-Mansa y sostenida lluvia en aquel domingo de la primera quincena de octubre. Transcurría el año 1977 y tanto Ferro Carril como River Plate, llegaron mano a mano a la última fecha del Campeonato Salteño. Había que resolver quién de los dos sería el Campeón Salteño.
Sobre el mediodía de ese domingo, el presidente de la Liga, Esc. Fernando Irazoqui y sus compañeros neutrales, entre otros Héctor Invernizzi y Francisco Rocca, sostuvieron una reunión, pero cuenta la historia que «en ningún momento hubo consulta a los presidentes de los dos clubes involucrados. Sentían que ellos tenían la potestad suficiente como para definir el punto, porque además no les faltaba respaldo para adoptar las decisiones que fuese».
Ya sobre las 11 y 30′, el memorable Esc. Fernando Irazoqui, declaraba a los medios de prensa de la época que «al partido se lo va a jugar; la gente quiere que se juegue».
Las emisoras radiales ya con sus programas en pleno desarrollo, calibrando la incertidumbre en torno a la disputa. Los llamados de esa misma gente, apuntaban en una misma dirección: que se jugase. O sea que Irazoqui y sus compañeros de mando se hicieron eco del sentir popular. Nadie pensó en el clima adverso. Ni en la lluvia. Ni en las condiciones en que estaría el campo de juego. Primó ese mandato de la gente. Por eso el partido se jugó.
Y resultó una fiesta inolvidable. La más inolvidable del siglo pasado. Definitivamente lo fue,
La toma gráfica rescatada por FABRICIO «Cabeza» REYES PÉREZ, por años adherida en el local de la Liga Salteña de Fútbol. Si hubo una foto símbolo de aquel partido, FUE ESA.
Walter Macchiavello, Ramón Walter Rivas, Carlos Cerviño y Julio Néstor Luccini por Ferro Carril. Elbio «Cubilla» Hernández y Sergio González en River Plate. El arco sur del Dickinson. El barro en el área. El fondo de la tribuna España del Parque Ernesto Dickinson. ¡Un paraguas al lado del otro, para toldarla!
Pero, además, la lluvia o llovizna según el momento, durante todo el partido.
Un partido en que ninguno de los futbolistas tanto de uno como de otro equipo, BAJÓ DE LOS 7 PUNTOS DE RENDIMIENTO. El 1 a 1 final.
Los goles de Hernández y Rivas, a la hora del penal. Se debió apelar a un segundo partido, que finalizó con el mismo registro, hasta que, en el tercero, Ferro Carril produjo el desnivel en la balanza para quedarse con el 2 a 0.
Pero ese octubre de 1977, el de la foto rescatada, UN PARTIDO PARA SIEMPRE, simplemente porque lo conjugó todo y, además, la venta de casi 9.000 entradas vendidas.
A ese partido había que jugarlo. Simplemente: PORQUE LA GENTE LO QUISO.
