Un sitio Web “Wikileaks” que fomenta las “filtraciones” de información de los servicios públicos en todo el mundo, ha recibido el video que prueba el asesinato de dos periodistas de la Agencia Reuter en Irak, entrev arias personas civiles más, a manos de las fuerzas armadas de los Estados Unidos.
Las fuerzas norteamericanas sostienen que nunca quisieron ocultar el hecho – registrado tres años atrás – y le han restado trascendencia, calificándolo como muertes en el marco de la guerra.
Lo que más repugna de este hecho es la actitud de quien les mata, con total desprecio por la vida ajena y hasta una aire de diversión (El video documenta también el diálogo entre el copiloto y el comando del helicóptero, que muestra su desprecio por la vida humana. «Ja, ja, ja, les he dado», se ríe uno de los pilotos tras una devastadora descarga del cañón de 30 milímetros a bordo del aparato).
Felizmente alguien, consciente del crimen e interesado en no ser cómplice del mismo, ha hecho llegar la filmación a la organización.
La acción se suma a otro gran “error”, aducido por los Estados Unidos cuando decidieron invadir Irak. En aquella ocasión sostenían que el regimen de Saddam Hussein poseía armas químicas, alcance que posteriormente debió admitir que no era cierta.
Claro está que las miles de vidas que para entonces había costado el error, ya no tenía reparación posible.
Veinte años después, la destrucción, el saqueo del petróleo y las riquezas de Irak, son igualmente injustificables.
Irak es hoy para los Estados Unidos el segundo Vietnam. El retiro de allí es lo primero y mejor que puede hacer Estados Unidos, aún a sabiendas que el Irak que dejará será mucho peor que el que existía en 1992, en manos del dictador Saddam Husein, porque está irremisiblemente fraccionado, dividido en cientos de fracciones armadas y enemistadas, donde sólo el lenguaje de las armas y la fuerza parece ser la forma de dominio.
Los resabios de esta guerra son impensables. Irak, la milenaria “cuna de la civilización” que albergó a los saumerios, la civilización más antigua que se conoce, en la mesopotamia del Eufrates y el Tigris, han destruido verdaderos tesoros culturales, por ejemplo en la legendaria Bagdad, su capital.
Que nadie dude, que algún día, Estados Unidos y otras naciones que le han secundado en esta guerra, deberán asumir responsabilidades, porque aquella máxima de que la Justicia tarda, pero llega, sigue teniendo vigencia.
Alberto Rodríguez Díaz.
