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martes, 22 de abril de 2025
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El aporte al fondo se vuelve una carga «bastante pesada» para los profesionales, sobre todo en las últimas franjas

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Becas del Fondo de Solidaridad: defensores y reclamantes del sistema  según el Prosecretario de la Asociación de Abogados de Salto

«En realidad los profesionales no somos quienes recibimos las becas sino quienes las financiamos. Está basado en una idea de solidaridad, al ser la educación pública gratuita, una vez finalizados los estudios se aporta para que los estudiantes actuales que no cuentan con recursos puedan obtener becas para recibir así ayuda económica que les permita estudiar”, comenzó diciendo el Prosecretario de la Asociación de Abogados de Salto, el Dr. Darío Menoni. El INFORME abogado Darío Menoniproblema, es que si bien la educación pública es gratuita en cuanto a que no se cobra una matrícula por el ingreso o cursos, sí existen otros gastos, como pueden ser materiales, libros de estudio, transporte, vivienda o alimentación si los estudiantes tienen que residir fuera de su ciudad para poder estudiar, etc. Sumado a ello, desde el punto de vista de los egresados universitarios, no siempre la carrera que se elige es redituable como para hacer frente a todos los gastos que implica la flamante inserción en el campo laboral. Aunque es cierto que pueden solicitarse exoneraciones en los aportes al Fondo de Solidaridad si el profesional no supera determinados ingresos mensuales promedio.

APORTAN EGRESADOS DE UDELAR, UTU Y UTEC
“Los egresados de la UDELAR, UTU o UTEC, aportamos la contribución al Fondo de Solidaridad y el monto varía dependiendo de la duración de la carrera que estudiamos. En el caso del Fondo, si la duración de nuestra carrera es menor a cuatro años, aportamos media BPC (Base de Prestaciones y Contribuciones) entre los 5 y 9 años de egreso y una BPC a partir del décimo año, y si nuestra carrera es igual o mayor a 4 años de duración aportamos una y dos BPC respetivamente en el mismo período”, señaló Menoni.
“Si somos egresados de la UDELAR y nuestra carrera tiene una duración igual o superior a 5 años, además del Fondo, aportamos también el adicional a la contribución del Fondo de Solidaridad. El adicional tiene un valor único que es de cinco tercios de BPC. La BPC actualmente es de $ 3.611.
En ambos casos hay un período de 5 años desde la fecha del egreso en los que no se aporta, cumplidos esos 5 años comienza la obligación de aportar”, agregó el profesional universitario.
ÚLTIMAS MODIFICACIONES
En los últimos años hubo modificaciones a esta normativa. “Hace un tiempo el Fondo de Solidaridad, que es el encargado de recaudar estos tributos, interpretó que no era necesario el título para que pudiera configurarse lo que llamamos el hecho generador del tributo, bastaba aprobar el último examen según el plan de estudios, aunque luego no se tramitara el título. Esto generó una serie de complicaciones ya que comenzaron a aparecer deudas a profesionales que estaban hasta ese momento al día pero precisamente aportaban desde la tramitación del título y no antes. Incluso el Centro de Estudiantes de Derecho de la Regional Norte organizó una jornada con representantes del Fondo de Solidaridad y especialistas en derecho financiero por lo que este cambio había provocado. Luego eso se consagró mediante una ley, la 19.355 y a partir de allí se terminaron las discusiones y actualmente se considera a una persona como egresado desde la aprobación de ese último examen, haya tramitado el título correspondiente o no”, puntualizó. “En el caso de que exista en la carrera un título intermedio, como el caso de Procurador en Facultad de Derecho, allí se comienza a contar el plazo para los aportes, salvo que dentro de los cinco años se complete la carrera final, entonces se comienza a contar desde este último momento.”, agregó el abogado.
CAMBIO EN LA FORMA DE COBRO
“La última modificación también consistió en un cambio en la forma de cobro, ya que se paga en la mayoría de los casos junto con los aportes a la Caja de Profesionales en nuestro caso y se concentraba en los últimos meses del año. A partir de este año se paga en 10 cuotas desde marzo y a partir del año próximo se pagará en 12 cuotas, comenzando en enero, por lo que pasa a dividirse en los meses del año y no a concentrarse en los últimos, como venía ocurriendo”, dijo Menoni.
“Lo que conocemos comúnmente como fondo de solidaridad se aporta hasta el cese de toda actividad remunerada y acceso a una jubilación o hasta completar 35 años de aportes, mientras que en el caso del adicional se aporta hasta completar 25 años de aportes a la contribución Fondo de Solidaridad o acceder a la jubilación”, agregó.
UNA CARGA PESADA PARA LOS PROFESIONALES
La realidad para los profesiones, es que “muchas veces la carga tributaria se hace pesada”, afirmó el abogado.
“Teniendo en cuenta que se paga en la mayoría de los casos con el aporte a la Caja de Profesionales y que los montos que debemos aportar a la Caja muchas veces son considerables, agregar a eso un poco más suele ser bastante pesado, sobre todo para quienes se encuentran en categorías intermedias o altas en los aportes a la Caja”, concluyó Menoni. El profesional invitó a los egresados que aportan al fondo a informarse más del tema a través de la página del fondo de solidaridad o leyendo la normativa, principalmente las leyes 16.524 que crea la contribución Fondo de Solidaridad, ley 17.296 (art. 542) que crea el adicional, y ley 19.355 (art. 752 a 759) y sus modificativas.

