En primer lugar, consideró que se deben profundizar la cooperación con el INIA y la Universidad de la República para trabajar sobre los costos, porque en el último tiempo varios países competidores se acercaron bastante a Uruguay -considerado uno de los más competitivos para producir leche-. “Nos hemos quedado estancados y no logramos bajar los costos”, reconoció. Explicó que este problema esconde una realidad “heterogénea” en Uruguay, mientras que un tercio de los tambos -que cuenta con una mayor transferencia tecnológica- crecen a tasas de 10%, otro tercio está estancado y otro 30% -con baja asistencia técnica- muestra números negativos. El titular del lnale considera que para reducir los costos es “clave” elevar los estándares de productividad de la cadena primaria.
“Los competidores han avanzado mucho en esa área. Hay que apostar a mayores niveles de productividad por predio para que la lechería vuelva a crecer. Esto es clave para que las industrias puedan amortizar las inversiones que han realizado en los últimos años. Hoy tenemos menos leche y eso está complicando a todos”, alertó.
Por otro lado, respecto a la apertura comercial para los lácteos, De Izaguirre consideró que todavía Uruguay tiene tareas pendientes para reforzar su presencia en Asia, África, así como aprovechar las ventanas abiertas en destinos como Cuba o México. “Sabemos que en algún momento la coyuntura para exportar a Venezuela y/o Brasil será favorable nuevamente”, indicó.
Por otro lado, anunció que el Inale trabajará junto al INAC para que la embajada uruguaya en China tenga a un funcionario especializado en agilizar todo el proceso de trámites burocráticos y logísticos que implica el acceso a ese mercado.
Gremio alerta por industrias lecheras en crisis
Trabajadores plantearán el tema este miércoles en Diputados
La Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) concurrirá este miércoles a la comisión de Legislación del Trabajo de Diputados para plantear su “preocupación” por la difícil coyuntura que están atravesando tres industrias del sector que emplean a unos 250 trabajadores. La sanducera Pili es la que hoy tiene el panorama “más complejo” para mantenerse en pie, reconoció en diálogo el dirigente de la FTIL, Jorge Beschizza.
El sindicalista informó que el propietario de Pili ha manifestado al gremio “no tener plata” para pagar los salarios de noviembre, algunas licencias y salario vacacional. “El argumento que maneja es que los bancos no le dan dinero”, comentó Beschizza. En un principio, los 120 trabajadores de esa planta habían aceptado una propuesta para recibir el salario de noviembre en dos cuotas. Ante la falta de avances en el acceso a liquidez, se planteó una fórmula para cobrar en dos tramos de 25%, y el restante 50% más adelante, pero tampoco pudo materializarse esa opción de cobro. “La empresa dice que no tiene cómo hacer frente a sus obligaciones porque los bancos tampoco le prestan”, alertó.
Beschizza informó que incluso la empresa está retrasada en el pago a sus remitentes y que algunos –de mayor porte– están haciendo gestiones para vincularse a otra industria. Pili procesa unos 150 mil litros de leche diarios, pero cuenta con una nueva planta –inaugurada hace poco tiempo donde invirtió unos US$ 30 millones y que puede procesar hasta 400 mil litros diarios.
El Inale está negociando con Conaprole una alternativa para desviar una porción de la remisión de la principal industria del país a Pili, pero todavía no fue posible llegar a un acuerdo. La FTIL también se reunirá este miércoles con el Directorio del Banco República para ver qué posibilidades tiene el banco estatal de ayudar a esta empresa sanducera para hacerse de capital de trabajo.
El jueves 4 de enero la FTIL tiene previsto realizar una asamblea de delegados y una movilización en Paysandú con el objetivo de “sensibilizar” a los actores sociales y políticos acerca de la compleja coyuntura que atraviesa esa industria, informó Beschizza.
Complicadas
La FTIL no solo está “preocupada” por el futuro de los 120 empleos y el impacto social que tendría sobre Paysandú un eventual cierre de la planta de Pili, sino también por otras dos empresas del sector. Una es Calcar en Carmelo, que en noviembre tampoco pudo hacer frente al pago de los salarios de sus 150 trabajadores.
La otra industria cuyo futuro está comprometido es Coleme en Cerro Largo. Esta empresa procesó una reestructura reciente que implicó la rotación de trabajadores a un régimen especial de 6 horas de trabajo y 2 horas de seguro de paro. En esta firma trabajan 50 empleados. “Esta empresa está hoy stanby. Está cubriendo sus deudas pero siguen agarrados de palillos”, reconoció Beschizza. (Fuente: en base a El Observador)
Explotaciones lecheras casi quintuplicaron su endeudamiento en siete años
Entre el 2010 y el 2017 las explotaciones lecheras casi quintuplicaron su endeudamiento total y las plantas lácteas casi lo triplicaron. Así se desprende de los datos presentados en el anuario 2017 de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (OPYPA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).
A setiembre de este año el stock de endeudamiento de los productores lecheros con los bancos llegó a US$ 333 millones, 48% de la facturación estimada para 2017, mientras que en 2010 el endeudamiento era de US$ 71 millones. La morosidad –créditos vencidos sobre el total de los créditos- se mantuvo en 3%, detalla la publicación presentada este miércoles.
Parte del endeudamiento de los productores corresponde al Fondo de Financiamiento y Desarrollo Sustentable de la Actividad Lechera (FFDSAL) por US$ 78,8 millones, de los que se cancelaron a octubre US$ 11,6 millones, explica el informe sectorial.
La facturación de los tamberos -en base a remisión y precio promedio pagado al productor- pasó de 497 millones en 2010 a US$ 693 millones en 2017 (dato estimado). En 2010 el endeudamiento representaba el 14% de la facturación total. Mientras que este año representa 48% de la facturación estimada.
Preocupa endeudamiento industrial.
En la fase industrial la variación interanual del stock de endeudamiento bancario es de 17%, alcanzando US$ 223 millones. La morosidad en la fase industrial ha venido creciendo, representando 16% de los créditos totales hasta setiembre. En 2010 el endeudamiento total de la industria láctea era de US$ 74 millones.
“A nivel industrial preocupa la situación de deuda de algunas empresas y la morosidad ya es importante: 16% de los créditos totales a setiembre de 2017 se encontraban vencidos”, destacó Opypa. (Fuente: portal LecheriaUy)
