«La verdad?. Yo creo que en un momento determinado dejamos de creer en nosotros y entonces nos fuimos cayendo de la tabla. Pero somos concientes que Fénix no es para estar en esa posición. Debió estar más arriba. Estamos pagando errores, pero no descenderemos. Lo digo porque lo siento: Fénix es más que Santa Rosa y Cerro. De última empatamos con el puntero y empatamos con el último, entonces cómo se entiende?. Lo de Fénix se entiende a partir de esa ausencia de regularidad en los rendimientos individuales. Frente a Cerro, los nerviosos eran ellos y sin embargo nos costó encontrarle la vuelta al partido. Lo bueno es que estamos vivos y ganando evitamos complicaciones. Fénix no merece descender. No lo merece”.
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Vuelo de ilusión. Vuelos de mañanas.
Vuelo de convicción. Vuelos de amaneceres.
Ilusión. Mañanas. Convicción. Amaneceres.
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El 15 de junio de 1991, cuando nació GERARDO SEBASTIÁN AMADO, hijo de José Luis e Isabel. El menor de tres hermanos. Rodrigo contabiliza 24 años y Florencia 21 años. “Ni la escribanía ni la abogacía….a mi me gusta la Educación Física, por eso el año que viene pienso ir a Paysandú a estudiar. En los dos últimos años me definí por esa carrera. Es la que me gusta”.
Los 18 años del golero de Fénix. El ataja penales de Fénix. Cuatro rechazados: uno a Progreso, dos a Hindú y uno a Cerro. Gerardo del arco.
Vuelos. Tantos. Y tanto. Pero también siembras. También…
DE AQUELLA ESCUELITA DEL “PINCHA”… Y A NACIONAL
Los tiempos bien de gurí. Cuando la pelota se metió sin más trámite, en los sueños aleteando. Después de todo, el fútbol de la consigna cotidiana. Por eso hasta los 8 años en la Escuelita del “Pincha”, hasta que tres amigos como Francisco Meneses, Diego Irigoyen y Leandro Secco, le trasmitieron la onda a favor de Nacional…”y entonces me fui a Nacional. En el club me ayudaron a crecer como deportista. Es mi cuadro. Estoy en Fénix en préstamo. Y por qué no decirlo?… comencé a querer a Fénix y a veces pienso que los dirigentes y el propio “Cococho” Araújo, no merecen que el equipo esté donde esté”.
Gerardo y el arco de Fénix. Pero al cabo, esa historia detrás, “porque bien de niño yo jugaba al medio, hasta que faltó el arquero y me dijieron: “No te animas?. No solo que me animé, sino que el puesto empezó a gustarme. La responsabilidad del arquero no puede eludirse, porque si pasa es gol”.
“SOY DEMASIADO AUTOCRITICO; CUAL ES EL TECHO DE UNO?”
El valor de la familia detrás. Tanto José Luis como Isabel y los hermanos, para sumarse a la legión de los íntimos afectos. La familia que ampara a Gerardo, en cada domingo de fútbol, cuando sus brazos adolescentes se extenderán para que el rechazo exista o el bloqueo de la pelota no falte. “De cada error uno debe aprender. A veces pienso que soy demasiado auto crítico. Voy a fondo con el análisis de lo que hago bien o no. Un arquero nunca sabe cual es el techo de sus posibilidades de evolucionar, porque el aprendizaje es permanente. Los penales atajados?… se dirá que al ejecutante se le achica el arco y pienso que hasta es así. Lo bueno es que a la responsabilidad de ser arquero no le tengo miedo. Al contrario, lo disfruto. Al día siguiente a mis compañeros del Liceo Salesianos no le faltan la cargada. Me tiran con una lapicera y me dicen: “Dale, por qué no la atajas?”. Voy atajando cuatro penales y sirve como estímulo. No para que me la crea, me sirve para mejorar. Eso quiero. Por sobre todo, eso”.
Desde el arco de Fénix, un Amado de 18 años. Este mismo Gerardo, el hijo de José Luis e Isabel. El de la familia detrás. El futuro de Profesor de Educación Física. El que cursa Sexto de Humanística. El de los cuatro penales atajados. Al que no le falta vuelo. El mismo que tiene también… la generosa siembra a mano…
-ELEAZAR JOSE SILVA-