Bernardo Leandro Sosa
“El Fondo de Solidaridad es una institución de gran importancia para el sistema de becas de nuestro país”

Bernardo Leandro Sosa Sánchez tiene 26 años, es oriundo de Rivera y está culminando tres materias de sexto año de Abogacía. “Me enteré del programa del Fondo de Solidaridad porque al concurrir al CENUR Litoral Norte en una de las carteleras de la carrera de Derecho habían diversos informes y comunicados para poder solicitar la beca económica”. Leandro solicitó la beca en el 2010 y el año pasado por problemas de enfermedad en su núcleo familiar, se encontró imposibilitado de rendir una materia en el período de diciembre.
Por lo tanto, al no cumplir con los requisitos de la renovación de beca exigidos para los estudiantes que cursan Derecho esto es, aprobar tres materias por año (50% de las materias), no logró conservarla.leandro001
¿Cómo fue el proceso hasta que te otorgan la beca?
“Fue engorroso y burocrático porque para solicitar la beca me exigieron presentar diversos documentos que acreditaran la situación socio-económica de mi familia. Entre esos documentos podría mencionar algunos que me vienen a la memoria, verbigracia: historia laboral nominada expedida por BPS; constancia de tránsito expedida por la Intendencia en la Sección Tránsito, entre otros”.
– ¿En qué medida este apoyo económico ayuda a los jóvenes a culminar sus carreras universitarias?
-“Creo que el Fondo de Solidaridad es una institución de gran importancia en el sistema de becas de nuestro país porque fue creado para apoyar económicamente a los estudiantes, brindándoles atención y seguimiento en el desarrollo de su formación. Por lo tanto, la ayuda que brinda es muy relevante porque con ella podemos sustentarnos, administrarnos y llegar a la meta más soñada: alcanzar un título universitario”.
-¿Qué reflexión le merece el programa?
-“El programa es muy relevante porque fomenta la realización de estudios para estudiantes de recursos económicos insuficientes, pero creo que la única fisura que tiene el mismo, es que los egresados que estudiaron por ejemplo, en la UdelaR y no fueron beneficiados por la beca ya sea porque no la tramitaron o porque no lograron cumplir los requisitos exigidos para acceder a la misma, igualmente deberán realizar los aportes al Fondo”.
¿Conoce a varios estudiantes que están sustentados por la beca?
-“Sí, muchos”.
“ES INJUSTO QUE LOS EGRESADOS DE LA UDELAR QUE NO ACCEDIERON A LA AYUDA ECONÓMICA TENGAN QUE HACER APORTES”
-¿En qué piensa que el programa debería cambiar?
-“Debería cambiar en lo que anteriormente afirmé. Es injusto que los egresados de la UdelaR que no accedieron a la ayuda económica tengan que realizar aportes al ser profesionales.
-¿Tiene idea de cuántos estudiantes aproximadamente son beneficiados con la beca?
“Creo que son alrededor de dos mil estudiantes beneficiados con la beca por año.
-¿Está de acuerdo que los profesionales, luego de obtener su título apoyen al programa con un por centaje de sus ingresos?
“Estoy de acuerdo que el profesional apoye al programa, esto es, reintegre lo que el Fondo lo ha ayudado económicamente durante el transcurso de la carrera”.
-Ese apoyo en general ¿en qué lo invierten los estudiantes?
-“Con el apoyo económico los estudiantes pueden sustentarse, adquirir vestimentas, saldarse el alquiler en el lugar de estudio, cubrir gastos que se generan al estudiar una carrera como adquisición de libros, entre otros”.
-¿Deberían haber más programas de esta naturaleza?
-“Obviamente que sí”.

