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martes, 10 de junio de 2025
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El desafío de ser madre

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Diario EL PUEBLO digital
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Ser madre no ha sido nunca tarea fácil nunca, tampoco lo es hoy. La experiencia deja huellas indelebles, pero hay momentos y circunstancias que son especiales dentro de la maternidad mismo. Ser madre por primera vez, es una experiencia única, como también lo es hacerlo cuando adolescente o tener que afrontar la crianza y la vida sola con su hijo. El siguiente informe recoge algunas experiencias y situaciones de este tipo y quisimos iniciarlo con esta nota, cuyo autor desconocemos, pero representa una acertada imagen de madre.

Carta de un niño a punto de nacer

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Cuenta una antigua leyenda que un niño que estaba por nacer, le dijo a Dios:
-Me dicen que me vas a enviar mañana a la Tierra; pero ¿Cómo viviré tan pequeño e indefenso como soy?
– Entre muchos ángeles escogí uno para ti, que te estará esperando: él te cuidará.
– Pero dime: aquí en el Cielo, no hago más que cantar y sonreír, eso basta para ser feliz.
– Tu ángel te cantará, sonreirá todos los días y tu sentirás su amor y serás feliz.
– Y ¿cómo entender lo que la gente me hable, si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres?
– Tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar, y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar.
– Y, ¿qué haré cuando quiera hablar contigo?
– Tu ángel te juntará las manitos y te enseñará a orar.
– He oído que en la Tierra hay hombres malos, ¿quién me defenderá?
– Tu ángel te defenderá aún a costa de su propia vida.
– Pero estaré siempre triste porque no te veré más Señor.
– Tu ángel te hablará de mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque yo siempre estaré a tu lado.
En ese instante, una gran paz reinaba en el Cielo pero ya se oían voces terrestres, y el niño presuroso, repetía suavemente:
– Díos mío, si ya me voy dime su nombre, ¿cómo se llama mi ángel?
– Su nombre no importa, tu sólo le dirás: Mamá.
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8  5  13 014Cuenta una antigua leyenda que un niño que estaba por nacer, le dijo a Dios:

-Me dicen que me vas a enviar mañana a la Tierra; pero ¿Cómo viviré tan pequeño e indefenso como soy?

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– Entre muchos ángeles escogí uno para ti, que te estará esperando: él te cuidará.

– Pero dime: aquí en el Cielo, no hago más que cantar y sonreír, eso basta para ser feliz.

– Tu ángel te cantará, sonreirá todos los días y tu sentirás su amor y serás feliz.

– Y ¿cómo entender lo que la gente me hable, si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres?

– Tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar, y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar.

– Y, ¿qué haré cuando quiera hablar contigo?

– Tu ángel te juntará las manitos y te enseñará a orar.

– He oído que en la Tierra hay hombres malos, ¿quién me defenderá?

– Tu ángel te defenderá aún a costa de su propia vida.

– Pero estaré siempre triste porque no te veré más Señor.

– Tu ángel te hablará de mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque yo siempre estaré a tu lado.

En ese instante, una gran paz reinaba en el Cielo pero ya se oían voces terrestres, y el niño presuroso, repetía suavemente:

– Díos mío, si ya me voy dime su nombre, ¿cómo se llama mi ángel?

– Su nombre no importa, tu sólo le dirás: Mamá.

Ser madre de corazón, “este domingo la voy a saludar porque yo la considero mi madre”

Sergio Rodríguez ingresó al INAU en el año 1980 con tan solo dos años, proveniente de una familia disgregada y pasó a formar parte de un hogar de cuidadoras donde vivió hasta que tuvo la mayoría de edad, en su caso este domingo va a saludar a su madre de crianza, de quien dijo “yo la considero mi madre” con quien mantiene hasta ahora un vínculo muy estrecho.

De su madre biológica sabe muy poco, a los dieciséis años tuvo interés en conocerla pero la experiencia no fue muy acogedora, “llegue a visitarla para conocerla y me dijo – ¡Hola! ¿Cómo estás?- después de tantos años, yo esperaba otra cosa, sentí un recibimiento muy frío” dijo Sergio.

