Ileana Da Silva
En el periodismo “la objetividad cien por ciento no existe, tu responsabilidad está en no tomar partido.”
En el “Día del Periodista” ha sido buena cosa dialogar con una periodista montevideana con profundas raíces salteñas que se la puede ver conduciendo el informativo del mediodía o en diversas notas de canal 12 de la capital. Con casi veinte años de trayectoria en el periodismo televisivo y siendo aún muy joven, Ileana Da Silva nos habla de su relación con Salto, cómo maneja la “fama” que le brinda la exposición televisiva, sobre el periodismo y su relación con el poder y los desaparecidos.
– Se la ve seguido por Salto.
– Tengo un vínculo afectivo muy lindo, en mi familia digo que la mitad de mi corazoncito está acá, mis padres son salteños, mi hermana es salteña, mis tíos, mis abuelos, o sea, yo soy la oveja negra que nació en Montevideo (se ríe). Mis padres vivieron gran parte de su vida acá y lo que me une son mis afectos a Salto, tengo lindos recuerdos de mi niñez y mi adolescencia en Salto. Siempre intento, en la medida de las posibilidades, de venir y traer ahora a mi hijo que le encanta Salto, le divierte, y para mí eso está bueno porque logré trasladarle el amor que siento por esta ciudad y bueno, cada vez que tengo la oportunidad me escapo. Me encantaría venir más seguido, ahora el avión facilita bastante.
– Más allá de los afectos, ¿qué es lo que más le gusta de Salto?
– Me encanta la costanera, como lugar físico, como paisaje me gusta muchísimo. Me gusta salir a pasear por la costanera y después me gusta mucho la tranquilidad de la ciudad. Yo vivo a contrarreloj, Montevideo es una ciudad que te estresa, que te atrapa, entonces venir a Salto me da paz, tranquilidad, me da conexión con la tierra y con el lugar, además no puedo separar a Salto de mis afectos. Tengo como rutinas ir a la costanera con mis primas, con nuestros hijos, Martín acá juega y se divierte con sus primos y es lindo para él.
– ¿Por qué eligió ser periodista?
– No fue una elección pensada desde niña, surgió en un proceso de maduración personal. En realidad cuando era chica quería ser veterinaria, después empecé a estudiar, tenía un grupo de animación para niños, me gustaba mucho la comunicación y entré a la licenciatura pensando en hacer comunicación educativa, no pensaba hacer periodismo, a mí me sorprendió el periodismo en televisión, no estaba en mis planes. Pero bueno, fue estar en el lugar indicado en el momento justo, se dio de una manera muy accidental, estaba haciendo una nota para un trabajo en la Facultad y entrevisté al presidente del INJU (Instituto Nacional de la Juventud) que en ese momento era Jorge Gandini, tenía 17 o 18 años, y me dijo “sabés que estamos haciendo un casting en el INJU para un programa que tenemos dentro de un espacio en canal 5, ¿no te querés presentar?”, dije “¡ay, si, qué bueno!”, y me presenté, hice el casting y quedé preseleccionada, ahí empezó mi amor por esta profesión.
– ¿Qué la atrapó? ¿La televisión o la carrera de periodista?
– Yo me defino como periodista de televisión, tuve algunas incursiones en periodismo radial pero básicamente yo sé hacer periodismo en televisión, es mi oficio, así lo defino yo. El periodismo desde el lugar que lo quieras ejercer es una profesión que atrapa, tiene muchas posibilidades, para mí no hay rutina a pesar de que tenés que cumplir un horario, que tengo mis jornadas muy ordenadas en el sentido de cuántas horas invierto a mi trabajo, sin embargo siento que todos los días es un día diferente.
– Al ser periodista de televisión y conducir un informativo al mediodía está muy expuesta, ¿cómo maneja su relación con la gente que la reconoce en la calle?