La mayor cantidad desde su creación
Fondo de solidaridad otorgó 8.232 becas en 2017

De acuerdo a lo informado por Presidencia de la República en su página web el pasado 3 de junio, en el 2017 el Fondo de Solidaridad recibió 14.000 solicitudes para poder acceder al beneficio, haciendo entrega de 8.232 becas, habiéndose registrado 4.000 nuevos beneficiarios, lo que totaliza una duplicación de becas otorgadas en la última década.
Las becas, para las que no existe un cupo limitado, se sustentan con el aporte de los egresados y están destinadas a estudiantes terciarios de todo el país que requieren apoyo económico para acceder a las carreras de la Universidad de la República (UdelaR), la Universidad Tecnológica (UTEC) y UTU, de los cuales el 90 % proviene de familias sin estudios universitarios.
El aporte brindado es de 7.200 pesos por mes (2 BPC), por el plazo de 10 meses para los estudiantes de renovación y de 8 para quienes la solicitan por primera vez. Además, el Fondo de Solidaridad promueve una serie de acciones, como clases de apoyo, para evitar la desvinculación educativa de los estudiantes.
La solicitudes son analizadas por un equipo de trabajadores sociales que aplica para su evaluación el Índice de Vulnerabilidad Estudiantil, una herramienta de predicción que garantiza la fluidez y transparencia del proceso. El análisis se realizó entre marzo y abril, mientras que en mayo se concretó el pago de la primera cuota de la prestación. Los 8.232 becarios que fueron aprobados tras las evaluación ya están cobrando la prestación.
CUMPLIR EN TIEMPO Y FORMA
La Gerente de Becas del Fondo de Solidaridad, Cecilia de León, manifestó al entrevistarse con la Secretaría de Comunicación Institucional, que “Cumplir en tiempo y forma con los plazos establecidos es uno de los grandes desafíos del Fondo”. Asimismo, destacó la importancia que tiene para cada beneficiario recibir este aporte, dado que sin él “no podría acceder a la enseñanza terciaria”. En este sentido, recordó que “solo el 3 % de los estudiantes beneficiados tiene un padre con estudios universitarios, y el 7 %, una madre profesional, lo que significa que la mayor cantidad de estudiantes proviene de familias sin estudios terciarios”.
Según De León, esto puede dificultar el apoyo curricular que brinda la familia, por lo que el Fondo de Solidaridad “promueve desde este año, además de las becas económicas, el apoyo en las clases, material educativo, alimentación y talleres sobre la gestión del dinero recibido y la adaptación a las nuevas ciudades”, instancias comenzaron a implementarse en marzo en las facultades de Agronomía y de Veterinaria, y se extenderán a nuevos centros a partir de junio.
Finalmente, De León dijo que el Fondo de Solidaridad “está apostando a una fuerte descentralización, con la apertura de oficinas en diferentes puntos del país y una estrategia de difusión que implica la presencia en ferias educativas y la realización de giras nacionales”.
Por otra parte, es de destacar la información recientemente publicada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el cuaderno «Desigualdad y movilidad intergeneracional en la educación universitaria», donde se especifica que cada vez más los estudiantes que provienen de hogares con niveles educativos bajos acceden a los niveles superiores de educación y logran avanzar en sus carreras. De acuerdo al informe, Uruguay comenzó a mejorar levemente desde 2010 su movilidad, luego de más de diez años de «movilidad reducida».