Esta experiencia muestra una cara de la adopción, los vínculos mas estrechos con la familia de crianza y el sentimiento especial que se genera hacia una madre de corazón.

Pero el camino de ser madre de corazón para quienes se inclinan por la adopción no es fácil, hay muchos casos de madres que por diferentes motivos no pueden tener un hijo propio y acuden a la adopción, un proceso que prácticamente lleva entre siete u ocho años para poder concretarse, generando entre tanto una gran ansiedad en quien solicita la adopción y en otros casos el desistimiento.

Sergio comentó a EL PUEBLO que durante su niñez los procesos de adopción eran muy diferentes y que ahora se ha flexibilizado bastante, pero igualmente tiene una demora de entre siete u ocho años y en algunos casos más tiempo aún.

El proceso implica inscribirse en una lista donde durante un lapso de tiempo que puede llevar tres o cuatro años técnicos especializados de INAU visitan a la familia interesada en adoptar y realizan entrevistas y talleres con los mismos, así como un control de las condiciones de habitabilidad, condiciones medias de vida que permitan criar y educar a un niño.

Luego de finalizada esta etapa y ser considerado que está en “condiciones de adoptar” se entra en una lista de espera que lleva un orden de prelación donde los adoptantes aguardan la designación de un niño, en un período que puede llevar entre tres o cuatro años más, “pero no se puede exigir una adopción en tres meses y no darles las garantías a las dos partes (quien da en adopción y quien  recibe), porque los afectos se afirman y si no están claros los trámites y la decisión tomada, después se producen los problemas” comentó Sergio.

Actualmente pueden adoptar tanto una pareja unida en matrimonio o en concubinato, un hombre y una mujer o una pareja de homosexuales, así como una persona sola, siempre que cumpla con los requisitos indispensables.

Madre soltera y a edad madura

El desafío de ser madre implica por sobre todas las cosas una gran responsabilidad, ya sea por lo que la madre se imponga a si misma, como por la responsabilidad que le impone la sociedad, que siempre señala a la madre como única responsable por los actos y cuidado de sus hijos, más allá que muchas veces esa responsabilidad es compartida con los padres.

Para una mujer que decide ser madre, desde que confirma que su deseo está por cumplirse porque el médico confirma el embarazo, es un hecho maravilloso que disfruta desde el primer día. De igual manera, aquellas mujeres que no buscaron el embarazo, pero por algún motivo quedaron embarazadas, y son mujeres que están en condiciones de cuidar a ese niño/a ya sea porque no es el primero, o porque no debe preocuparse de quien se lo cuidará luego si tiene que trabajar, también es  maravilloso.

Pero están aquellas madres como el caso de Mariela (nombre apócrifo), que a sus 38 años tomó la decisión de ser madre, porque biológicamente ya no le quedaban muchos años para poder quedar embarazada, que no tenía un esposo o una pareja estable  con quien compartir sus días y quería tener un hijo que le hiciera compañía. Así fue que le planteó el tema a su pareja (que no era una relación formal, porque éste a su vez tenía otra familia) y tomó la decisión de quedar embarazada. Tras ocho meses de intento fallido, consultó al médico, quien le explicó que esto se debía a la edad y al hecho de haber tomado anticonceptivos tantos años. Cuando Mariela ya había desistido de su decisión, porque durante ese tiempo lo pensó mejor, finalmente confirmó que estaba embarazada de dos meses…

El embarazo se desarrolló con éxito, al igual que el parto, que fueron casi diez largas y dolorosas horas de trabajo de parto, que terminó en una cesárea. Si bien Mariela tenía muchos sobrinos, el ser madre fue sin dudas un gran desafío, porque entre otras cosas, el padre de su pequeña no estaba presente.

Los primeros cuatro meses fueron fáciles – de cierta forma- porque era madre de tiempo completo, había trabajado hasta casi el final del embarazo y acumuló días de licencia, pero con el reintegro al trabajo comenzaron las dificultades, hasta que encontró una guardería  donde cuidaban de su pequeña durante el horario de trabajo, al principio medio horario, pero luego cuando tuvo que hacer el horario completo no tuvo alternativa que renunciar, debía pasar algún tiempo con ella que aún era un bebé.

