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martes, 10 de junio de 2025
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Denuncian «abuso» y «amenaza de muerte» contra detenido en procedimiento policial de barrio Fátima

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Diario EL PUEBLO digital
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Dice haber sido «esposado, pisoteado, escupido y calaboceado»

Dice haber sido «esposado, pisoteado, escupido y calaboceado»

Días atrás se hizo presente en la Redacción de EL PUEBLO, Roberto Arcángel Peralta Martínez. Se trata de un vecino que vive en las inmediaciones del barrio Fátima. Peralta dice sentirse perjudicado por un procedimiento policial que se llevó a cabo en el entorno de su domicilio días pasados y quiere dar su punto de vista acerca de cómo fueron las cosas.

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¿CÓMO SE DIERON

LAS COSAS?

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Según expresó a este diario mientras: «estaba limpiando el patio de mi casa cuando un policía que supuestamente venía persiguiendo a una persona, sobre las 10 de las mañana, quiso ingresar a mi domicilio. En la ocasión le pedí que por lo menos golpeara las manos anunciándose».  Pero dijo que acto seguido, el policía «entró a su casa, le pidió los datos ante lo que Peralta no quiso dárselos, y eso lo hizo enojar».

Peralta dice que el agente policial se fue y «volvió con otro agente y me vinieron a provocar, diciéndome que a la Policía hay que respetarla. Un agente me agarró, a lo que yo lo saqué con la mano, todo adentro del patio de mi casa. Me cincharon para afuera, y nos caímos juntos a metros del lugar, y forcejeamos porque yo no quería dejar que me pusieran esposas. Nunca me preguntaron nada, querían esposarme y llevarme».

ESPOSADO,

PISOTEADO, ESCUPIDO

Y CALABOCEADO

Aseguró que los policías lograron esposarlo y al ser traslado en un móvil en condiciones en las que dijo que iba «tirado en la parte de atrás, con la cabeza hacia abajo, me llevaron hacia el hospital, pero me iban pisando en todo el camino, y no me dejaron atender bien en la sala de emergencia, fue todo así nomás», agrega Peralta. «Ni siquiera me dejaron tomar la presión, ya que soy hipertenso y estoy medicado por ello», aclaró.

Luego de ahí, señaló que lo trasladaron hasta la Jefatura de Policía donde denunció que «me pegaron sopapos los mismos agentes que me habían esposado. Estuve en un calabozo un rato y como supieron que soy un hombre que toma remedios por la hipertensión, me sacaron para afuera. Pero estuve todo el tiempo esposado, y me pisaron la cabeza y los brazos, especialmente un policía pelado», afirmando una y otra vez que mientras estaba detenido «lo insultaron y lo escupieron».

AMENAZA: «SI TE METÉS

CONMIGO TE DOY

UN TIRO EN LA CABEZA»

Peralta continuó el relato expresando que además de todo lo que le tocó vivir «me amenazaron diciéndome: Morocho, mírame bien la cara, andá encartado que yo también  voy a andar encartado, y si vos te metés conmigo yo te doy un tiro en la cabeza».

Aseveró que estuvo en la jefatura hasta la tardecita de ese mismo día en que fue detenido, y al final advirtió que «me dejaron ir». Dice haber sido únicamente interrogado ante los policías, pero que nunca fue llevado al Juzgado. Le dijeron que «la jueza lo iba a citar y no me explicaron nunca por qué me detuvieron». Los policías le dijeron que «otra vez que ellos fueran a mi casa y no los deje pasar me iban a llevar de nuevo. Me dijeron que si me encontraban por ahí y quería desquitarme, me iban a dar un tiro en la cabeza».

Aseguró que «lo insultaron todo el tiempo y le advirtieron que cuando volvieran al barrio tenía que abrir las puertas para ellos».

ES UN ATROPELLO Y

UNA FALTA DE RESPETO

Peralta expresó que «nunca había estado detenido por la Policía, y no tengo nada contra ellos». En el momento en que lo esposaron «estaban presentes una hermana mía y una sobrina que vieron todo lo que sucedió, así como también otros vecinos». El tío del involucrado, Gerónimo Peralta, que lo acompañó a nuestra Redacción, considera que esta situación es «un atropello, porque mi sobrino no ha hecho nada, es una persona tranquila, y es una falta de respeto lo que hicieron. Si fuéramos delincuentes no vendríamos al diario a quejarnos y a hablar. Venimos porque creemos que tenemos razón». Agregó que «cuando uno es correcto en la vida no tiene porqué ocultar nada. Y si mi sobrino no ha hecho nada malo, esto que pasó es un atropello y es muy injusto que se lo haya tratado de esa manera. Además estamos en democracia. Nosotros decimos la verdad y estamos pidiendo que se haga justicia, para saber quién tiene la razón y ver quién actuó mal, para que pague las consecuencias».

