Días atrás leíamos un análisis de Eduardo Blasina (en El Observador), donde el autor de dicho trabajo sostiene que el “Tesla” (en alusión al pionero de estos estudios, el austríaco Nikola Tesla) sistema de generación de energías limpias, vehículos, automóviles y camionetas y ahora camiones y ómnibus, los que se suman a trenes, techos solares y hasta naves espaciales, está avanzando a pasos agigantados en el mundo, al punto que el sistema ya ha superado en valor a la Ford y a General Motors y el interés de los inversores por el Tesla no para y en lo que va del año 2017 su valor ha aumentado el 41 por ciento.
La definitiva instalación del Tesla, cuyo líder es el ingeniero sudafricano Elon Musk no sólo constituye un gran avance en materia de aprovechamiento de las denominadas energías limpias y renovables, como el sol y el viento, sino que además estarían marcando a mediano plazo el fin de la era liderada por el petróleo, el costoso hidrocarburo que Uruguay debe importar gastando millones y millones de dólares para poder mover su flota de vehículos y sus principales industrias.
En el Uruguay, tal como lo plantea el análisis mencionado, esto obligaría a replantearse el rol de ANCAP una empresa estratégica para el país, y las grandes inversiones previstas, como lo es esencialmente la planta de refinería, que según el analista podría carecer de sentido.
Obviamente que no se trata de un tema fácil y que es lógico que tenga una gran oposición incluso a su simple análisis, porque políticamente sería contraproducente profundizar los estudios sobre el futuro de ANCAP y ver que en el futuro que se avecina una planta de su tipo prácticamente no tendría sentido.
El actual gobierno ha mostrado hasta el momento una gran sensibilidad estratégica y a ello se debe el hecho de que Uruguay haya dado pasos agigantados en materia de la sustitución de la energía producida en base a hidrocarburos, por las energías “limpias”, la hidroelectricidad, la energía eólica o la solar.
De allí que es de esperar que lo que se advierte como una nueva situación en este aspecto también sea pasible de un análisis serio y profundo. En los hechos esto ya ha comenzado porque es UTE la empresa estatal que ha liderado la introducción de vehículos eléctricos y está extendiendo una red de cargadores que desde Montevideo llegaría en principio hasta Colonia.
Si el futuro del país debe pasar por esta sustitución, lo más coherente es estudiar debidamente y con el tiempo necesario cómo sería posible hacerla para que tenga el menor costo social posible y a su vez rinda los mayores beneficios para el pueblo uruguayo.
El desafío del futuro energético
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