– La exposición pública la tomo como parte de mi trabajo. No olvides lo que me pasó a mí, yo empecé a trabajar en los medios siendo muy joven, empecé con 17 o 18 años y hoy tengo 38, entonces imaginate que forma parte de mi vida. Ese lado de la exposición pública lo tomé de una forma muy natural y es parte del trabajo. Yo no dejé de hacer nada de lo que hacía y hago lo que hace todo el mundo, por tener esa exposición no me quita privacidad para nada. En Montevideo salgo a hacer los mandados, barro la vereda, pago las cuentas, uso la tarjeta como todos, o sea, tengo una vida normal, como cualquier otra persona.
– ¿No le pasa como ocurrió hace un rato donde todos querían sacarse una foto con usted?
– Sí, eso a veces me pasa, pero para mí eso está bueno, viste que el uruguayo es distinto al argentino que es como el referente que tenemos, de las grandes estrellas, de las figuras públicas, Uruguay está muy lejos de eso. Yo siempre embromo con que estoy lejos de Susana Giménez (risas), es decir, cerca por una cuestión geográfica pero por supuesto muy lejos, además, ella gana mucho más que yo (risas). Forma parte de nuestra profesión y a mí me gusta que la gente se acerqué y que me reconozca por mi trabajo.
– ¿Cómo maneja esa fama y logra mantener los pies en la tierra?
– Como le dije, la exposición pública forma parte del trabajo y el que crea que por esa exposición puede tener otro lugar en la sociedad creo que está equivocado. Obviamente que hay mucha gente que utiliza la exposición con otros fines, pero en mi caso lo tomo como parte de mi oficio, además siempre escuché los consejos que me supieron dar, como cuando trabajé con Omar (Gutiérrez, en canal 4) y me dijeron “cuidado, que esta cajita boba no te maree”. Tiene que ver mucho con uno y también con su entorno, vengo de una familia trabajadora, humilde, mis padres son dos grandes artesanos, todo lo que tienen les costó, y cómo uno resuelve entonces lo de la exposición pública es algo personal, de cada uno.
“Me encantaría borrar la dictadura de este país, tenemos muchas heridas abiertas…»
– Respecto al tratamiento de la noticia, ¿hay que ser objetivo o comprometerse con ella?
– Creo que la objetividad cien por ciento no existe, porque ante un mismo hecho podés tener cinco miradas distintas, la subjetividad siempre va a estar. En mi caso, por ejemplo, ¿cuándo el periodista puede mostrar o dejar ver su persona? En las entrevistas, en las historias de vida, cuando uno hace un móvil, cuando sos presentador y estás cubriendo una gira presidencial o estás cubriendo hechos políticos, ahí te tenés que remitirte a la información y tu responsabilidad está en ser neutral, no tomar partido.
– Sin embargo uno puede ver cómo se compromete usted con algunos temas, en particular se notó con la entrevista que le hizo a Mariana Zaffaroni.
– Por supuesto que uno cuando se enfrenta a historias de vida como las de Mariana Zaffaroni… son historias fuertes y te movilizan, sin duda, a todos. Si te enfrentás a una historia así y además tenés la responsabilidad después de contar esa historia no es que las notas las hacés y pasan, no, a mí me quedan, para mí la nota con Mariana me movilizó mucho en lo personal y es una nota que la guardo en mi cajoncito de “qué buena que estuvo” y qué bueno poder hacerla y ayudar a otro en su búsqueda, y qué bueno poder contar la historia y que otros escuchen. Está claro que Ileana madre está, por ejemplo, cuando voy a hacer notas que involucran a niños, la mamá de Martín está, yo me siento así, con el diálogo que entablás con los niños la madre está presente. Muchas veces mis amigas se ríen porque me dicen que estoy haciendo preguntas de madre (risas), y bueno, si, claro que está, es difícil separar, Ileana madre, Ileana mujer están presente todo el tiempo.
– Si pudiera cambiar algo de su pasado, ¿qué cambiaría?