Felizmente encontró un trabajo donde le permiten estar con su hija algunas horas, y aunque está trabajando, al menos está bajo su cuidado. Ahora con más de 40 años, está feliz de haber sido madre, fue una decisión acertada pese a las dificultades que tuvo y tendrá que enfrentar, porque disfruta a cada momento el rol de ser madre.

Centro Diurno “Rayito de Sol” apoyo esencial en el cuidado de los bebés

Para conocer de cerca las realidades de esas madres que como Mariela, no pueden pagar una niñera que cuide de sus pequeños hijos, EL PUEBLO concurrió  al Centro Diurno “Rayito de Sol”, de INAU, donde la directora Beatriz Oronoz tiene a su cargo en el entorno de cien niños de entre 3 y 36 meses. El viernes por la mañana, EL PUEBLO llegó al lugar, donde casualmente homenajeaban a las madres en su día, en uno de los salones, varias madres llegaron para compartir el homenaje, algunas no pudieron concurrir, seguramente porque su trabajo no se lo permitió, entonces en su lugar fueron las abuelas o los padres de los niños. Una de las madres, en medio de la fiesta atendía un llamado de su patrón/a, “yo había llamado para ver si Ud. me necesitaba ahora, porque vine a la fiesta del nene por el día de la madre”, explicaba nerviosa la mujer,  “es un ratito nomás”, se justificaba. Cortó la llamada, guardó el celular en una mochila y se dispuso a olvidar por un momento el trabajo y disfrutó de un baile que habían preparado los niños del nivel al que concurre su hijo.

De la misma forma otra esperó que su hija hiciera su baile y se despidió apresurada para llegar a su trabajo.

Emocionadas, desde el primer momento que las maestras leyeron un poema a las madres, disfrutaron de ese homenaje y se llevaron un regalo que seguramente guardarán con el mayor afecto. El centro atiende en el entorno de cien niños en dos turnos de 4 horas cada uno (de 8 a 12 y de 13 a 17), antes el horario era más extenso, pero así funciona desde este año, porque los niños deben permanecer algunas horas del día con su madre, “los patrones tienen que entender”, explicó la directora de la institución. Pero en los casos que no puedan, entonces los niños deben quedar durante ese tiempo con otra persona de la familia, sea un abuelo, tío o un familiar cercano, porque es necesario para el desarrollo del pequeño.

Madres adolescentes: Loreley tuvo el apoyo de su novio y familia y nunca pensó en abortar

Si con tan solo tres años de edad los niños ya van al jardín y se les enseña inglés y computación, si todo se realiza cada vez a una edad más temprana, ¿qué hace pensar que los adolescentes no inicien su vida sexual siendo más jóvenes?

La Doctora Rosa Blanco dialogó con EL PUEBLO para dar a conocer parámetros del embarazo adolescente considerando que es aquelembar adoles LORELEY DIAZ que se produce en la franja etárea de los 12 a 19 años de edad y dentro de los motivos por los cuales se da, se encuentra principalmente el tema del uso de los métodos anticonceptivos, y numerosos investigadores coinciden en que los adolescentes en general fracasan como usuarios de Métodos Anticonceptivos comparados con los jóvenes y los adultos, los abandonan con mayor frecuencia o eligen métodos menos efectivos, esto los expone a conductas de riesgo tales como embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual, abortos, infecciones genitales y mayor riesgo de cáncer uterino.

Los riesgos se dan en el ámbito físico y emotivo, del punto de vista físico encontramos a adolescentes que están en plena etapa de desarrollo y deben compartir su cuerpo con otro ser vivo, además de que suelen llevar una vida más desordenada en cuanto a los ciclos de sueño y vida saludable  (toman alcohol, fuman, salen de noche) y tienen más posibilidades de tener un parto prematuro, o que el niño nazca con bajo peso.

Sin embargo la interrupción voluntaria del embarazo en las adolescentes es algo que no se da con tanta frecuencia, son más proclives a abortar las mujeres adultas, las adolescentes generalmente tienden a preservar su embarazo.