Días atrás se hizo presente en la Redacción de EL PUEBLO, Roberto Arcángel Peralta Martínez. Se trata de un vecino que vive en las inmediaciones del barrio Fátima. Peralta dice sentirse perjudicado por un procedimiento policial que se llevó a cabo en el entorno de su domicilio días pasados y quiere dar su punto de vista acerca de cómo fueron las cosas.

¿CÓMO SE DIERON

LAS COSAS?

Según expresó a este diario mientras: «estaba limpiando el patio de mi casa cuando un policía que supuestamente venía persiguiendo a una persona, sobre las 10 de las mañana, quiso ingresar a mi domicilio. En la ocasión le pedí que por lo menos golpeara las manos anunciándose».  Pero dijo que acto seguido, el policía «entró a su casa, le pidió los datos ante lo que Peralta no quiso dárselos, y eso lo hizo enojar».

Peralta dice que el agente policial se fue y «volvió con otro agente y me vinieron a provocar, diciéndome que a la Policía hay que respetarla. Un agente me agarró, a lo que yo lo saqué con la mano, todo adentro del patio de mi casa. Me cincharon para afuera, y nos caímos juntos a metros del lugar, y forcejeamos porque yo no quería dejar que me pusieran esposas. Nunca me preguntaron nada, querían esposarme y llevarme».

ESPOSADO,

PISOTEADO, ESCUPIDO

Y CALABOCEADO

Aseguró que los policías lograron esposarlo y al ser traslado en un móvil en condiciones en las que dijo que iba «tirado en la parte de atrás, con la cabeza hacia abajo, me llevaron hacia el hospital, pero me iban pisando en todo el camino, y no me dejaron atender bien en la sala de emergencia, fue todo así nomás», agrega Peralta. «Ni siquiera me dejaron tomar la presión, ya que soy hipertenso y estoy medicado por ello», aclaró.

Luego de ahí, señaló que lo trasladaron hasta la Jefatura de Policía donde denunció que «me pegaron sopapos los mismos agentes que me habían esposado. Estuve en un calabozo un rato y como supieron que soy un hombre que toma remedios por la hipertensión, me sacaron para afuera. Pero estuve todo el tiempo esposado, y me pisaron la cabeza y los brazos, especialmente un policía pelado», afirmando una y otra vez que mientras estaba detenido «lo insultaron y lo escupieron».

AMENAZA: «SI TE METÉS

CONMIGO TE DOY

UN TIRO EN LA CABEZA»

Peralta continuó el relato expresando que además de todo lo que le tocó vivir «me amenazaron diciéndome: Morocho, mírame bien la cara, andá encartado que yo también  voy a andar encartado, y si vos te metés conmigo yo te doy un tiro en la cabeza».

Aseveró que estuvo en la jefatura hasta la tardecita de ese mismo día en que fue detenido, y al final advirtió que «me dejaron ir». Dice haber sido únicamente interrogado ante los policías, pero que nunca fue llevado al Juzgado. Le dijeron que «la jueza lo iba a citar y no me explicaron nunca por qué me detuvieron». Los policías le dijeron que «otra vez que ellos fueran a mi casa y no los deje pasar me iban a llevar de nuevo. Me dijeron que si me encontraban por ahí y quería desquitarme, me iban a dar un tiro en la cabeza».

Aseguró que «lo insultaron todo el tiempo y le advirtieron que cuando volvieran al barrio tenía que abrir las puertas para ellos».

ES UN ATROPELLO Y

UNA FALTA DE RESPETO

Peralta expresó que «nunca había estado detenido por la Policía, y no tengo nada contra ellos». En el momento en que lo esposaron «estaban presentes una hermana mía y una sobrina que vieron todo lo que sucedió, así como también otros vecinos». El tío del involucrado, Gerónimo Peralta, que lo acompañó a nuestra Redacción, considera que esta situación es «un atropello, porque mi sobrino no ha hecho nada, es una persona tranquila, y es una falta de respeto lo que hicieron. Si fuéramos delincuentes no vendríamos al diario a quejarnos y a hablar. Venimos porque creemos que tenemos razón». Agregó que «cuando uno es correcto en la vida no tiene porqué ocultar nada. Y si mi sobrino no ha hecho nada malo, esto que pasó es un atropello y es muy injusto que se lo haya tratado de esa manera. Además estamos en democracia. Nosotros decimos la verdad y estamos pidiendo que se haga justicia, para saber quién tiene la razón y ver quién actuó mal, para que pague las consecuencias».

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