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EL ADIÓS A «LA TURCA», BEATRIZ SALOMÓN

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Una nota exclusiva de JUANJO ALBERTI, desde Montevideo

EN CALINGASTA, PROVINCIA DE SAN JUAN

En la localidad de Calingastala, provincia de San Juan, Argentina, donde se elaboran exquisitos vinos, de creciente actividad agrícola, famosa por su montañismo de continua atracción turística, nacía una niña, a quien sus padres llamarían Beatriz Raquel Salomón, exactamente el 9 de octubre de 1953, a las tres de la tarde. Fue la hija mayor de la familia, protegiendo así a sus tres hermanos por un tema de edad, Isabel, Daniel Eduardo, y Guillermo Abraham. Beatriz al culminar sus estudios de primaria, secundaria, y preparación comercial ingresa como auxiliar al Banco Agrario de San Juan. Paralelamente, atraída por el mundo artístico en general, sabiéndose bonita por donde se le mire, se presenta en varios certámenes de belleza, hasta que en el verano del año 1971, despegada, se consagra como Miss San Juan, que le permite ser candidata a Miss Universo por Argentina, donde se le distingue Miss Simpatía. Tres años más tarde, en 1974, se erige como Virreina de la Fiesta Nacional del Sol, en la hermosa ciudad de San Juan. Durante ese período de tiempo ya estaba cumpliendo con varios desfiles como modelo, haciendo publicidades al compás de su impactante figura. Pidiendo una licencia en el Banco, decididamente, llamada por la popularidad y el brillo, llega al Gran Buenos Aires junto a su hermana Isabel, para instalarse en el cuarto de una pensión, buscando que el destino le brinde una oportunidad en el medio de la televisión y el cine. Lo mejor estaba por llegar.La secretaria del Manosanta. 2

EL GRAN MAESTRO DIJO SÍ

Antes de su paso triunfal por la pantalla chica, la llaman desde varias agencias de publicidad para que pasee su encanto, en importantes spots promocionales de prestigiosas marcas. En ese ir y venir de las diferentes filmaciones, se entera de que en un espacio de tv, requieren una chica llamativa para que luzca su humanidad, con breves parlamentos ante cámaras. Así, se presenta ante Hugo Sofovich y el propio Alberto Olmedo, quienes luego de apreciarla le preguntan en plena reunión, su edad y cuánto desea ganar?… a lo que Beatriz les responde «Yo solo quiero trabajar!». Al culminar, la saludaron cordialmente, y le manifestaron que la llamarían por si o por no. Transcurridas varias semanas de la situación, que había quedado un poco en el olvido, al sonar el teléfono de la pensión, penso que era por un trabajo más, pero no fue así, era para debutar por la puerta grande de «No toca botón!», constutiyéndose en una de las chicas del que fuera «su gran maestro», Olmedo, quien había dicho si, porque le agradó su forma y simpatía en el desarrollo de aquella entrevista. De esa manera, Beatriz Salomón encarna su papel como secretaria en el sketch del «Manosanta», haciéndose famosa por sus múltiples apariciones. Obras teatrales, películas, y más televisión, se acercaban para la sanjuanina.

LA REALIDAD DE LA FAMA

Junto a «la bebota» Adriana Brodsky fueron las dos damas en «El Manosanta», marcando toda una época, en uno de los bloques de mayor rating en el espacio, logrando casi cincuenta puntos, que hoy lo convierten en histórico en su rubro. El éxito y la masividad estaban allí. Más adelante, Beatriz confesaría entre sus pares que la relación con el capocómico fue excelente, que era lo mejor que le había pasado en su vida profesional, sintiéndose muy feliz por el suceso desarrollado, y que jamás tomó en serio la realidad de lo que ocurrió en todo aquello. Maravillada ante los requerimientos de todo tipo, la fama de Beatriz llega a los flashes de las revistas, siendo tapa en más de cincuenta publicaciones, entre ellas Playboy y Eroticón. Debido al hit televisivo, participa en las películas «El manosanta está cargado» y «No toca botón!», ambas de 1987 -entre otros con el binomio de Porcel-Olmedo- y en las obras de teatro «El negro no puede», 1986, junto a Alberto Olmedo, Javier Portales, César Bertrand, Silvia Pérez, y Divina Gloria. «Eramos tan pobres», 1987, con Olmedo, Silvia Pérez, Divina Gloria, y más. «Hay fiesta en el conventillo», 1988-1989, Teatro Provincial de Mar del Plata – Teatro Brodway – Teatro Metrópolis de Buenos Aires, junto a Porcel, Jorge Luz, Adriana Brodsky, Tito Mendoza, Leticia Moreira y elenco. «Se pudrió todo», 1989-1990- con Jorge Porcel y Jorge Luz, entre otras realizaciones. Pero, si bien profesionalmente Beatriz estaba disfrutando las mieles del éxito, su vida personal se transforma en un infierno.

SE DESMORONA SU FELICIDAD

Había comenzado un romance con Hernán Di Natale, ex-director técnico del equipo de fútbol de Nueva Chicago. La relación se extendió durante un poco más de dos años, y culminó a las patadas, en una separación escandalosa, con varias denuncias realizadas por la actriz vinculadas a la violencia de género. Dedicada a su trabajo, tratando de que la situación fuera quedando en un definitivo olvido, conoce al cirujano plástico Alberto Ferriols, con quien contrae enlace, y parte de luna de miel. Su felicidad se desmorona prontamente ante el hecho de que su esposo es descubierto en un video que se hace público en la tele manteniendo relaciones con una mujer trans. Inmediatamente, se divorcia de Ferriols, pero entra en un pozo emocional que le dura en toda su existencia. El 2 de enero de 2017 tras un proceso de doce años Beatriz Salomón gana un juicio sin precedentes, por divulgación de imágenes intimas, violación a la intimidad y daño moral. Ante la resolución en la puerta del juzgado declara por lo claro «No está bien destruir familias solo por rating». La habían operado de la cadera hace un tiempo, y ante un análisis de sangre le detectaron cáncer de colon, enfermedad que se la lleva el pasado 15 de junio del presente año a la edad de 65 años. La grey artística y el público lloró su pérdida. Había adoptado dos niñas, Noelia y Bettina. De familia descendiente de sirios, la llamaron cariñosamente «La turca». Más allá de la nostalgia.

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