muchas veces en tener nociones básicas para poder seguir avanzando. Si no tiene esas herramientas depende mucho de otros, y hoy el mundo es muy competitivo, lleva muchas exigencias para los que va a incorporar al sistema de trabajo. El sistema de trabajo está muy exigente en cuanto a que la persona que acceda a un trabajo tiene que ser competente, y no solo ser competente sino que tiene que permanecer continuamente actualizándose, como pasa en todas las profesiones. Si una persona recibe un título le da formación permanente, y para esa formación permanente hay que darle las herramientas, escuela, educación media y superior.

Tienen que bregar por que la persona tenga autonomía para continuar actualizándose permanentemente por sus propios medios. Pasó aquello de que “le vamos a exigir que haga tal curso”. Tiene que darse cuenta que tiene un compromiso con la sociedad y, si quiere mejorar, permanentemente tiene que actualizarse. Porque la parte de tecnología y de ciencia va en una carrera muy rápida en descubrimientos que si no, quedan retrasados con la realidad. Vemos todo lo que nos aporta la tecnología con los celulares, en la informática: las máquinas de hace dos años, las que tenemos en la actualidad y las que van a venir. O sea, las prestaciones que tienen. Entonces, hay que estar permanentemente actualizándose si uno no quiere quedar en una brecha, porque en cierta medida queda marginado.

En materia de obras, ¿hay alguna obra que se vaya a inaugurar próximamente?

Tenemos dos obras importantes: la remodelación de la Escuela 4, que va a pasar a tiempo completo. El personal ya está cumpliendo el tiempo completo, pero tiene que habilitarse el local para que los niños tengan el tiempo completo. Otra es la escuela 13, de Hipódromo.

Este año hubo una fuerte inversión de más de 3 millones de pesos adjudicada a distintas escuelas para mantenimiento especialmente de albañilería, sanitaria, electricidad, donde la responsabilidad es compartida: el Consejo de Educación Primaria hace el aporte de una compra directa, que son hasta 120.000 $, y la escuela, con su comisión fomento, establece la necesidad que tiene y presenta tres presupuestos de tres empresas habilitadas, y se lo habilita si está bien establecido eso. Hay varios que están en proceso y las empresas ya están trabajando. Para el año próximo será más grande la inversión en mantenimiento con la  posibilidad de que la intervención sea más fuerte en la escuela, porque a veces, 120.000 $ da para reparaciones menores.

Pero con una extensión que van a tener para una compra ampliada pueden llegar hasta 300.000 $, ya se puede hacer una intervención fuerte para mejorar. Todo está en la gestión de la dirección y la comisión de fomento, en los conceptos de participación, porque la descentralización exige que la gente participe más, se involucre más y sepa qué es lo que está pasando en la escuela.

Nosotros estamos insistiendo mucho, porque ya está establecido en la  ley de educación, que la escuela cuente con su consejo de  participación, que, en cierta medida es que,  todos quienes están involucrados: niños, maestros, padres, comunidad, dirección escolar y comisión de fomento, integren lo que se llaman consejos de participación y vean cómo se puede gestionar mejor esa escuela.

Director de escuela de Pueblo Olivera: hace 12 años que viajo diariamente desde Artigas

La escuela rural es diferente: “los niños están ansiosos por entrar a clases, incluso ellos mismo tocan la campanilla”

Elio Iris Cruz Guedes hace doce años que es director de la escuela nº 67 de Pueblo Olivera, y desde los comienzos de su trabajo en dicha localidad del norte de nuestro departamento cumple una rutina diaria. Cruz vive en la ciudad de Artigas y todos los días se levanta a las 4 y media de la mañana, toma unos mates con su señora que lo acompaña, para luego irse a la parada del ómnibus para tomar el ómnibus del COA a las 6. Coloca su bicicleta en la bodega del ómnibus que lo deja en la ruta 4 justo en el camino que conduce al pueblo, que dista a 10 kilómetros. Baja su bicicleta y pedalea hasta llegar al centro educativo.

También sobre las 16 horas de todos los días se vuelve con su familia, tomando el ómnibus de “Jota Ele” en la misma ruta 4, luego de recorrer los 10 kilómetros en bicicleta, la que vuelve a ser  cargada en la bodega.

