El actor malagueño habla con El País de Madrid de su frenética actividad profesional en Estados Unidos y España.
Hola, Antonio, ¿cómo estás? “Bien, bien, ummm… estoy bien. Habiendo acabado un año de trabajo muy largo y preparando otro que promete ser igual de interesante. Del resto… bueno, Melanie y yo hemos llegado a un acuerdo de silencio y no voy a ser yo quien lo rompa”. Al teléfono desde Los Ángeles Antonio Banderas, malagueño de 54 años, el actor no anglosajón más famoso en Estados Unidos. Está a pocas horas de despegar hacia Londres para promocionar Los mercenarios 3,y de ahí a Marbella, donde el martes 5 dará una rueda de prensa con Sylvester Stallone y otros actores de la película, como Wesley Snipes y Jason Statham, y donde el fin de semana asistirá a la gala Starlite, plataforma filantrópica internacional en la que él ejerce de anfitrión. En esta entrevista exclusiva, y con absoluto desparpajo, desvía a córner el tema que le persigue desde inicios del mes de junio: su divorcio, tras 19 años de matrimonio, de Melanie Griffith. “Ahora me toca rearmar un poco mi vida”, comentó. Durante años, Banderas ha confesado su deseo de vivir en Nueva York, de disfrutar de su vida teatral —durante un tiempo, mientras representaba el musical Nine, calmó ese ansia—. ¿Ha llegado el momento, ahora que su hija se va a la Universidad? “Hollywood ha cambiado mucho en los años que llevo aquí. En realidad, ya no es un lugar, sino un sello. Y si Cameron Díaz rueda en Australia da igual. Hollywood es una marca que algunos llevamos ya pegada. Así que no importa dónde residas. Quiero disfrutar del mundo teatral de Nueva York, no solo como actor, porque no paran de ofrecerme cosas que me atraen, sino también como espectador. Hoy mismo tengo una reunión con gente de la cadena de televisión NBC, porque una vez al año producen y retransmiten un musical, y por ahora les ha ido muy bien en audiencia, por ejemplo con Sonrisas y lágrimas. Este año me ofrecieron ser el capitán Hook en Peter Pan, pero no podía ser… Y ahora se me cruza la posibilidad de por fin retomar mi proyecto del musical sobre Zorba el griego. Son cosas así las que me motivan”.
En esta temporada finalizada, en la que Banderas no ha dejado de trabajar, su niña bonita es su último paso como productor, Autómata, de Gabe Ibáñez, que en otoño inicia su recorrido festivalero, “ciencia ficción basada en un buen guión, hecha de la mejor manera posible en la medida de nuestras posibilidades”, película en la que compartirá pantalla con su ya expareja Melanie Griffith. “Está hecha con mucho cariño, sin subvenciones, con mi propio dinero, tirando de relaciones personales… Es una película insólita para nuestra industria.
No sé de su comercialidad pero sí de su calidad. Con ella se demuestra una vez más que el problema del cine español no es de talento, sino otro… del que ya hablaremos otro día”.
El año movidito le ha llevado hasta, incluso, el cine infantil. Banderas encarna al único personaje de carne y hueso, el pirata Alameda Jack, que aparece en Bob Esponja: un héroe fuera del agua, segundo largo de los personajes de dibujos animados de televisión. Pero también ha hecho de minero chileno; ha paseado en tanque por Cannes… Para ese otoño ya tiene cerrada una película española sobre el hallazgo de las cuevas de Altamira, en la que encarnará a Marcelino Sanz de Sautuola, el descubridor de la cueva… Banderas es un no parar, una fuerza de la naturaleza. “No te creas, cada vez llevo peor los vuelos Los Ángeles-Madrid. Son insoportables.
La distancia es demasiado grande. Necesito dos semanas para recuperarme”. Este arreón laboral le parece al malagueño un “resumen de su carrera”. “Desde filmes independientes que produzco; al mundo de los niños… y claro, Los mercenarios 3”. Durante años, Banderas hizo bastante cine de acción: Desperado, Asesinos, El guerrero número 13, la saga del Zorro, El mexicano… Antes o después tenía que estar en esa panoplia de héroes machacacráneos que recoge la serie Los mercenarios. “Le dije a Sly (Sylvester Stallone, fundador, productor y protagonista de la saga) que yo no podía competir contra sus puños, que me dejara hacer comedia. Y me respondió: ‘Lo que te dé la gana’. Prácticamente he improvisado el personaje, muy apoyado por Sly y por un reparto que parece el Paseo de la Fama de los héroes de acción”.
