En esta hora de Matías Sabarros
«Fue un corte a nivel del riñón, con una hemorragia interna, que fue lo que comenzó a complicar. La tomografía en el Centro de Agudos, fue clave para comprobar la consecuencia de la lesión, con dos posibilidades que estaban planteadas: extirpar el riñón o encarar un tratamiento para salvarlo.
Las primeras 48 horas en el CTI fueron duras. Muy duras. La aplicación de suero y analgésicos. El hecho es que no podía ni debía moverme.

Ahora la realidad pasa por el hematoma que tengo en el abdomen. Es una bomba de tiempo que tengo adentro. Se lo que me pasa, porque además los médicos nunca me limitaron la información. En ese paso a paso, en ese todos los días en que uno desde lo anímico, transcurre por distintos momentos.
Lo bueno ahora es que el riñón está trabajando y solo el paso del tiempo, irá determinando en qué medida esto será superable. Cuál es el porcentaje del funcionamiento. La quietud tiene que ser absoluta para que no sangre, para que no haya infecciones. No puedo decir lo contrario: ha sido muy duro todo esto. Para mi, para la familia. No es fácil estar aquí. No es fácil aceptar esta realidad. Porque hay cosas que uno no entiende. Yo solamente fui a jugar un partido de fútbol. No fui a otra cosa. No fui a pegar o que me peguen. ¿Se entiende? No pedí para salir de una cancha directo a un CTI. No pedí».
AHORA, MATÍAS….
Es Licenciado en Imagenología. Ese campo de la medicina, proceso por el que se crean imágenes de áreas del interior del cuerpo.
Matías Sabarros, ejerce la profesión. Por lo tanto, es uno más en el universo de la salud, mientras su pasión por el fútbol resulta incuestionable.
Pasó por varios equipos de la Liga Salteña de Fútbol y por la Liga Salteña de Fútbol Sala, también.
El caudal de su técnica, para que el juego se vuelva atildado, donde la creación se transforme en herramienta puntual.
El domingo 21 de agosto, Saladero y Sud América se enfrentaron en el campo de juego de los albinegros. Matías es uno más en el plantel de Saladero.
Fue Alejandro Irigoyen, el Director Técnico, quien lo invitó a sumarse. Y Matías se sumó. Ese partido terminó 0 a 0.
El partido en que se fue de la cancha, tras la acción del rival. El zapato del jugador de Sud América impactó en el pecho de Matías Sabarrós.
Las imágenes de la jugada se viralizaron en las redes sociales y no hubo medio capitalino que no se hiciera eco de una situación que se convirtió en resonancia popular. Por la violencia. Y por la consecuencia.
«HAY QUE ESTAR FUERTE DE CABEZA»
El diálogo de EL PUEBLO con el jugador. Pero sobre todo, con el ser humano. Ya el fútbol se recuesta en un plano secundario. Ahora rige el imperativo de la salud. De la evolución.
En la sala del Sanatorio Panamericano, ahí Matías.
El que admite que su mundo, es esa cama, «porque todo lo que tengo que hacer es desde aquí. Las necesidades fisiológicas, el aseo personal. Moverme es un riesgo, por lo tanto descartar por ejemplo, ir al baño. Los médicos no hablan de plazo, pero en estas condiciones puedo llegar a estar 30 días más. Por eso digo que esto fue duro y es duro. Hay que estar fuerte de la cabeza. Si alguien tiene en este caso, ansiedad o pánico, no sé cómo lo resolvería. O cómo se controla. Siempre supe lo que tenía.
Puedo decir que estoy mejor de ánimo, aunque uno también pasa a convivir con la incertidumbre. Creo que es natural. Y creo que se entiende.
Me sorprendió lo del Centro de Agudos, la tecnología que se dispone y la calidad en la atención médica que nunca me faltó. Tengo que tener una determinada actitud y no apartarme de ella, porque existe un riesgo. Esa bomba de tiempo de la que hablaba. ¿Cómo no dolerme lo que pasó y cómo pasó? Yo me pregunto si este es el precio, por querer jugar al fútbol. Que alguien me responda, Yo no tengo la respuesta»

-ELEAZAR JOSÉ SILVA