Principal de “Ebenezer”
“Tu cuerpo es lo que tu comes”
En el hogar de Raquel, donde queda destacada la Fé en Dios, se comparte mucho entre los integrantes de la familia y su entorno.

Criada entre la naturaleza junto a nueve hermanos, en un campo propiedad de su papá, al cumplir sus 10 años y junto su familia se traslada a la ciudad observando un cambio radical.
Con 11 años Raquel comienza con su primera actividad laboral en una casa de familia, luego en otra y es así que con 15, llega a una familia con una jefa de hogar española, de la que aprendió mucho en la cocina.
A partir de allí, nunca dejó de aprender sobre el rubro, incluso luego por medio de diferentes cursos.
Se siente apoyada por su esposo, unos hijos que adora y junto a ellos, disfruta de un emprendimiento.
Se trata de elaboraciones, cuidadosamente fabricadas para celíacos y diabéticos, como tartas, panes, incluso jugos sin gluten, ni azúcar, entre otras.

Y dialogando sobre el mismo, esto nos decía.
“Por causa de la pandemia, me había quedado sin trabajo y consultándole a Dios que podía hacer, ya que siempre trabajé en casas de familia y con niños, pensé en intentar elaborar en la mía, ya que mis hijos apoyaban la idea de que no saliera más a trabajar fuera de ella.
En el último lugar que estuve trabajando, le elaboraba a mi patrona todo sin gluten y ni azúcar.
Siempre trabajé mucho y me pareció que debía intentarlo, esta vez para mí.
La idea de hacerlo para personas con celiaquía y para quien padece de diabetes, me pareció maravilloso. Y comencé con los jugos verdes, tartas, panes, y más, salados y dulces, todo sin gluten, ni azúcar.
Mi fabricación, está supervisada por una Médica, quien me transmite sus conocimientos y yo me encargo de volcarlo a mi gente.
Contando con clientes de Salto y diferentes partes del país, desde leche de almendras, de coco, panes de lino, de garbanzo, panes de pre mezcla.
Tartas, tapas de panqueques, siendo muy amplia la variedad de productos.
Y entiendo que se me abrió una puerta”.
¿Quien participó en la misma?
Mi familia me ayudó a emprender y están en todo.
Soy muy minuciosa y detallista con lo referido a la compra de los productos, y entiendo que mis clientes, deben contar con la confianza de que son productos buenos y que van a estar consumiendo un elaborado fresco y sano.
Agradezco esa confianza de todos.
Acostumbro a hacer pizas, pascualinas, pastafloras y más, y me llena el alma, cuando corre la voz y me llegan los pedidos.
A veces con cuatro días de anticipación y por eso soy una agradecida y feliz de hacer lo que hago, y por sobre todo, poder estar tiempo con la familia.
Creo que llegó el momento de estar más con los míos. Tengo dos nietos y me encanta la idea de ser una abuela presente, dedicándoles tiempo a ellos… es muy reconfortante.
¿Que la animó a llevarla a cabo?
Ver que la gente responde y muy conforme.
Es un mimo que recibe.
Son las ganas de que las personas se alimenten bien, intentando siempre saber más del tema y que el cliente se involucre y pregunte.
Una de mis últimas patronas, es la impulsora de mi emprendimiento, ya que me ayudó a estudiar y a avanzar con especialistas y médicos, dejándome practicar incluso en su cocina. Eso me ha dado pié para entusiasmarme y llegar a hacerlo.
Yo era la encargada de prepararle mucho de lo que consumía y aunque todo supervisado por médicos, el fin, era lograr una buena alimentación y saludable.
Incluso yo contaba con unos cuantos kilos de más y en esta etapa, me permitió cuidarme también a mí misma, perdiendo un peso considerable.
¿Por qué lleva ese nombre?
“Ebenezer”, significa “hasta aquí el Señor me ha ayudado” y como somos todos creyentes en casa, es un atributo al Señor.
¿Cómo se compone su familia?
Por mi esposo, con el cual llevamos 33 años de matrimonio, cuatro hijos, todos con sus profesiones y estudios.
Todos con sus sueños y sus logros, así que verlos felices a ellos, me hace feliz a mí.
Además cuento con dos nietos y nueras. Muy unidos todos.
Creo que el hecho de ser creyentes, nos une más. Siempre luchando por el sueño del otro.
¿Se concreta en lo que hace, la unión del placer y lo monetario?
Si ponemos en una balanza lo redituable y el disfrute, me quedo con el disfrute. Llena el alma esta actividad.
Crear ese vínculo con cada uno de los clientes, supera lo monetario.
Tal vez nunca voy a tener una ganancia superior, pero lo que se gana en el corazón, no tiene precio.
¿Cuáles son sus planes y expectativas en cuanto al futuro del emprendimiento?
Poder contar con mi propio local y enseñar así como yo he aprendido.
Formar un grupo de personas, que tengan o no problemas de salud y ayudarlas a comer sano.
A veces con lo poquito o sobritas que hay en la heladera, se puede hacer una buena y exquisita comida.
He aprendido mucho en los cursos que he realizado y me gustaría poder concretar otro: Máster en alimentación, para brindarlo a la gente.
Para los celíacos, su alimentación es costosa y pienso que si podemos aportar conocimientos para contrarrestar en lo económico, lo hacemos con gusto.
¿Dónde encontramos lo que usted elabora?
Por medio de mi celular: 094 462 604 tendrán su respuesta, o para llegar hasta mi verdulería.
¿Se considera una empresaria segura de sí misma?
Sí.
Porque lo disfruto. Estoy horas en la cocina.
Me ayuda a avanzar, no solo como persona, sino como emprendedora.
Estando en la cocina me siento segura porque el Señor está conmigo y porque siento el apoyo de la familia y las personas queridas.
¿Cómo se ve dentro de 10 años?
Pienso que con las mismas fuerzas y ganas de seguir trabajando.
Cuando lo hacemos con amor para otras personas, para mi familia y uno mismo, llena el alma y alienta a seguir por más.
Quiero seguir estudiando, avanzando, con nuevos clientes y nuevo local al cual te invitaré, para poder tomar un jugo verde, con unas malteadas sin gluten