«Tengo la molestia del hincha. Sufriendo, pero también como técnico que hace 11 años que estoy en juveniles de Peñarol, esto me preocupa. Porque se dan generaciones que uno nombra al Indio Olivera a Morena y no los conocen. Hoy el fútbol está muy cambiado y no van a la historia de lo que es Peñarol», indicó Perdomo en Sport 890. Lo del martes de noche, que me disculpe el Polilla Da Silva, vi un equipo partido, cuando pasaban al ataque la defensa se quedaba muy atrás, es muy largo Peñarol, no juega en 40 metros y no tiene creatividad que es lo que le sobra al 
equipo colombiano. Mirábamos con mi hijo que es golero y hacíamos hincapié en eso, ellos tocan y van a recibir una pared, tocan y se mueven, nosotros no lo hacemos. Y la creación, la salida de defensa hacia el ataque la hacemos muy lenta. No vi creación, solamente pelotazos, algún individualismo, pero no lo vi como un conjunto, como un equipo que tiene que funcionar».
A LA MANERA DEL «CHUECO»
Después de todo, siempre fue así. Frontal. Bien desde gurí. Aquellos primeros pasos en Ferro Carril. Después, el enrolamiento en Peñarol de Montevideo, junto a Walter «Rana» Quevedo. Salteños los dos. El «Chueco» José Batlle Perdomo, suele dos por tres, rescatar las iniciales vivencias en el fútbol, con la de Ferro en el pecho. Le llegaría la hora de la selección juvenil de Uruguay, hasta el 1987 que no archiva: Campeón de América con Peñarol. Por eso, que para el «Chueco» no debe resultar fácilmente digerible esta realidad «manya». Expuesta la decepción. A la duda. Casi un calvario. Por eso, desde EL PUEBLO, rescatar su último enfoque. Bien que vale la pena. Desde un peñarolense dolido.
«TENÍAMOS HAMBRE DE TRIUNFAR»
«Peñarol es un embudo al revés. Las divisiones juveniles conforman todas las divisionales, cuando llegan a Tercera o Primera, el canal se hace más fino y terminan jugando jugadores que preparaste durante 10 años, en otros clubes chicos. Tiene que ser política del club. A mí no me gustaba que se metieran con mi contrato, pero entiendo que hay niveles de contrato donde tiene que haber menos cantidad en el monto de los mismos, porque acá en Primera están ganando US$ 50 mil cuando nosotros en 1987 ganábamos chirolas, teníamos hambre de triunfar, hambre de conseguir una casa, un apartamento. Hoy está fácil porque están los contratistas, les dan todo. Ya con 12 años están los contratistas y le regalan un auto a la madre o al padre o le alquilan una casa. No tienen sacrificio».
«NO VIVIERON EL FÚTBOL DE PEÑAROL»
Asimismo sostuvo que «el tema está en el cambio de cabeza. Para venir a Peñarol primero confiaría en la base de lo que estoy trabajando, porque a mí me están pagando -poco, porque me pagan poco, ya le tiro un baldazo a los dirigentes (se ríe)- pero hay un trabajo. Entonces si me están pagando, nosotros estamos haciendo un buen trabajo. Pero que nos respalden a nosotros porque cuando hay elecciones todos dicen ‘apostamos a las juveniles’ y después contratan a jugadores -con todo respeto- de otros equipos, que no vivieron lo que es vivir el fútbol en Peñarol, de jugar clásicos, la presión de 50 mil personas. Yo me animaría a darle más posibilidades al jugador de la cantera. Y el futbolista que venga que tenga un tope de sueldo de US$ 10 mil. ¿Por qué le vamos a entregar US$ 50 mil cuando nosotros tenemos que apostar a las juveniles? «Este es mi pensamiento en caliente porque estoy caliente porque después del partido me calenté. Capaz que tengo la llamada de algún dirigente que me diga: ‘Quedás afuera Chueco’, por esto que estoy diciendo».
