Un club de café salteño que abrió sus puertas por Instagram.
Las bolsas de café llegaban a nuestro puerto desde el sur y por el río Uruguay, cuando la venta era a granel y en los almacenes de ramos generales se vendían para tostar. En grandes lotes arribaban a Salto para después ser distribuidos en toda la región norte. En el comienzo del siglo XX la costumbre de las confiterías, cafés eran lugares de reuniones donde se sociabilizaba en el Salto próspero y con proyección de futuro.

Después, tuvimos el café Cruzeiero, estaba situado en el centro de la ciudad. Se vendía de manera natural al igual que en Montevideo.
En la entrevista con Óscar Rodríguez junto a Juan Manuel Texeira los dos jóvenes emprendedores que asumieron el desafío de vender el café a través de la página de Instagram @basaltocoffeclub.
A las vez, junto al café también van los implementos para que en la casa de los clientes se procese y se elabore a gusto imitando la tradición de los antiguos lugares donde se servía el café con otro gusto, con otro sabor.
Rememorando las viejas costumbres trayendo aquello que un día nos identificó en la zona por la calidad que se traía, los emprendedores buscan la esencia y valorizar el sabor natural.
“Siempre hablamos de los café, los sabores, de que manera prepararlo, de tanto hablar comenzamos a ver qué en Salto no hay un lugar donde conseguir. En viajes a Montevideo siempre traíamos. En cierto momento trajimos con la idea de ver si prendía la idea. Hace casi un mes que estamos ofreciendo y la verdad que nos está yendo bastante bien. Mucha gente amiga y conocida nos dio el primer empujón para comenzar. A través de la página de Instagram mucha gente comenzó a seguirnos y vamos teniendo linda respuesta. Fuimos descubriendo que muchos salteños son consumidores del buen café. A raíz de que nos vieron en las redes de fueron interesando por el buen producto.
Además del café también traemos distintos accesorios, cafeteras, diferentes modelos, molinillos para los que prefieren molidos, también estamos buscando sumar accesorios como tazas para que la gente vaya haciendo y sumando productos para que después no se desprendan de la costumbre.
La idea es que los clientes compren el café de manera natural, lo más natural posible. En Montevideo hay importadores que traen de Perú, Brasil, Colombia y Honduras en verde. También en la capital le hacen la tostaduria o lo muelen. Apuntamos a traerlo de todas las maneras, si la gente prefiere molido nosotros mismos lo hacemos.”
El café como se consumía antes.
Los distintos vínculos que se van generando con los consumidores de café rememoran las casas que en su momento existieron en Salto; una de ellas Manzanares y el aroma inigualable de la cuadra de calle Uruguay.
“La idea es esa, buscar consumir el café como se lo hacía en los siglos anteriores. Deleitarnos con el sabor original, no tanto de los edulcorantes y los comerciales que le restan mucho a lo que es el original.
Muchas personas que son mayores a los 40 años nos dicen que el aroma es el mismo al que se sentía cuando pasaban por la tienda Manzanares en calle Uruguay, con esto despertamos nostalgia. En esa tienda también se vendía en grano, por ejemplo en Montevideo hay varios lugares de venta como lo había en Manzanares, la gente ha vuelto a ese tipo de consumo.”
La idea de un lugar
En este paso a paso la idea es instalar un lugar donde se pueda tomar el café que se ofrece por Instagram.
“Estamos en el proyecto de poder instalar un lugar físico donde poder recibir a la gente, generar un espacio donde disfrutemos de esta magia que es también volver un poco en el tiempo.
Hemos recibido mucha comunicación a través de Instagram, nosotros mismo se lo acercamos. También aprovechamos y de paso mostramos el catálogo, de paso una pequeña charla que no aburra (risas) y ahí mismo nace un vínculo con las personas que ya comienzan a ser parte de este emprendimiento.
Lo principal de todo esto es que las propiedades están intactas, los sabores no se alteran y la costumbre se va tomando como un hábito.”
Al estilo de las grandes ciudades
“Salto ha tenido siempre la cultura de sus confiterías y salones de café, esos datos la propia gente de Montevideo nos fue diciendo y les llamaba la atención que no hubiesen lugares donde se sirve un café como el que nosotros estamos ofreciendo. El estilo de las grandes ciudades los queremos traer a Salto con el fin de expandir la idea.”