– Si existiera esa posibilidad, y esto habla de una historia personal y familiar que no es solamente única de mi familia sino de muchas familias, me encantaría borrar la dictadura de este país, lo borraría porque al día de hoy tenemos muchas heridas abiertas y bueno, a mi familia le tocó vivirla muy de cerca, yo tengo mi tía desaparecida, mi tío desaparecido en Argentina, mi primo que nació en cautiverio, entonces si me decís si yo tuviera la posibilidad, y si, por supuesto, estaría bueno que eso no hubiera pasado y que hoy la historia fuera otra. Pero bueno, esa posibilidad no está… esto también te habla un poco de mí.
– ¿Cómo logra manejar su relación con el poder?
– Poniendo límites, tengo claro mi rol como periodista y si, por supuesto, los periodistas estamos muy cercanos al poder. Si me preguntás si seduce, sí, por supuesto, pero es una decisión personal, va en cada uno, pero hay que poner un límite, nosotros no somos amigos de los políticos, o sea, somos periodistas. Es un aprendizaje, muchas veces uno comete errores, se da cuenta, y bueno, no es una tarea sencilla, pero cuando uno entabla una relación de respeto, se logra.
– ¿Los uruguayos tenemos el periodismo y los periodistas que nos merecemos?
– No sé si se trata de una cuestión de merecimiento, creo que tenemos la prensa posible, dentro de las limitaciones que tenemos, aunque ahora con lo de la globalización tenemos muchas más oportunidades. Pero creo que en este momento la libertad de prensa goza de muy buena salud, tenemos periodistas capacitados, de calidad, tenemos empresarios que apuestan a eso, quizás en el interior se necesita un poco más de inversión en tecnología, en capacitación, también Montevideo debería mirar mucho más al interior, pero bueno, creo que tenemos hoy por hoy la prensa posible.
– ¿Cómo dice Alberto Kesman?
– Es lo que hay valor… (risas)
Entrevista de Leonardo Silva
PERFIL DE ILEANA DA SILVA
Está en pareja, tiene un hijo (Martín, de 8 años). Vive en Malvín (Montevideo), es del signo de Cáncer, “cumplo el 16 de julio, con Maracaná, nadie se olvida de mi cumpleaños y después de lo que pasó ahora con la Copa América, menos”. Viajar más es su asignatura pendiente.
Es hincha de Peñarol, “pero tiene explicación, es por culpa de mi tío que me llevó un día a la concentración de Peñarol y me dijo, ‘vos tenés que ser de Peñarol’, porque como él es de Artigas me llevó a ver a Venancio Ramos y a Ruben Paz, entonces ahí me hice de Peñarol. Me gusta mucho el deporte, miro fútbol y básquetbol con mi hijo, él es de Cerrito”.
La pasta con una buena copa de vino tinto es su comida preferida. Dice no tener tiempo para hobbys, “mi terapia es barrer (risas), yo barro la vereda, cumplo con lo que me dice mi intendenta, Ana Olivera, que los vecinos deben colaborar, yo barro pero no sé cocinar, el día que enseñaron yo falté (risas). Ahora estoy en un proceso de comida saludable para toda la familia, así que acepto recetas (risas)”.
– ¿Un libro?
– Me gusta mucha la literatura escrita por mujeres y en este momento está Gioconda Belli, que es una nicaragüense que se las recomiendo, “El país de las mujeres”, es un libro con mucha fuerza.
– ¿Una película?
– “Tomates verdes fritos”.
– ¿También con mujeres?
– A ver, que no se confunda y se diga, “mirá, le saltó una veta feminista”, yo defiendo el rol de la mujer, y miren que lo he defendido en los medios donde lo masculino se impone, he sido una gran defensora y tengo por suerte colegas que abrieron muchas puertas, pero sigue siendo un debe, por eso defiendo el rol de la mujer y la igualdad, pero sin pasarme al otro extremo.