LA ATENCIÓN A LAS MADRES ADOLESCENTES

Desde Red de Atención Primaria (ASSE) el embarazo adolescente es abordado por dos programas:

El Programa Adolescente que cuenta con el trabajo de dos Técnicos Socioeducativos para el acompañamiento de las madres y el Programa Aduana quien capta a las madres en la maternidad del Hospital Regional Salto y le brinda nociones básicas de promoción de salud infantil y jerarquiza el control de salud, derivando al mismo/a al servicio barrial más accesible a través de un mecanismo de referencia informado desde la maternidad a los servicios del Primer Nivel de Atención. Dentro de este programa se realizan las salidas a terreno, a través de visitas domiciliarias, lo que significa conocimiento y relacionamiento entre el sistema de salud y la comunidad, más específicamente con las familias, en su entorno.

Actualmente también se da un apoyo importante, es el trabajo que vienen realizando los equipos de Uruguay Crece Contigo para el acompañamiento de las madres adolescentes.

La atención está enmarcada en el Modelo del “Atención Integral del Adolescentes”, el cual: privilegia la promoción de “estilos de vida saludable, potencia las fortalezas y privilegia la prevención de probables riesgos, se centra en el/la adolescente.

Involucra no solo a la familia sino también al soporte social existente y cuenta con la activa participación de las y los adolescentes, por medio del cual se accede no solo en los servicios tradicionales de salud sino también en los ámbitos donde las y los adolescentes habitan, estudian, trabajan o se recrean.

La atención es brindada por un equipo de técnicos de distintas disciplinas construyendo procesos de interdisciplina e intersectorialidad, que preparan al equipo y a cada uno de sus integrantes, para el abordaje de las “diferentes adolescencias” y de sus necesidades.

El desafío de ser madre joven

Cuando Loreley se enteró que quedó embarazada tuvo la suerte de contar con la contención y el apoyo de su novio y su familia, algo que le permitió encarar esta etapa de su vida con alegría y jamás pensó en abortar, pero tuvo que dejar muchas cosas por su embarazo como por ejemplo sus estudios en la UTU, los que en estos momentos (cuando su hija tiene ya dos años) está intentando retomar.

El desafío de ser madre joven lleva un plus particular que lo hace diferente frente al hecho de ser madre en otras etapas de la vida, durante la adolescencia se está en una etapa de cambios y transformaciones constantes y a la par de comenzar a aprender a hacerse responsable de sí misma, ahora la madre debe también cuidar y responder por la vida de esa pequeña persona que pasa a depender tanto de ella. En el caso de Loreley, el desafío de ser madre joven se vio apaciguado por la contención de su familia, que la apoyó en todo momento, pero hay muchos casos de jóvenes que no encuentran una orientación y se hayan solas frente a esta etapa nueva.

Las dudas y los miedos durante el embarazo se incrementan al desconocer a lo que se enfrentan, incorporando en forma acelerada todo tipo de información al respecto que les permita entrar en el mundo de ser madres sin sentir que no saben como continuar, “yo al principio estaba en dudas, no sabía si estaba embarazada o no, pero el mayor miedo para mí era el momento del parto y busqué todo en Internet, ahí encontrás todo bien claro, a mí me sirvió, porque si bien tuve acompañamiento médico la doctora con que me atendía no me explicaba muy bien y no me gustaba preguntarle” comentó Loreley al recordar sus primeros meses de embarazo.

El acceso a la información es hoy en día una herramienta con la que cuentan las jóvenes que antes era inimaginable, lo que les abre la posibilidad de conocer diferentes aristas sobre el embarazo y los primeros meses de vida de sus hijos, y muchas jóvenes prefieren disipar sus dudas a través de internet, buscando allí información o en foros de chat.