Malena Difilippo
Herramienta de inclusión y equidad

En 2017 fueron 8.232 estudiantes que recibieron la beca del Fondo de Solidaridad, la mayor cifra en el otorgamiento desde la creación del Fondo que superó así las 110.000 becas entregadas. La demanda de la ayuda de los estudiantes presenta un crecimiento constante que se acompaña con el número de becas otorgadas y el monto destinado a las mismas – así lo señala Malena Difilippo, del área de Comunicación de la institución.
“El Fondo de Solidaridad es la institución más importante en el sistema de becas del país, es una herramienta de inclusión y equidad en la educación, trabaja para que más jóvenes puedan acceder a la educación terciaria mediante la gestión profesional de un sistema de becas así como de sus servicios de apoyo y seguimiento”.
Según el cuaderno “Desigualdad y Movilidad Intergeneracional en la Educación Universitaria” recientemente publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), cada vez más los estudiantes que provienen de hogares con niveles educativos bajos acceden a los niveles superiores de educación y logran avanzar en sus carreras. Uruguay viene mejorando levemente su movilidad a partir de 2010, luego de más de diez años de “movilidad reducida”. “La relación que tiene el Fondo de Solidaridad con la movilidad es que hace que esta aumente”, explicó Carbajal, investigador de PNUD.
El informe señala a la existencia de las becas que otorga el Fondo de Solidaridad como una de las determinantes que inciden en la trayectoria de un estudiante que proviene de un hogar de nivel educativo bajo, las mismas fueron evaluadas como un factor que actúa de “forma positiva”
MÁS DE 14.000 SOLICITUDES
El Fondo recibió este año más de 14.000 solicitudes, que fueron analizadas por un equipo de trabajadores sociales que aplica para su evaluación el Índice de vulnerabilidad Estudiantil, una herramienta de predicción que garantiza la fluidez y transparencia del proceso.
Los 8.232 becarios que fueron aprobados tras la evaluación ya están cobrando la prestación que es de $ 7.222 pesos por mes (2 BPC) y se otorga por ocho o diez meses, según la categoría del becario.

Luisa dijo que hay gente que merece la beca y le ponen tantas trabas con el papeleo que se la terminan negando

Si todo va bien, Luisa podría recibirse este año de abogada. Casi toda su carrera la hizo con el apoyo de la beca del Fondo de Solidaridad, salvo unos años en que no la pudo renovar porque perdió algunos exámenes y eso le significó no contar con la escolaridad necesaria.
Es oriunda de Paysandú, desde el año 2011, cuando ingresó a facultad de derecho pidió la beca y «en 2013 me tranqué con una materia y la perdí», dijo con pesar, «pero al año siguiente la volví a tener», lo que significó un alivio para ella ya que el año que no la tuvo debió recurrir mucho a la ayuda de su familia.INFORME testimonio - Luisa estudiante de Derecho
«Yo no sabía que se podía pedir becas, me enteré cuando vine a Salto a buscar alquiler, cuando estaba para inscribirme conocí a una chiquilina que me comentó que se podía solicitar becas de apoyo económico y ahí empecé a averiguar cómo había que hacer para tenerla. Cuando yo empecé no había tanta información en Paysandú sobre las becas como hay ahora y en realidad mi carrera me la iban a costear mis padres como pudieran, pero contar con la beca fue algo muy importante para mí y un alivio para mi familia», dijo Luisa.
Sobre la solicitud de la beca remarcó que «piden demasiados pepeleos y se supone que si la estás pidiendo es porque la necesitás. Se gasta demasiado en fotocopias y en pasajes para venir a traer los papeles. Creo que recién el año pasado permitieron que se pueda entregar los papeles en el Centro Universitario de Paysandú, sino antes tenías que gastar en pasaje y en venir para entregar todo», comentó.
Sin embargo, señaló que al momento de solicitar la renovación de la beca el papeleo es menor y solamente se debe llenar una declaración jurada diciendo si se mantienen los ingresos o si se modifican en algo y después de tenerla tanto tiempo sí tenés que renovar todo el papeleo de nuevo, con historia laboral de tu familia y un montón de cosas más. En mi caso solo una vez me visitaron las asistentes sociales del Fondo, después nunca más», agregó.
Finalmente, Luisa señaló que hay gente que realmente merece la beca y le ponen tantas trabas con el papeleo que se la terminan negando y hay gente que tiene la beca y no sé si mienten en las declaraciones o que pasa porque igual le dan la beca y para mi no la necesitarían», concluyó.

