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viernes, 6 de junio de 2025
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«El que no quiera jugar, que no juegue»

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Diario EL PUEBLO digital
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«Aquí el tema es uno. Jugadores que alistan en clubes de limitada infraestructura o capacidad económica y parecen no darse cuenta de esa realidad, pretendiendo ganar algún dinero. Interpretan que al club le brindan su esfuerzo físico y horas de su vida, por lo tanto merecen una consideración económica. No es que los dirigentes se planten en el rechazo, simplemente que no pueden».
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Es cuestión de larga data. Viene de tiempo, pero convengamos que en los últimos 20 años, esta inclinación se fue acentuando: futbolistas que exigen determinado momento de dinero para jugar. Algunos de ellos, hablan de sueldo. No se trata entonces de un premio por ganar, empatar o acceder a una liguilla o eventualmente ser campeón. Se apunta a un sueldo.
El monto mensual es cosa existente y en algunos casos de clubes que militan en la «A», la paga a ese nivel realmente existe.No es fábula. No es cuento. No lo es.
CORTANDO CAMINOS
En un reciente encuentro de dirigentes de clubes, tras el análisis de la temporada que vendrá, el tratamiento de específicas situaciones no faltó. Esta es una de ellas, porque se entiende que «a algunos jugadores no les cae la ficha, respecto a que este es un fútbol que no deja de tener sus limitaciones económicas y que somos parte de un pequeño país, con proyecciones que pueden saber de un límite». Pero en esa ocasión, no dejó de convenirse que «la confusión es concreta, porque piensan que todos los clubes pueden pagar. Digamos las cosas como son. No es lo mismo Ferro Carril, Salto Uruguay, Ceibal o Nacional, que Fénix o Quinta Avenida-Treinta y Tres».
A la luz de ello, y frente a determinados azotes de crisis, en más de una entidad salteña, la dirigencia plantó bandera: «El que no quiera jugar, que no juegue».
EL ROSTRO DE LOS AUSENTES
Es solo ingresar en el terreno de la indagatoria, para descubrir hechos concretos. Este año, el aficionado común y el periodismo deportivo, irán calibrando ausencias y la razón o las razones no son otras que la no contemplación de aspectos económicos. Incluso, de acuerdo a lo sabido por EL PUEBLO, de futuro inmediato (llámese a partir del año que viene), podría plantearse una suerte de alianza a nivel de dirigentes, sosteniendo un mismo argumento frente a la pretensión de los futbolistas en esa dirección: no aceptar exigencias para jugar, «cuando estas sean desmedidas o desproporcionadas». Entienden que «una cosa es ayudar, dar una mano, otra que el jugador piense que a través del fútbol en Salto, puede sostener una familia».
LO QUE ES…ES
De todas maneras, tampoco se trata de establecer trampas al solitario. Un número significativo de clubes en la Liga Salteña, abonan sumas reales, para que el jugador sea uno más en el plantel, porque la gloria doméstica, también es parte del querer.
Entre la «A» y la «B», si de esa realidad se trata, abarcaría a 10 de los 24. Y un caso concreto en el caso de la «B», un plantel aceptó la idea que «todos ganasen lo mismo: 380 pesos por partido, más dos comidas en la semana». En el ámbito del fútbol no se habla de cenas o almuerzos: se habla de «comida». Es el lenguaje casi natural en el marco de una pasión que a veces suele tener el símbolo del dinero.
Y entre ceja y ceja. Al acecho.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-

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