Otra de las grandes transformaciones que afrontan las madres adolescentes es el cambio en la forma de ver la vida, lo que las lleva a pasar por un proceso de madurez repentino, “es increíble todo lo que te cambia la vida, te cambia el pensamiento, yo antes era re inmadura y después que tuve a mi hija es como que bajé a tierra y entendés mucho más a las madres, lo que te dicen, porque se preocupan tanto cuando no les decís donde estás y esas cosas” comentó Loreley al comparar  la  preocupación que ahora le genera el estar a cargo de su hija “su gorda” (como ella le dice), “si tengo la gorda lejos estoy todo el día pensando en ella y pendiente de si estará bien, porque sabés que hay alguien que necesita de vos y te das cuenta que antes estabas en la nada y ahora es como que vivís para alguien” agregó.

Continuar los estudios y la formación para acceder a un trabajo que les dé una mejor calidad de vida está en la meta de las madres adolescentes y Loreley planteó esta situación al comentar que tuvo que dejar sus estudios en la UTU cuando quedó embarazada porque pasó por varios meses del embarazo con algunas dificultades debiendo hacer reposo, pero ahora que su hija tiene ya dos años y la puede dejar en un Caif, decidió retomar sus estudios y además trabaja durante la tarde.

“Gastás mucha plata en alimentos, en ropa, pañales, medicamentos y un solo sueldo no alcanza, así que empecé a trabajar, ella entiende que el padre y la madre van a trabajar y ella va al CAIF y después  queda con las abuelas y se porta muy bien, es una santa” dijo Loreley con orgullo de su hija, quien comparte con ella dos horas en su casa al mediodía y luego a la nochecita cuando regresa de estudiar.

Otro de los desafíos que afrontan las madres adolescentes durante la formación de su familia pasa por comenzar a formar su propio hogar, notando el sacrificio y el trabajo que ello implica y el alto costo económico que implica tener una casa propia ya que la mayoría de las madres jóvenes viven en la casa de sus padres, “al principio vivimos en la casa de mis suegros, pero ahora vinimos a vivir con mis padres pero es difícil vivir con otra familia, vos ya querés lo tuyo por eso estamos buscando la forma de tener un terreno pero no es fácil” reconoció Loreley.

Hoy en día las madres jóvenes afrontan este desafío con un mayor apoyo de parte del gobierno que brinda varios planes sociales para ampararlas, como por ejemplo la Asignación Familiar, una partida del MIDES (Ministerio de Desarrollo Social) por ser madre soltera que ronda los mil pesos, y la tarjeta para alimentos también del MIDES por el mismo monto.

Hogar de madres Beraca: inculca a sus hijos valores espirituales

Muchas son las historias de madres jóvenes que  por diferentes circunstancias  de la vida,  se encontraron en situación de desamparo y llegaron a las puertas de Beraca con sus hijos pequeños de la mano o en brazos, buscando amor, contención y una oportunidad de salir adelante.

“En el hogar son contenidas y se les brinda apoyo de padre y madre, en la figura de los pastores, referentes que hoy por hoy en gran parte de la sociedad, se han perdido” – señala una de las personas responsables de la institución.

Su reflexión apunta a que cuando las adolescentes han sido madres en forma precoz y a su vez no han tenido una mamá que le haya transmitido amor y buenos valores no saben cómo actuar frente a su propia maternidad.

“Esas madres jóvenes en su gran mayoría han experimentado el abandono y la separación de sus progenitores, chicas que han crecido en instituciones y no han tenido referentes”.“Cuando esas madres desprotegidas llegan con sus pequeños a Beraca, los pastores se transforman en referentes.

Natalie es una mamá muy joven que cuando llegó al hogar, tenía problemas de adicciones y no sabía corregir ni ponerle límites a su hijo, porque a su vez sus padres nunca le habían puesto límites.

A los trece años Natalie ya deambulaba por las calles… a los quince empezó a consumir drogas, a los 16 se fue de la casa y a los 19 quedó embarazada.

“Lo positivo es que las madres que llegan a Beraca quieren ser ayudadas y se disponen a cambiar, ser responsables de su vida y de sus hijos.

Verdaderamente el que nos ayuda a cambiar es Dios”.

Beraca hace énfasis en la parte espiritual que una madre puede volcar sobre sus hijos, pues el día de mañana es lo que va a ayudar a los jóvenes a tomar buenas decisiones y tendrán la fortaleza suficiente para enfrentar la vida.