Para el maestro Elio no es la primera experiencia la de la escuela 67. La primera escuela en la que trabajó fue en el departamento de Florida, en la localidad de Barra Molles de Timote (Escuela nº 95), a más de 100 kilómetros de la capital de dicho departamento. Era una escuela rural que presentaba muchos problemas sociales en donde trabajó dos años, e incluso “cocinaba con los chiquilines”. Luego se trasladó y permaneció trabajando 18 años en la ciudad de Florida, para luego recaer en Pueblo Olivera, circunstancia que lo mantenía en un lugar cercano a su familia justo en los momentos en los que había nacido su primer hijo.

CUARENTA NIÑOS Y 3 MAESTRAS

Actualmente en Pueblo Olivera la escuela tiene 40 niños y tres maestros. Además de Cruz, hay dos maestras que viven en la localidad: Gloria Santana (que hace más de 30 años que está) y desde este año se cuenta con otra locataria, ex alumna, Ana Laura Sena. Todos los escolares viven en la localidad y los más alejados estarán a unos 3 kilómetros. “Hay dos niñas y un varón que concurren a caballo” nos agrega el director.  En el centro educativo hay tres aulas, en donde funciona “preescolar y los 6 grados”. Una maestra trabaja con inicial de 4 y 5 años y primer año. Otra trabaja con 2º, 3º y 4º  y Cruz se encarga de 5º, 6º y la dirección. Se cuenta con una cocinera. Cumple un horario de 10 a 15 horas. Si bien se cuenta con algún apoyo de personas del lugar en la escuela se trata de “enseñar a producir y no a pedir. Por eso con los recursos que da Primaria intentamos que nos dé: en el comedor tenemos desayuno, almuerzo y merienda. Tenemos una huerta pero también pensamos en la producción cultural, ya que se procura que los niños puedan realizarla en sus casas para que les sea útil como sustento”.

Destacó la utilización de las “XO” como forma de que siempre se esté informado.  Pero lo fundamental es transmitir “esa esperanza de vida de vivir en paz y de que siempre se puede aprender, que nunca es tarde”.

ERRADICAR LA PALABRA “PALIZA”

El Director destacó el trabajo que las escuelas rurales tienen con la comunidad. “Hay una muy buena relación social porque hacemos talleres y otras actividades que son útiles también para el pueblo”. Se trabaja mucho con las familias: “la semana que entra vamos a preparar un taller de manualidades para hacer la vestimenta de la fiesta de fin de año”.

El maestro enfatizó la importancia de algunos conceptos. Por ejemplo “muchas veces la gente cree que ya no necesita aprender, y eso es algo inagotable, porque todos los días estamos aprendiendo algo. Y bregamos mucho en el concepto de no violencia. Tratamos de erradicar una palabra que en el medio rural está muy arraigada que es “la paliza”. En nuestra escuela no existen esas cosas. No tenemos niños con problemas de enfermedades graves, crónicas, no tenemos niños que se lastimen. Es una escuela diferente, porque los niños están ansiosos por entrar  a clases, incluso ellos mismo tocan la campanilla.

A LA ESCUELA RURAL NO LA CAMBIO POR NADA

Cruz expresa que en su barrio en la ciudad de Artigas tiene una escuela a 4 cuadras de su casa y con los años que tiene bien podría haberse ido para allí, pero no se piensa cambiar porque no comparte ciertas cosas que están sucediendo respecto de los comentarios que se dan entorno a la escuela sobre la violencia. En Pueblo Olivera “esas cosas no se dan. Tenemos estrategias para evitar ese tipo de situaciones, pero además la gente se acostumbra a tener la tranquilidad de que sus hijos están cuidados. Si hay un niño que se descompone nosotros lo llevamos a la casa”. Se cumple un rol de padre en donde “nos apropiamos de hijos ajenos”.

Bicicleteando bajo el granizo

Elio Cruz fue soldado de cuartel, tropero, trabajó en un tambo, vendió en la calle, y se recibió de maestro. Su padre era peón rural y “cuando la necesidad apretó tuve que empezar a trabajar”. Forma parte de una aparcería y él mismo doma sus caballos. Es técnico en refrigeración, rematador público y apicultor. “Los siete oficios me quedan bien rabones”, nos expresa con su acento norteño.

El maestro también nos relató alguna de sus anécdotas en el trayecto que hace diariamente de 20 kilómetros en bicicleta. “He recibido varias granizadas y tormentas grandes, en donde las piedras sonaban en la bicicleta. La gente del ómnibus a veces se preocupa porque cantidad de veces me bajo con tormenta. Pero me pongo el equipo de lluvia y empiezo a andar”. Elio tiene 57 años.

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