Esa situación de juego se incorporó a la historia. Rivera vencía a Salto 1 a 0 jugando de local por la final del Campeonato del Litoral. A falta de un par de minutos, el penal concedido a Salto. Tamaña responsabilidad para quien ejecutara. Era la gloria o el pesar: sin medias tintas. Al paso de los años, surgió un dato de aquella realidad. A manera de anécdota.
Desde el banco, Gustavo Ferraz pegó el grito: «¿Quién lo tira?».
Pasaron los segundos casi de infierno, porque la decisión surgiría a cuenta de algún guapo de verdad….y nadie levantaba la mano o la voz.
Hasta que Roberto Mezza resolvió por cuenta propia: «Lo tiró yo». El hecho es que en la tribuna, casi 600 salteños. La misión por lo tanto, mayúscula por donde se la mire.
Mezza acomodó el balón, fue al remate. El «Gallo» Díaz arqueó el cuerpo y rechazó.
Fue sobre el arco norte del Estadio Paiva Olivera, que esa noche según consta la crónica de EL PUEBLO, albergó a 7.000 aficionados.
Ayer al mediodía y a propósito de la invitación cursada por el arquero de entonces, Roberto evocaba aquella incidencia, pero también con un golpe de martillo incluído: «desde que erré aquel penal soy conocido en todos lados y en Rivera, ni que hablar».
En el pasado mes, a 24 años de ese remate que no fue. No hay razones para el olvido. Y desde el «Gallo» y Roberto….¡menos que menos!