“Muchas veces nos encontramos con madres incrédulas… que han sufrido en un montón de situaciones, pero poco a poco van abriendo su corazón y sus vidas y la relación con sus pequeños mejora sustancialmente.

Algunas madres suelen brindarles a sus hijos todo lo material, pero descuidan la parte espiritual.

Natalie ha sido un testimonio que sintetiza el de muchas historias; solía encerrarse en su cuarto a drogarse, mientras su pequeño hijo en otro jugaba con un play station y otros entretenimientos.

Luego ella salía de su cuarto para atenderlo, lo alimentaba y luego volvía a su adicción.

Su madre fue una persona ausente en su vida y ella decidió no hacer lo mismo con su hijito y decidió tomar otro rumbo”.

En el hogar, las madres aprenden a inculcar a sus retoños valores espirituales, límites contención y también la posibilidad de desarrollarse en el terreno laboral y realizarse como mujeres íntegras.

Se llama madre soltera a la mujer que lleva a cabo la crianza de los hijos y el manejo del hogar sin la compañía o apoyo de una pareja y no ha estado casada, por decisión propia o circunstancias de su entorno. Es uno de los tipos de familia monoparental.

MADRES, MUJERES Y JEFAS DE HOGAR: CRECIMIENTO EXPONENCIAL

A partir de la mitad del siglo XX, las mujeres progresivamente empezaron a salir del hogar para trabajar, estudiar y realizarse como personas, fenómeno conocido como la liberación femenina, y que poco a poco ha ido llegando a diversas sociedades.

La mujer se dio cuenta de que en ocasiones, el hombre no era necesario para sacar adelante un hogar, y ella misma podía procurarse los medios para subsistir con sus hijos.

En ciertas ocasiones se ha atribuido a este fenómeno el hecho de que haya aumentado la tasa de divorcio durante la segunda mitad del siglo pasado.

En muchas sociedades actuales existe un cuerpo legal que elimina la discriminación hacia las madres solteras y sus hijos, e incluso algunos gobiernos nacionales (incluso de países del tercer mundo) cuentan con programas de ayuda institucionalizada para hogares donde las mujeres son las jefas, que incluyen ayuda estatal, becas de estudio para los hijos, créditos bancarios para que las mujeres inicien pequeñas y medianas empresas, y otros.

De la misma forma, cada día es más común que una mujer decida establecer una familia sin la presencia de un hombre, y cada día la opinión de la sociedad en torno al tema se vuelve más abierta y receptiva.

Desde 2001 muchos países ven aumentar el número de madres solteras de forma exponencial.

ENTRE SU EJERCICIO DOCENTE Y EL CUIDADO DE SUS HIJOS ADOLESCENTES

Se separó de su esposo siendo sus hijos muy pequeños y se fue a ejercer su actividad docente a otra ciudad, donde permanecieron viviendo allí más de una década: “las cosas se complicaron cuando los chiquilines llegaron a la adolescencia.

Se me hacía muy difícil cumplir con mis obligaciones y tenerlos controlados.

Gabriel el mayor siempre fue más tranquilo… el tema fue con Luciana que se puso rebelde, a veces salía sin permiso o cuando poníamos horario siempre se retrasaba.

Y allí estaba Gabriel para hacerme el aguante y acompañarme a buscar a su hermana”.

En una gran mayoría de casos, cuando se da la ruptura del matrimonio y los hijos pasan a vivir con la madre, el padre se desentiende de sus obligaciones como educador y simplemente cree que tiene su misión cumplida al ser el proveedor económico de los chicos.

Ésta no solamente debe ocuparse de la casa sino también de lograr cierta autoridad que le permita manejar la situación y ello, resulta un desafío muy complicado.

Una de las principales preocupaciones de muchas madres es dejar a su hijo bien cuidado, por ello, sea cual sea la opción elegida (guardería,  baby sister, familiares…) ha de ser tomada con cautela y seguridad.

