El intendente Andrés Lima se prepara para una dura campaña electoral. Y será dura porque cuando él compitió por el cargo que actualmente ostenta, nunca había estado en un lugar de toma de decisiones del gobierno y tenía una visión en lo departamental,que a veces es más generosa con los tiempos políticos y permite reflexiones sobre las posibilidades de mejorar las gestiones que no tienen, quienes están en el día a día del otro lado del mostrador y son responsables por lo que ocurre. Lima encontró una administración deteriorada, con muchos problemas económicos y con un desmantelamiento de su infraestructura. Sin embargo, tuvo que usar la cabeza mucho más de lo previsto, hacer cambios sobre la marcha y generar las condiciones para echar a andar una maquinaria que estaba para el taller, como era entonces la Intendencia de Salto. Al rato de asumir, le sobrevino una de las peores inundaciones que se recuerde en los últimos 50 años, que dejó a cientos de personas en la calle. La Intendencia tuvo que enfrentar esa dura realidad con los escasos recursos que tenía mientras intentaba a la vez, poder solucionar los problemas financieros que había heredado y que debía sacarse de encima para poder pensar en cumplir al menos en parte de su plan de gobierno. En ese mismo momento, debió pagar impensadas deudas contraídas por la anterior administración, ajustar el presupuesto municipal y armar un plan de trabajo para remendar una ciudad que se caía a pedazos y un interior que era totalmente intransitable. También tuvo que lidiar con varios problemas políticos como ninguno de los intendentes que lo han precedido. Denunció un caso de presunta corrupción por parte de ex ediles de su propio sector político y eso le costó perder el respaldo que había ganado con los votos en la Junta Departamental. Después hubo salidas en el gabinete y cambios que si bien no estuvieron planificados, los tuvo que aceptar para poder seguir adelante. Pero Lima, no se dejó amilanar por los problemas que cada vez eran más y en cuyo escritorio se iban amontonando como una montaña, empezó a despejarlos de a uno, siguió trabajando con la tenacidad que lo caracteriza queriendo hacer lo que se había propuesto, y si bien los golpes no cesaron, porque continuaron habiendo altas y bajas, siguió trabajando por sus convicciones y pese a tener que enfrentar más inundaciones, que en 4 años le tocaron tres, el gobierno mantuvo su eje y ahora plantea llegar hasta el final con toda su fuerza. Lima fue edil, se propuso ser diputado y lo alcanzó en una carrera maratónica y contra todos los pronósticos y cuando todos pensaban que la izquierda no alcanzaría el gobierno departamental tan fácilmente, llegó con esfuerzo y trabajo, al lugar que muchos hubieran deseado. Ahora le queda menos de un año para estar al frente de la comuna, viene corriendo una carrera contra el tiempo para poder hacer todo lo que pueda, aunque irá a la carrera electoral con la tranquilidad de dejarle a quien lo suplante en ese tiempo, una administración sin las luces rojas y las alarmas encendidas que él encontró aquel mes de mayo de 2015, cuando con el solo hecho de haber ganado las elecciones, se compró muchos más problemas que los que había pensado. Pese a todas las dificultades que le pusieron en el camino, Andrés Lima sigue caminando y hasta ahora, con una gestión caracterizada por la honradez y transparencia, espera volver a llegar a la meta, sabiendo que los demás interesados en su silla, vienen corriendo ligero, pero todavía bastante detrás de una figura que se ha venido construyendo día a día con una energía inclaudicable. Lista 800 – Frente Amplio
El Peregrinar incesante
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