En algunos casos se las han negado y hay
reclamantes que consideran decisiones injustas

Algunos casos de negación y reclamos porque no les concedieron la beca y varios de los reclamantes consideran que es una decisión injusta.
A PAULINA NO LE OTORGARON LA BECA ESTE AÑO
Paulina (nombre apócrifo), fue durante varios años beneficiada con la beca y está muy agradecida por dicho aporte ya que sin ello hubiera sido difícil realizar su carrera que culmina este año.
Paulina necesitaba una ayuda para poder estudiar, y así fue como tomó la decisión de solicitar la beca cuando cursó el primer año de facultad, pero su madre tenía un vehículo a su nombre, y aunque ya no lo tenía, el título estaba a su nombre.
Para conseguir la beca, tenía que presentar un documento firmado por un escribano que certificara que el vehículo ya no le pertenecía, pero eso tenía un costo, y al no tener el dinero, ese año la pospuso.
Al año siguiente sí, consiguió el certificado, presentó la solicitud e inmediatamente se la otorgaron.
Paulina vivía en una casa alquilada con su madre y una hermana menor que ella, y todos los años vía web contestaba algunas preguntas o si había algún cambio para renovar la beca y se la fueron renovando, hasta que este año presentó el cambio de que su hermana ya no vivía en la casa, y se la negaron.
En el argumento, le indicaron que su situación económica superaba los máximos permitidos. Su mamá en este momento tiene un sueldo inestable.
Si bien hizo el reclamo vía mail, personalmente, por teléfono, envió una carta, le dijeron que no había solución hasta que no estudiaran todos los casos que estaban solicitando por primera vez.
Paulina agradece haber tenido la beca, pero aunque ahora hubiera una solución, no tiene sentido porque entiende que todos los meses que no cobró fue injustamente y ahora ya termina la carrera.
LE IBAN A COORDINAR ENTREVISTA CON ASISTENTE SOCIAL
Una joven de 23 años, madre de una niña, solicitó la beca para cursar la facultad de enfermería este año, le pidieron sus ingresos, constancia de domicilio, recibos, declaración jurada de ingresos, constancia de vehículos, constancia de propiedades, ingresos de los padres, y de la pareja de estos, entre otros documentos.
En su caso, ella vive sola con su hija, su padre está ausente y su madre y la pareja de esta no tienen ingresos. El único ingreso que tiene es la pensión alimenticia que recibe por parte del padre de su hija.
Desde que mandó el mail solicitando la beca, demoraron dos o tres meses en concederle la entrevista, y luego le indicaron que necesitaba coordinar una entrevista con la asistente social.
La joven se quejó porque tiene una compañera que tiene una tarjeta de crédito a su nombre con un límite de 32 mil pesos “y a ella le dieron la beca sin entrevista”.
CURSÓ CASI TODOS LOS AÑOS DE FACULTAD CON BECA
Otra de las jóvenes salteñas entrevistadas por EL PUEBLO, comentó que solicitó la beca cuando fue a cursar la Facultad de Química en Montevideo, en esa oportunidad presentó toda la documentación, ingresos y propiedades de quienes vivían con ella, e inmediatamente se la otorgaron, teniendo en cuenta que alquilaban, y los ingresos no superaban lo indicado, y además no tenía familiares cercanos que pudieran ayudarla.
El primer año tuvo la beca pero luego dejó la Facultad de Química, el segundo año cuando se inscribió en otra carrera, tenía que cursar ese año sin beca y corroborar haber salvado el 80% de las materias, pero como salvó el 100% le dieron al año siguiente la beca completa y la tuvo hasta cuarto año.
Luego realizó un intercambio, se fue al exterior, y renunció a la beca del Fondo de Solidaridad ya que para el intercambio le dieron otra beca y no se puede tener dos becas.
Cuando volvió la solicitó nuevamente pero eran muchos trámites que había que hacer, además le daban la mitad de la beca así que como eran pocas materias las que cursaba, no la solicitó.

Le negaron la beca porque tiene casa propia y vehículos
Estudiante salteña que cursa su carrera en Paysandú: “me parece justo que le den a quienes realmente lo necesitan”