MADRES CON SENTIMIENTOS DE CULPA AL RETORNAR A LA ACTIVIDAD LABORAL

Tanto si la reincorporación al trabajo es un acontecimiento ineludible como voluntario, la mayoría de madres viven con un cierto sentimiento de culpabilidad el dejar a sus hijos al cuidado de otra persona, y les duele no poder dedicarles todo el tiempo que antes dedicaban, sobre todo si cuando se produce esta separación los niños son aún muy pequeños.

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que dejar a un lado un empleo o una profesión de una manera forzada influirá también en la relación con los niños y éstos acabarán percibiendo el descontento de la madre.

Es preferible estar menos tiempo del deseado con ellos, pero con el sentimiento de satisfacción por sentirse realizada profesionalmente o por estar cumpliendo con un deber laboral.

Si la mujer tiene un empleo fuera del hogar ha de permitirse dejar en manos de personas de confianza el cuidado de sus hijos.

Antes que una madre frustrada, tensa o deprimida, los niños prefieren una madre atareada y afectuosa.

Natalia tuvo miedo, pero el desafío de ser  madre la llena de esperanzas

María Natalia tiene 17 años, estudia en el liceo y nació de buenos padres. Como todas las chicas de su edad, le gusta salir de noche y encontrarse con amigas para ir a bailar. A veces se quedan haciendo la previa en la casa de alguna y después se van con sus respectivos novios. Quién no los tiene en plena adolescencia y son amores entrañables que muchos piensan son para toda la vida.

Pero todo llega y sino pensamos, después qué pasa, a las consecuencuas hay que afrontarlas.

Nati, como le dicen las gurisas con las que se junta y que no todas son de la misma clase, quedó embarazada. El contribuyente, por llamarlo de algún modo, es mayor que ella, ya cumplió 22 y sus padres tienen todo planeado para su futuro, menos esto. Un hijo de una chica con la que ni siquiera son novios. ¡¿Qué van a decir ahora?!, pensó el fulano y optó por actuar con cobardía.

“Yo no quiero saber nada con esto ahora, así que hacé lo que quieras”, le dijo él actuando descaradamente y dejando a Nati entre sollozos, confundida, sin saber qué hacer y cómo encarar el asunto.

Porque a todo esto, los padres de ella no sabían nada y también, como cualquier padre, querían lo mejor para su hija. Sola, triste y sin dormir por algunas noches, Natalia tenía que enfrentar al mundo y tomar una decisión.

Perderlo no estaba entre sus planes y si bien la situación la aterraba, pensó en pedir un consejo médico. Sabe además que el actual gobierno del Frente Amplio hizo legal el aborto, y si no quería tenerlo, podía ir al Centro Médico, cuyos padres de buen pasar económico la habían hecho socia desde que nació y hacer el tratamiento hasta llegar al Misoprostol, la “pastilla asesina” como le dicen los anti-abortistas y así terminar con el problema, más allá de que ella también sabía de que tener que llevar la procesión por dentro el resto de su vida, no le sería nada fácil.

Luego de varios días angustiada, donde sus padres ya habían notado un cambio en ella, porque de la chica dicharachera y sociable quedaba poco, llegó el momento. Nati optó por hablarle a los dos y fue una mañana de julio, cuando entre un mar de llantos, expresó un entrecortado: “estoy embarazada”.

Entre la confusión y sorpresa por la situación, su madre la abrazó para contenerla y su padre solo atinó a mirarla y hacer un gesto de preocupación. Luego vinieron las preguntas, los lamentos, y la bronca por cómo se dieron las cosas. Pero esos buenos padres, no sintieron vergüenza social, se olvidaron de la frivolidad, del qué dirán, y optaron por abrazar a su hija y cobijarla durante su embarazo.

A medida que pasó el tiempo, la situación transcurrió entre expectativas, temores y un sabor agridulce, pero esperanzador. Las consultas médicas fueron más que frecuentes, las interrogantes daban lugar a la búsqueda de consejos constantes por el medio que fueran. Ella mantuvo el lazo de amistad de quienes realmente fueron consideradas sus amigas y aunque no faltó la hipcresía y las habladurías de muchas personas, lució su embarazo con cierto orgullo.

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