River Plate 1 Deportivo Artigas 0
Cabría preguntarse en 90 minutos, cuántas situaciones ofensivas malogró River Plate.
Seis, siete, ocho? Por ahí anda la suma.
No menos que ahì.

Axel Rodríguez tapó algunas, pero sobre todo, la colección que implicó este River Plate a la hora de sentenciar. Ya en el primer tiempo y en el segundo también.
Recién en los 44′ de la primera fracción, cuando Deprtivo Artigas genera la primera chance más o menos próxima, en medio de un fútbol de espera y expuesto a una búsqueda de contragolpe que fue ocasional.
Es que River elaboró sobre la base de razones, pero en los últimos metros, fue maltratando opciones y con otro aspecto no menor: la pelota a contramano de Gabriel De Souza, mientras Santiago Pintos fue parte de la duda permanente a la hora misma de resolver.
River concluye ganando por el gol de Alan Aranda en los 30′ del segundo tiempo.
El «Tiki» al fin de cuentas, como el más predominante en la construcción y hasta debió bajarle el pulgar al suspenso de no poder. El zapatazo de Cechini, para que el rechazo del golero surgiera, con Aranda para definir contra la derecha desierta.
Y está bien que River Plate gane. Se asocia a la lógica misma.
Pero, ¿cómo puede entenderse que después de ese gol, River Plate se recostara en una actitud de silencio ofensivo, hasta que Deportivo se atrevió para generar control y producir un par de situaciones ofensivas?
En una, por poco no fue empate.
Al fin de cuentas, Deportivo Artigas terminó ofreciendo la verdad de su entrega, más algunos recursos individuales. Pero no le alcanzó, ante el River de la lógica venciendo.
Pero esta vez, siendo lo que fue: el coleccionista del gol errado.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-
