En Perspectiva habló con Ignacio Errandonea, integrante de la organización de familiares de Detenidos Desaparecidos, que estuvo presente este sábado en el predio militar donde fueron hallado restos óseos humanos.
La Justicia intentará determinar si los restos hallados el pasado viernes pertenecen a María Claudia García, ya que las excavaciones fueron reiniciadas en el marco de la causa que investiga su desaparición y su muerte. En caso de no ser así, se continuará con la investigación para determinar a quién pertenecen, por este motivo la Justicia realizará el primer cotejo de ADN con Macarena Gelman.
Ignacio Errandonea, integrante de familiares de Detenidos Desaparecidos pudo ingresar a la zona y explicó que «donde hallaron el cuerpo estaba pegado a la zona donde se ve rastros de las excavaciones que se realizaron anteriormente, de las que se están haciendo ahora y las que se realizaron en el 84. Se ven rastros de pala mecánica, se ven rastros de unas mechas que introducían. Porque el sistema de enterrarlos era con cal: cuando salía la cal sabían que ahí se encontraba una fosa. Y se encontraron muchos restos óseos, pequeños fragmentos, que quedaron al producirse un desenterramiento desprolijo».
Para Errandonea no existen dudas de que este hallazgo se enmarca dentro de la Operación Zanahoria, maniobra con que se califica al desenterramiento de cuerpos que militares realizaron para que no fuesen encontrados pruebas de muertos en dictadura.
Pero a diferencia de hallazgos parciales, el viernes fueron encontrados restos de un cuerpo entero, «quiere decir que se les escapó o sea que no pudieron hallarlo los militares cuando buscaron ocultar las pruebas de esa zona», evaluó Errandonea.
Por otra parte, confesó que no encuentra un vínculo deliberado entre este hallazgo y la intención del Gobierno de eliminar con una ley la prescripción que regirá desde el 1 de noviembre para delitos durante la dictadura.
