Cuando la necesidad de la gente se convierte en terreno fértil para el oportunismo político, la política deja de ser herramienta de transformación y se convierte en espectáculo.
El proyecto “Deuda Justa” lleva años intentando abrirse paso ante la indiferencia de muchos sectores que hoy, súbitamente, parecen interesados en debatirlo, justo cuando más rédito político puede dar.
El endeudamiento masivo no es novedad: más de un millón de uruguayos están en el Clearing. Pero durante años, la urgencia de estas familias fue ignorada. Recién ahora, cuando se aproxima la campaña electoral, surgen movimientos, discursos y promesas. ¿Coincidencia? Difícil de creer.
El pueblo necesita soluciones reales, no maniobras de distracción. Legislar sobre la usura y el abuso financiero es una deuda pendiente, pero debe hacerse con transparencia, sin especulaciones ni arreglos a escondidas. La pobreza no puede ser usada como moneda política. La política debe jugar limpio. Con la verdad, con honestidad y, sobre todo, con compromiso verdadero con la gente que sufre.
