La Liga Salteña de Fútbol fue incrementándose en número de jugadores, por el crecimiento de las divisionales. En los últimos 25 años en tanto, un fenómeno fue ganando espacios: la construcción de campos de juego en barrios populosos, donde sin dudas el fútbol es eje de diversión y pasión.
Los casos de Gladiador, Hindú, Ceibal y Saladero son concretos, mientras Tigre va concluyendo las etapas finales. De los 12 equipos por ejemplo que militan en la Divisional «A», un total de ocho con escenarios habilitados para los juegos de Primera: Nacional, Universitario, Gladiador, Deportivo Artigas, Ceibal, Saladero, River Plate y Ferro Carril. En el caso de Deportivo, no solo la cancha, sino un complejo que incluye pista de atletismo y otras áreas para el desarrollo de actividades deportivas. El Parque Humberto Forti a la cuenta de Chaná, quien en la temporada anterior resignó la categoría. Hindú «se mudó» al Barrio Dos Naciones y tentando afincarse por siempre, mientras Salto Nuevo va dibujando la geografía de su cancha que recuerda a Valentín Pozzi. En la villa, Cerro y sus campos de juego, Paso del Bote y Almagro saben de su predio para el juego de divisiones juveniles, mientras en Progreso se amasa el proyecto para la cancha propia. La expansión por los barrios. Un fenómeno real.
