En que Uruguay vive Ud.
¿en el que los directores de las empresas públicas, estatales o no, ganan 5.000 dólares al mes, o en el que los empleados de tiendas o comercios no alcanzan a los 18.000 pesos en el bolsillo cuando se retiran a fin de mes?
¿En el que cualquier gerente de entidad financiera o informática gana por lo menos 3.000 dólares al mes o en el que el jefe de familia está sin trabajo y deambula para hallar algo que poner en la olla?
¿No hay especializaciones de la medicina, del derecho y de tantas otras materias donde los profesionales ganan 5.000 dólares al mes o más?
Si ha tenido la suerte de poder estudiar y prepararse sabe que tiene buena chance (no certeza) de acceder a aquel mundo y no sufrir en este.
Que quede claro. No estamos contra quienes han estudiado, se han preparado y han invertido su tiempo en el desarrollo de su capacidad. Estamos contra la ignorancia de las desigualdades. De quienes fingen no ver la realidad y se dedican a fomentar lo suyo como si todo estuviera bien, porque este camino nos llevará inevitablemente al caos.
De nada vale que sigamos manteniendo esta situación, y que el Estado siga ignorándolas, que sigamos encerrándonos o aislándonos de los demás, restringiéndonos a “nuestro mundo”, porque bastará que se den las condiciones adecuada para que todo ello sea ineficaz y asistamos a los hechos más crueles.
Para decirlo con todas las letras. Es este un país discriminante, desigual, donde todo da lo mismo y vivimos preocupados por cuestiones derivadas de aquella desigualdad, como la seguridad, pero al mismo tiempo fomentamos las causas que nunca justificarán los hechos, pero siempre los explicarán.
Las diferentes ideologías, conscientes de esta situación, la manejan de acuerdo a sus intereses y los grandes medios, que son parte de ella, no está interesados en ir a las verdaderas causas, sino a exponer los hechos, de acuerdo a su
conveniencia.
Más allá de esta realidad que quede claro también que sabemos que no es un camino fácil, mucho menos en una época de pandemia, como la que vivimos hoy, pero la única salida es el combate de la pobreza, la eliminación de los privilegios, la preparación de nuevos profesionales, capacitados y conscientes del país en que viven y sobre todo de la realidad de la gente, su gente.
En caso contrario siempre resentidos sociales, gente disconforme o sencillamente capaz de justificar las manifestaciones extremas.
¡Que conste!
A.R.D.