Carla Furtado (nombre ficticio debido a que la joven estudiante quiere reservar su identidad) cursa segundo año en la Facultad de Medicina de Paysandú y nos comparte su experiencia cuando fue a solicitar la beca del Fondo de Solidaridad, que le fue negada al parecer porque su familia tiene casa propia y dos vehículos. “Supongo que la beca me fue denegada debido a la situación económica familiar, si bien yo no quiero depender de mis padres”.
De todos modos la estudiante es partidaria de que el sistema imponga varios requerimientos para el otorgamiento de las becas.
– ¿Qué la llevó a solicitar la beca de estudios?
– “En el momento que la pedí (hace dos años atrás), fui con la idea de no cargar a mis padres con todos los gastos y ser lo más independiente posible.
Luego de presentar todos los papeles y documentación me comunicaron que la beca no estaba aprobada. En ese momento mis dos padres seguían trabajando”.
– ¿Usted proporcionó toda la información que se le pidió?
“Efectivamente. Y fui muy transparente en todo lo que declaré, en cuanto a los bienes materiales. Sé que muchas personas ocultan lo que tienen y consiguen las becas. Es necesario dar muchas vueltas porque son varios los papeles que solicitan; si se tiene casa propia o se paga alquiler, los integrantes de la familia, salarios, si se perciben otro tipo de beneficios. Si algo falta te hacen ir nuevamente. Me parece bien que sea así, porque la gente que realmente necesita la beca tiene que lograr acceder a ella”.
– ¿Generalmente en qué invierten los estudiantes el monto de la beca?
– “La beca los ayuda en el alquiler, comida, fotocopia de libros y en algunos casos ropa. Creo que el sistema ha permitido que muchos jóvenes de escasos recursos hayan podido culminar la carrera. Muchos no tienen la posibilidad de contar con el apoyo de los padres”.
Cabe destacar que el estudiante tiene obligación de comunicar todos los cambios que se producen en su situación socio-económica, dentro del plazo de diez días desde que se produjo la nueva situación.
Al estudiar estos cambios puede suceder que el estudiante supere los ingresos establecidos para su departamento de origen, por lo cual se actuará de la siguiente manera.
Si los ingresos del núcleo familiar no superan los máximos superiores admitidos, se mantendrá la beca aprobada por el período lectivo, debiéndose tener en cuenta los cambios al momento de la solicitud de renovación. En caso de cambios patrimoniales sólo se considerará si cumple los criterios establecidos o no; si los cumple se mantiene la beca, si no los cumple se da la baja, siempre comunicando en forma inmediata el becario.

«Para Luciana, tendría que ser más fácil acceder a la beca porque todos la necesitan y al egresar todos van a aportar”

Luciana está estudiando en Paysandú la carrera de psicomotricidad en la UdelaR, con una duración de cuatro años.
Actualmente se encuentra en segundo año y recibe la beca del Fondo de Solidaridad desde el año pasado. Pudo renovar su beca porque llegó a cubrir todos los exámenes que le exigen para la renovación.
Percibe aproximadamente $ 7.200 por mes, por concepto de la beca de apoyo económico del Fondo de Solidaridad y parte de ese dinero lo destina a pagar los gastos de la casa donde vive, como facturas de OSE y UTE, porque para los gastos del alquiler la ayuda su familia.
Después, el resto lo utiliza para sus gastos de estudio ya que la carrera le demanda mucho material de estudio.
“Psicomotricidad es una carrera que implica muchos gastos porque hacemos actividades con niños y todos los materiales que usamos tenemos que ponerlos nosotros.
Gastamos mucho en libros, fotocopias, goma eva y otros elementos, para trabajar con los niños, parecido a los maestros”, comentó Luciana.
Para la joven salteña, que se encuentra estudiando en Paysandú, el aporte que recibe del Fondo “es suficiente, como ayuda, es suficiente”.
Dijo que se enteró de la existencia de las becas del Fondo de Solidaridad porque una amiga le contó y entonces empezó a averiguar cómo había que hacer para solicitarla.
Sin embargo, aseguró que las gestiones que llevó a cabo para obtenerla no fueron sencillas.
“Me acuerdo que pedían un montón de cosas y pila de documentos y para eso tuve que andar en un montón de lugares para conseguir todo, pedirle a los familiares la historia laboral y todos los ingresos y egresos de la casa.
Después te demora bastante para saber si te aprueban o no”, comentó Luciana.
“Conozco pila de gente que la tiene, y gente que la necesitaría y no la tiene porque en su casa hay un auto o dos autos o porque piensan que no se la van a dar. Pero si estás lejos de tu casa se gasta mucho y en comida también.
A veces uso parte de la beca en comida pero se gasta más de lo que te dan.
Para mí, tendría que ser más fácil acceder a la beca porque en sí todos la necesitamos y el día de mañana si nos recibimos todos vamos a aportar”, concluyó la joven estudiante.

 

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ALBISU Intendente - Lista 7001 - COALICIÓN SALTO