“Vivir de esto, sería un gran logro”
Conseguido el título como Profesor de Solfeo, Juan concurre luego a la Escuela de Música Militar del Ejército Nacional, para prepararse.
Donde ya como militar, inicia su carrera en ese arte.
Llega en el 2006 a Salto desde Fray Bentos, y encuentra en nuestra sociedad, todo lo que necesitaba para ser feliz, luego de más de una Misión de Paz a Haití.
A través de un traslado, e integrando la Banda Militar de aquel departamento, correspondió el nuestro para continuar y con la característica de ser músico. Hoy, en el Batallón de Infantería N° 7.
Pero, además, en caso de hacer una presentación de Juan, son escasas las palabras para definirlo como trabajador en un rubro determinado. Ya que se ha desempeñado a lo largo de su corta vida, como Mozo, cortador de pasto, trabajador en la construcción, como sanitario, electricista y carpintero.
Ha sido principal de un servicio de Cyber y de una boutique.
Y como si todo ello fuera poco, se encuentra en la cumbre de un emprendimiento de la mano de su familia, que con el fin de progresar en su economía, lo hace definirse como «seguro de sí mismo» por su trayectoria.
Se trata del buen trato que le da a la madera viendo que era lo suyo y le hace una entrega total.
Sin dejar de mencionar, que hoy continúa dedicándose a la música, de la mano de nuestro amigo «capioca», en su Banda A Plena Samba.

Cuando quisimos conocer, cuál es el rubro de la actividad que lleva adelante con la madera y de qué manera se desarrolla, así dialogamos:
«Comencé tallándole un número para un compañero de trabajo», nos dice.
A mí siempre me fue muy bien con el dibujo y aunque no tengo nada que lo avale, tengo buena mano para ello.
Luego comencé a hacer carteles, y a partir de allí, continué.
Yo no he hecho nada, que ya no hubiera estado hecho (sonríe).
Solo que corro con la ventaja de llevarme bien con el diseño, así como con las ideas, con la creación.
¿Y cuándo se ve concretado su proyecto?
Cuando adquirí una máquina.
Pero todo sobre los trabajos en madera, se lo debo a mi señora, que fue quien se encargó de luego publicarlo en redes y espacios, donde pude ir comercializándolos.
¿Qué impulsó su comienzo?
La necesidad, hablando económicamente.
Porque al llegar de Haití en 2008, se necesitaba un voluntario en la carpintería de la Brigada y fui como ayudante.
Aprendí mucho, fui quedando allí y hoy ya me considero un carpintero.
Me encanta lo que hago.
¿Cómo es el nombre del emprendimiento y el motivo de llamarlo así?
Es que no tenía nombre, hasta que hace quince días, por causa de mi sobrino que me pide unas materas, surge de idear un logo: «J.M. Materas».
Luego tuvo la idea de hacer una página en Internet y es por allí, que podemos mostrar lo que hacemos.
Con todo nuestro esmero, para que todo esté bien presentado, ya que soy muy autocrítico y si veo que algo no quedó bien, comienzo todo de nuevo.
¿Su familia colabora en él, o usted trabaja de manera individual?
Creo que es en conjunto, ya que yo realizo, pero la emprendedora y quien fue tirando arriba el emprendimiento, es mi señora Jacqueline.
Ella es el motor de todo.
Sin ella, yo me siento y espero. Porque ella tiene ideas y es la que me va diciendo que es lo que se puede comercializar o hacer para un regalito.
¿Cómo se compone la familia?
Por mi esposa Jacqueline y mis tres hijos: Karen con 18 años, Zamira de 17, ambas terminando de estudiar y Tiago, que cuenta con 9 años. Hace deportes, juega al fútbol y básquetbol.
¿Ha contado con algún evento importante o exposición en el transcurso del desarrollo de la empresa?
En realidad, no hemos podido exponer.
Mi señora fue quien ha intentado hacerlo en la feria de Avenida Rodó los días sábados, pero al final, cuando concretamos la idea para interiorizarnos del tema, fuimos y ya no había más espacio para exponer y comercializar. Llegamos tarde.
Por eso es que digo, que mi motor y mi pilar es mi señora, porque es ella quien se encarga de todo.
Igualmente, creería que no tengo material suficiente para hacerlo.
Voy haciendo por pedidos, ya que las redes sociales me sirven para ello y concretar el negocio.
Venía sí, tratando el tema con MIDES, para ver si lográbamos la posibilidad de emprender.
A mí lo que me hace falta en la parte edilicia, es conseguir más espacio, así como la compra de más herramientas, como maquinaria, entre otras.
Pero en sí, por medio del MIDES, no hay posibilidades.
También había comenzado a realizar aparatos de entrenamiento de fútbol, como cabeceador, rebotador y fajas para pelotas.
¿Se concreta en lo que hacen, la unión del placer y lo monetario?
Sí, porque es todo a base de necesidad.
Nunca creí que estoy realizando tanto de lo que me gusta y con la música me pasa lo mismo.
¿Cuáles son sus planes y expectativas, en cuanto al futuro del emprendimiento?
Vivo el día a día, trabajando, y teniendo la familia unida.
Con esto ya está bien.
Vivir de esto sería un gran logro. Y reitero, que me faltaría solamente un par de máquinas y más espacio.
¿Dónde encontramos lo que usted elabora?
Tanto en Facebook como en Instagram.
¿Se considera un emprendedor seguro de sí mismo?
Creo firmemente que con la experiencia que he adquirido, hoy humildemente sí.
¿Cómo se ve dentro de 10 años?
Imagino que superándome.
La base de trabajo, creo que ya la tengo.
Así que no solo lo creo, sino que apuesto que me veo con crecimiento.
Con otra maquinaria más avanzada y…está la meta y procuro llegar.
Me siento dichoso de que la familia forme parte de este emprendimiento, así como mis hijos todos, con el deseo que, dentro de diez años, los vea triunfando.
Por último, quiero hacerme eco de este momento que transita Diario EL PUEBLO y acompañarlo en tan duro trance.
Confiamos en que todo se solucionará y podamos continuar siendo parte de su voz, con la nuestra.