El actor malagueño habla con El País de Madrid de su frenética actividad profesional en Estados Unidos y España.
Hola, Antonio, ¿cómo estás? “Bien, bien, ummm… estoy bien. Habiendo acabado un año de trabajo muy largo y preparando otro que promete ser igual de interesante. Del resto… bueno, Melanie y yo hemos llegado a un acuerdo de silencio y no voy a ser yo quien lo rompa”. Al teléfono desde Los Ángeles Antonio Banderas, malagueño de 54 años, el actor no anglosajón más famoso en Estados Unidos. Está a pocas horas de despegar hacia Londres para promocionar Los mercenarios 3,y de ahí a Marbella, donde el martes 5 dará una rueda de prensa con Sylvester Stallone y otros actores de la película, como Wesley Snipes y Jason Statham, y donde el fin de semana asistirá a la gala Starlite, plataforma filantrópica internacional en la que él ejerce de anfitrión. En esta entrevista exclusiva, y con absoluto desparpajo, desvía a córner el tema que le persigue desde inicios del mes de junio: su divorcio, tras 19 años de matrimonio, de Melanie Griffith. “Ahora me toca rearmar un poco mi vida”, comentó. Durante años, Banderas ha confesado su deseo de vivir en Nueva York, de disfrutar de su vida teatral —durante un tiempo, mientras representaba el musical Nine, calmó ese ansia—. ¿Ha llegado el momento, ahora que su hija se va a la Universidad? “Hollywood ha cambiado mucho en los años que llevo aquí. En realidad, ya no es un lugar, sino un sello. Y si Cameron Díaz rueda en Australia da igual. Hollywood es una marca que algunos llevamos ya pegada. Así que no importa dónde residas. Quiero disfrutar del mundo teatral de Nueva York, no solo como actor, porque no paran de ofrecerme cosas que me atraen, sino también como espectador. Hoy mismo tengo una reunión con gente de la cadena de televisión NBC, porque una vez al año producen y retransmiten un musical, y por ahora les ha ido muy bien en audiencia, por ejemplo con Sonrisas y lágrimas. Este año me ofrecieron ser el capitán Hook en Peter Pan, pero no podía ser… Y ahora se me cruza la posibilidad de por fin retomar mi proyecto del musical sobre Zorba el griego. Son cosas así las que me motivan”.
En esta temporada finalizada, en la que Banderas no ha dejado de trabajar, su niña bonita es su último paso como productor, Autómata, de Gabe Ibáñez, que en otoño inicia su recorrido festivalero, “ciencia ficción basada en un buen guión, hecha de la mejor manera posible en la medida de nuestras posibilidades”, película en la que compartirá pantalla con su ya expareja Melanie Griffith. “Está hecha con mucho cariño, sin subvenciones, con mi propio dinero, tirando de relaciones personales… Es una película insólita para nuestra industria.
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No sé de su comercialidad pero sí de su calidad. Con ella se demuestra una vez más que el problema del cine español no es de talento, sino otro… del que ya hablaremos otro día”.
El año movidito le ha llevado hasta, incluso, el cine infantil. Banderas encarna al único personaje de carne y hueso, el pirata Alameda Jack, que aparece en Bob Esponja: un héroe fuera del agua, segundo largo de los personajes de dibujos animados de televisión. Pero también ha hecho de minero chileno; ha paseado en tanque por Cannes… Para ese otoño ya tiene cerrada una película española sobre el hallazgo de las cuevas de Altamira, en la que encarnará a Marcelino Sanz de Sautuola, el descubridor de la cueva… Banderas es un no parar, una fuerza de la naturaleza. “No te creas, cada vez llevo peor los vuelos Los Ángeles-Madrid. Son insoportables.
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La distancia es demasiado grande. Necesito dos semanas para recuperarme”. Este arreón laboral le parece al malagueño un “resumen de su carrera”. “Desde filmes independientes que produzco; al mundo de los niños… y claro, Los mercenarios 3”. Durante años, Banderas hizo bastante cine de acción: Desperado, Asesinos, El guerrero número 13, la saga del Zorro, El mexicano… Antes o después tenía que estar en esa panoplia de héroes machacacráneos que recoge la serie Los mercenarios. “Le dije a Sly (Sylvester Stallone, fundador, productor y protagonista de la saga) que yo no podía competir contra sus puños, que me dejara hacer comedia. Y me respondió: ‘Lo que te dé la gana’. Prácticamente he improvisado el personaje, muy apoyado por Sly y por un reparto que parece el Paseo de la Fama de los héroes de acción”.
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